Taipei. (EFECOM).- Decenas de miles de independentistas taiwaneses marcharon hoy por las calles de Taipei en contra del Acuerdo Marco de Cooperación Económica (AMCE) con China, que se sellará el 29 de este mes en la ciudad china de Chongqing. Bajo lemas como "Dejar que el pueblo decida" y "Contra el mercado único chino", acompañado, por el ruido de "vuvuzelas taiwanesas", los manifestantes recorrieron las calles de Taipei, pero una fuerte lluvia dispersó a muchos antes de concentrarse ante el Palacio Presidencial.
El ex presidente taiwanés Lee Teng-hui, que irritó a China con su postura en defensa de la identidad política taiwanesa, y la presidenta del opositor e independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, encabezaron la protesta. "El AMCE es un paso hacia el mercado único chino y una integración económica asimétrica que enjaula a Taiwán y tendrá importantes consecuencias en todos los campos", dijo Tsai Ing-wen, antes de iniciar la marcha.
Los independentistas taiwaneses desconfían de las concesiones chinas en las negociaciones previas al acuerdo y Tsai asegura que Pekín tiene otros motivos y que "su principal objetivo es la anexión política de Taiwán". "El problema del AMCE no está en la lista inicial de productos con preferencia en tasas aduaneras sino en las consecuencias estructurales a largo plazo del acuerdo y en el uso político que le dé China", dijo Tsai.
En las negociaciones para el ACME, Taiwán logró preferencias arancelarias para 539 productos con un valor de exportación a China de 13.830 millones de dólares anuales, mientras que China consiguió preferencias para 267 artículos con un valor de exportación de 2.860 millones de dólares anuales.
China ha accedido a no incluir en la lista inicial de productos con preferencias los artículos de las 17 industrias taiwanesas que sufrirían más la competencia china, pero el PDP señala que "eso puede cambiar en el futuro".
No han faltado las guerras de cifras, mientras que el Gobierno que asegura que el AMCE creará 260.000 puestos de trabajo y añadirá un 1,7 por ciento al índice de crecimiento económico, la oposición que predice la pérdida de 150.000 empleos. Otras críticas opositoras se centran en una supuesta falta de transparencia en las negociaciones, en el hecho de que la supervisión del acuerdo no se deje a la Organización Mundial del Comercio sino a un grupo bilateral chino-taiwanés.
La Oficina Presidencial, en respuesta a las críticas, señaló que el AMCE no solucionará todos los males de Taiwán ni ahorrará una reestructuración de las empresas, pero sí evitará la marginación en el mercado chino ante la entrada en vigor de otros acuerdos de libre comercio.
La economía taiwanesa depende mucho de las exportaciones y China y Hong Kong absorben unos 100.000 millones de dólares anuales, más del 40 por ciento del total de las exportaciones isleñas.
Las estadísticas oficiales muestran que desde 1991 hasta 2009, los taiwaneses han invertido en China 82.700 millones de dólares y los datos no oficiales elevan la cifra hasta los 150.000 millones de dólares.
El Gobierno de Taiwán asegura que la firma del AMCE busca normalizar e institucionalizar los lazos comerciales y de inversiones, por eso tiene previsto sellar con China acuerdos de protección de inversiones y de derechos de propiedad intelectual, y acuerdos de libre comercio con otros países.
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