Dos mercaderes viajaron hasta la colina de Singuttara para llevar al rey Okkalapa los ocho cabellos sagrados del Buda Gautama. Cuando el rey abrió el cofre la tierra tembló y del cielo cayeron piedras preciosas; dicen que los ciegos pudieron ver, los sordos oír y los mudos hablar.
Ante aquel milagro Okkalapa mandó construir un bello santuario formado por pagodas, unas sobre otras, para proteger aquellos cabellos.
El actual templo es una enorme estupa de oro (en Myanmar se le conoce como yapa), con una gran aguja decorada con piedras preciosas: más 5 mil diamantes y más de dos mil 300 rubíes.
La pagoda es parte de un centro religioso de peregrinaje budista donde se conservan algunas reliquias de Buda.
El 22 de febrero monjes y devotos participaron en una ceremonia que conmemoró los 2 mil 600 años de la pagoda de Shwedagon, ubicada en la ciudad de Yangon, Myanmar (la antigua Birmania).
Al entrar, el visitante debe quitarse los zapatos y, si hace oración, debe hacerlo dando vueltas en el sentido contrario a las manecillas del reloj.
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