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Hu afirmó, asimismo, que China no tiene interés en una carrera armamentística ni en buscar una "hegemonía" en el mundo.
"No nos involucramos en ninguna carrera armamentística o amenaza militar hacia ningún país", declaró Hu Jintao el jueves ante el Comité nacional para las relaciones sino-estadounidenses en Washington.
"China no buscará nunca una hegemonía ni una política expansionista", agregó.
El jueves por la mañana Hu se reunió con el nuevo presidente de la Cámara de representantes, el republicano John Boehner, así como con otros legisladores, entre ellos la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"Es importante que continuemos resolviendo nuestras diferencias de manera que beneficie a nuestros países y nuestros pueblos", estimó Boehner luego de la reunión. El jefe republicano agregó que expresó sus "preocupaciones" sobre la libertad religiosa en China.
Pelosi, vocera de frecuentes críticas contra el desempeño de China en materia de derechos humanos, precisó que Tíbet estuvo entre las discusiones. La jefa demócrata dijo que se tocó el tema del caso de disidente detenido y premio Nobel de la paz Liu Xiaobo.
Hu se reunió asimismo con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid. Tras haber calificado al mandatario chino como "dictador", Reid se retractó y recibió el jueves a Hu en una se las salas de gala del Senado.
Reid evaluó la reunión como "productiva" y que se trató el tema de la moneda china. Los derechos humanos, Corea del Norte, Irán, Sudán y las relaciones con Taiwán también fueron parte de sus conversaciones.
Pero en el Congreso, los legisladores atribuyen a Pekín la responsabilidad de las dificultades económicas de Estados Unidos, sobre todo del sector manufacturero.
El lunes, la víspera de la llegada de Hu a Washington, tres senadores estadounidenses habían advertido de su intención de promover legislación para hacer frente a lo que consideran una estrategia de Pekín para mantener baja la cotización de su moneda y mantener así sus exportaciones baratas.
Algunos legisladores del Congreso deploran además la falta de control por parte de Pekín sobre las imitaciones chinas de producciones estadounidenses.
El senador independiente Bernie Sanders se sorprendió el miércoles porque bustos de presidentes estadounidenses fabricados en China son vendidos en un museo en Washington. "Es patético. No sabía que la decadencia de nuestra capacidad manufacturera era tan importante", escribió al director del museo.
Sobre los derechos humanos Hu hizo una declaración poco habitual al explicar que "mucho queda por hacerse en China" sobre este tema y prometió mejorar la situación.
El presidente chino partirá luego a Chicago antes de retirarse de Estados Unidos el viernes.
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