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viernes, 29 de octubre de 2010

Una vida mas feliz

Una vida más feliz

EL DALAI Lama transmite su mensaje de tolerancia en la Universidad de Miami, el martes pasado.
Sobre el artículo El Dalai Lama predica la tolerancia, de Daniel Shoer Roth [Locales, 27 de octubre], quisiera mencionar la sabiduría que está en su enseñanza de que todas las tradiciones o religiones tienen el mismo mensaje. El Dalai Lama siempre está buscando la unidad entre los seres humanos, a través del perdón y la compasión, que todos nos consideremos hermanos y trabajemos por un mundo mejor. Sin embargo, los hombres siempre estamos divididos, quizás por falta de humildad, y nos cuesta ser tolerantes con los demás.
Tenemos que luchar por un mundo más humano, en que todos sin distinción de raza o credo podamos ir juntos de la mano, respetando las creencias en que hemos nacido. Estoy segura de que si Cristo viviera en esta época, al igual que Buda, Mahoma y otros, trabajarían juntos buscando soluciones que no incluyan que Dios está con unos y no con otros.
Aceptar el mensaje religioso es crear un mundo feliz, un mundo pacífico y no dividido. Tenemos que aprender a perdonarnos nosotros mismos. Recordemos que en la vida llevamos siempre experiencias o cicatrices que nos marcan, y a veces no nos dejan soltarnos al amor. Para mejorar y sanar no hay nada mejor que la espiritualidad que nos tratan de enseñar las religiones. Y al sanar nos abrimos a una vida más feliz.
María Luz de Gómez



jueves, 5 de noviembre de 2009

la sabiduria china una buena historia

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse.Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta.Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos.Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración.Sin poder creerlo le preguntó:-"¿Hija mía, que vas a hacer allá?. Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"Y la hija respondió: -"No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz".Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones.Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: -"Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China".La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc.El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores.Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado.Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.Entonces, con calma el príncipe explicó: - "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles".Maravilloso relato en tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido...Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir "me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto". Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... la "viveza" se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos.La verdad, la sinceridad, la humildad... no son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos... hemos confundido el significado de la palabra EXITO.Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados...ese ha sido un día de éxito...Puedes hacer de este, un día exitoso... de tí depende.