Birmania: La no-violencia violentada
Lunes 12 de julio de 2010, por
, ,Birmania intenta dotarse de armas nucleares. La información fue confirmada la semana pasada por la Voz Democrática de Burma, una radio birmana independiente radicada en Oslo, en un documental precedido por una investigación de cinco años. Como budistas, o bien como testigos contemporáneos del drama a gran escala que en este momento se desarrolla en Birmania y en el resto del planeta, ¿qué podemos y debemos hacer?
El budismo doctrina la no-violencia. Sin embargo, incluso en el país de las mil pagodas, la no-violencia es violentada, asfixiada, martirizada. En una situación como esta, ¿es preferible la inacción, en nombre de la no-violencia, a la revuelta?
La no-violencia es a menudo entendida como una ideología pacifista, idealista, desprovista de cualquier forma tangible de activismo. Ahora bien, compromiso y no-violencia no parecen totalmente incompatibles, al contrario. Algunas personas utilizan la no-violencia como un arma, una actitud que demuestra a veces ser un medio de acción temible contra las injusticias. Eso es lo que los monjes budistas hicieron en Birmania, durante la Revolución Azafrán en 2007, de la que conocemos el trágico desenlace.
La no-violencia juega con la ventaja de poder sacarle al adversario la parte de bondad que todo hombre tiene en él. Sin embargo, parece que otros factores esenciales deberían ser tenidos en cuenta. En el cuadro de una acción no-violenta de la amplitud Birmana, la acción de los manifestantes debe ser conocida por muchos para ejercer presión en el adversario. Los medios cumplen un rol esencial en Birmania, la opinión pública, exige un arma extremadamente potente para hacer cambiar las cosas.
La noción de número es esencial en la no-violencia. La actitud no-violenta funciona si las relaciones de fuerza son favorables a los no-violentos. Si el adversario sabe que nos no-violentos son más fuertes de lo que puede hacer frente, evitará el enfrentamiento.
Solo que la junta birmana es poderosa, riquísima, y el reino de la violencia hace cada día más estragos en el país. La eficacia de la no-violencia parece haber llegado a un punto de ruptura en el interior del país, donde la situación parece totalmente bloqueada, y el apoyo del exterior es vital.
La comunidad internacional tiene un rol fundamental a jugar. Se trata de ejercer una presión no-violenta, continua y coordinada sobre el régimen birmano. Puesto que el comercio es el único enlace que Birmania conserva con el exterior, la comunidad internacional debería hacer concesiones sobre sus intereses económicos en este país hasta que la situación política se normalice. Si el régimen birmano estuviera solo, frente a la absurdidad de sus métodos escandalosos y totalitarios, ¿se mostraría más dsipuesta a hacer algunas concesiones ?
La comunidad internacional debe accionar todos los frenos de los que dispone para impedir al régimen birmano dotarse del arma nuclear. Si la junta se provee del arma nuclear, se situará en un nivel de igualdad con las otras grandes potencias mundiales, y la resolución del problema birmano será más delicada de lo que ya es.
La no-violencia tiene todavía sentido en Birmania, pero a día de hoy, le hace falta apoyos fundamentales para funcionar: una presión sobre el régimen fuerte, concreta, coordinada y ejercida conjuntamente por la opinión pública y la comunidad internacional.
No olividemos a los Birmanos, no olvidemos Birmania.
Brice Andlauer et Sophie Alvarez para Buddhachannel
Traducción: Noelia Palma
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