El ultimo informe de EEUU sobre los derechos humanos en el mundo celebra las mejoras de tres países, Colombia, Guinea e Indonesia, así como la fuerza imparable de los cambios sociales que hay en marcha en algunos países árabes.
El informe del Departamento de Estado, que ahora será remitido al Congreso, valora las "notables mejoras" que se han registrado en Colombia bajo el Gobierno de Juan Manuel Santos, así como la instauración del primer presidente elegido democráticamente en Guinea desde la independencia de Francia en 1958.
Otro de los países que recibe el aprobado de EE.UU. en materia de derechos humanos es Indonesia, que, según el informe, poco a poco ha abrazado los principios del Estado de Derecho, la libertad de prensa y el crecimiento de la sociedad civil.
Aunque el informe está centrado en los acontecimientos del 2010, recoge en su introducción los movimientos sociales que se iniciaron a principios de 2011 en Túnez y Egipto, al calor de un nuevo tipo de activistas de los derechos humanos, jóvenes, formados y muy conectados a las redes sociales.
"En este momento no podemos predecir cuál será el resultado de estos cambios, ni sabremos los efectos duraderos en los próximos años", reconoce el Departamento de Estado en el informe.
No obstante, valora los cambios en Túnez y Egipto, donde el pueblo demanda "una mayor participación política y oportunidades económicas. Estas demandas son profundas, autóctonas, y están siendo lideradas por nuevos activistas, muchos de ellos jóvenes".
En el informe, el Gobierno estadounidense reconoce que los cambios en estos países no vendrán de la noche a la mañana, dado que "la transición a la democracia no es automática y requerirá tiempo y mucha atención".
En cualquier caso, sí reconoce que hay una tendencia generalizada de mejora en el mundo, que no solo afecta a los países árabes, y que viene marcada por dos factores: la proliferación de internet y las redes sociales, y la eclosión de organizaciones no gubernamentales centradas en la defensa de la democracia y los derechos humanos, y que hasta hace poco se circunscribían a Europa y Norteamérica.
El informe, no obstante, denuncia las tentaciones de algunos Gobiernos de limitar el acceso a Internet como una represión de las libertades de comunicación y de expresión.
Según EE.UU., son más de 40 países los que están utilizando algún tipo de restricciones reguladoras o de barreras técnicas para controlar el acceso a internet, reprimir la libertad de expresión o para violar la privacidad de los internautas.
Es el caso de Arabia Saudí, Sudán, China o Vietnam, por ejemplo.
Otra tendencia negativa es la "continua escalada de violencia, persecución y discriminación social y oficial de algunos grupos vulnerables, de orden racial, religioso o étnico", y que también se extiende en algunos países a mujeres, niños, discapacitados, indígenas y homosexuales.
Los casos más llamativos son la opresión de la libertad religiosa en Pakistán, las políticas discriminatorias en Arabia Saudí, la "demonización" del Dalai Lama y la represión de los tibetanos y uighures en China, así como el movimiento antisemita que recorre algunos países árabes.
EE.UU. también se muestra preocupado por la explotación de trabajadores en algunos lugares del mundo, como Uzbekistán y Bangladesh.
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