miércoles, 19 de enero de 2011

Un equilibrio que no puede durar

La venta de armamento a Taiwán y el anuncio de una reunión del Presidente Obama con el Dalai Lama, aumentaron las tensiones.

La venta de sofisticado armamento a Taiwán, la visita del Dalai Lama a la Casa Blanca y las acusaciones de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, de que China estaría involucrada en piratería y censura informática han remecido el delicado equilibrio de las relaciones entre Estados Unidos y China.

Una relación que el embajador estadounidense en la capital china, Jon Huntsman, calificó como “la más compleja e importante del mundo actualmente, con muchas facetas y muchos puntos de conexión", en una conferencia de prensa la semana pasada.

El propio presidente Barack Obama había dicho, en la inauguración de una conferencia de alto nivel entre los dos países, en julio pasado, que "las relaciones entre Estados Unidos y China determinarán el siglo XXI".
Pero la mar de esas relaciones se ha encrespado, aunque esos movimientos ocasionales son solo las olas que corrientes más profundas alimentan, bases de un delicado equilibrio que ninguna de las dos potencias parece dispuesta a quebrar, por lo menos por ahora.

REMEZONES

Las recriminaciones que Clinton hizo, acusando a piratas chinos de estar detrás del espionaje en Internet, violando cuentas de correo de defensores de derechos humanos, diplomáticos y periodistas, y robando códigos fuente propiedades de la empresa Google provocaron el rechazo del ministerio de Relaciones Exteriores chino y abrieron este nuevo período de tensiones.
El periódico estatal en idioma inglés, The Global Times respondió, señalando que "El verdadero interés de China en el ‘libre flujo de información’ es evidente en su rechazo a dejarse tratar injustamente por el imperialismo de la información".
La tensión aumentó con dos hechos mucho más delicados: el anuncio de la venta de armamentos a Taiwán y a decisión del presidente Barack Obama de recibir el Dalai Lama en la Casa Blanca, el 18 de febrero.
Los dos temas tocan lo que China considera problemas internos relativos a su soberanía y tienen el potencial de afectar mucho más profundamente las relaciones entre los dos países.
China advirtió que tomará medidas si se realiza la reunión entre el Dalai Lama y Obama, enfatizando que un encuentro de ese tipo "podría dañar gravemente las relaciones entre ambos países".
“Instamos a que Estados Unidos entienda plenamente la alta sensibilidad de los asuntos relacionados con el Tíbet, honre su compromiso de reconocerlo como parte de China, y se oponga a su independencia", reiteró, el viernes pasado, el portavoz de la cancillería, Ma Zhaoxu.
La venta de armas a Taiwán es considerada también por China como una amenaza a su soberanía.
El Pentágono decidió vender a Taiwán 114 misiles defensivos Patriot, 60 helicópteros Black Hawk, barcos dragaminas y equipos de comunicación para sus aviones de combate F-16 por un valor total de 6.400 millones de dólares.
China respondió que, "considerando el daño severo y el odioso efecto que provocará la venta de armas a Taiwán, suspendemos los intercambios militares con EEUU y las próximas visitas mutuas ya planeadas".
La cancillería convocó al embajador Huntsman, para solicitarle la cancelación inmediata de la venta, estimada en $6.400 millones, ya que podría comportar "consecuencias que nadie desea".
"Estados Unidos está tomando la decisión equivocada a pesar de las repetidas protestas de China", señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre el tema.
Para Beijing, la venta de este armamento supone otra violación de los compromisos contemplados en el Comunicado del 17 de Agosto de 1982 en el que Washington asegura  que "no aspira a desarrollar una política de venta de armas a Taiwán a largo plazo".
Aunque, para el exconsejero en asuntos de seguridad internacional de Estados Unidos, Chas Freeman, "desde el punto de vista militar, ya que China ha logrado una supremacía militar en el estrecho de Taiwán, las consecuencias de esas ventas son casi nulas".

BANQUEROS DE EE.UU.

Pese a las tensiones (o quizás por eso mismo), China sigue siendo el principal banquero y financista de la economía estadounidense.
Según Mark Gregory, reportero económico de la BBC, en la actualidad China posee un millón de millones de dólares en bonos del tesoro y otros títulos de deuda de Estados Unidos
China adquirió $652.900 millones en bonos públicos de EE.UU. a finales de octubre del 2008. Un 11,2% más respecto de lo que poseía en septiembre, convirtiéndose en el principal acreedor de EE.UU., junto a Japón. Se estima que solamente este año, Estados Unidos necesitará urgentemente dos millones de millones de dólares para financiar su déficit. ¿De dónde saldrán?, se preguntan los expertos.
El primer ministro de China, Wen Jiabao, expresó su preocupación por la enorme inversión que su país ha hecho en Estados Unidos en bonos del tesoro y otros títulos de deuda. "Nosotros hemos otorgado una inmensa cantidad de préstamos a Estados Unidos. Claro que estamos alertas sobre la seguridad de nuestros activos. Para serles sinceros, estoy un poco preocupado", dijo Wen durante una conferencia de prensa al final de la sesión anual del Parlamento.
"El aumento en la compra de bonos estadounidenses no debe interpretarse como que EE.UU. puede pedir prestado dinero de forma indefinida para tratar de paliar su crisis financiera", según un editorial del China Daily, un periódico cercano al régimen.
Tal y como afirma el diario, las consecuencias para la economía estadounidense serían muy graves si China y otras potencias dejaran de inyectar dinero al gobierno de Washington mediante la compra de deuda pública.
Si China paraliza sus compras "los tipos de interés de la deuda de EEUU se dispararían socavando los esfuerzos de su Gobierno en el rescate de sus bancos y empresas", señala.
Pero la realidad es que todos los países enfrentan una crisis que los obliga a apretarse el cinturón y Estados Unidos podría verse enfrentado a la realidad de que ya no hay más recursos en el mundo para sostener un déficit gigantesco, que no para de crecer.

DESQUILIBRO MILITAR

Tanto las discrepancias políticas entre ambas potencias, como los intereses económicos más concretos, la búsqueda de recursos energéticos y materias primas, enfrentan a Estados Unidos y China.
En un artículo sobre el aumento de la tensión militar entre los dos países, Rick Rozzof, de Global Research, se pregunta por qué la nación más poderosa de la tierra sigue aumentando su presupuesto militar, que supera ahora los $1,2 billones en un año, en términos reales. ¿Qué amenaza se supone que va a contrarrestar todo eso?
Según Alan Mackinnon, presidente de la Campaña Escocesa por el Desarme Nuclear, “El mundo de la guerra hoy está dominado por una única superpotencia. En términos militares Estados Unidos se asienta en el mundo como un coloso. Un país con sólo el 5% de la población mundial es responsable de casi el 50% del gasto global en armamento. Con el último presupuesto aprobado el año pasado EE.UU. ya supera el 60% del total del gasto armamentista mundial, un porcentaje que puede variar, según las fuentes, pero que, en todo caso, es abrumador”.
Los expertos destacan que el presupuesto militar de EE.UU. es casi diez veces el de China, que tiene una población más de cuatro veces mayor.  Solo este año, el gasto militar de  Washington asciende a la cifra récord de $708 mil millones.
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri)  calcula, en cambio, que las compras de armas por parte de China totalizaron $84.900 millones, lo que representa 6% de los gastos militares en el mundo. Y aunque China no tiene tropas desplegadas en el mundo, como Estados Unidos, ha avanzado notoriamente en el desarrollo de sofisticadas armas defensivas.



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