El Dalai Lama, de visita en Taiwán para consolar y rezar por las víctimas del devastador tifón "Morakot", negó hoy las acusaciones chinas de separatismo político y alabó la libertad y democracia taiwanesa.
"No soy un separatista", dijo ante las cámaras de televisión el dirigente religioso tibetano, durante su visita a la aldea de Sialin, donde al menos 424 personas quedaron sepultadas por un alud de tierra durante el paso del tifón "Morakot", el 8 de agosto.
El premio Nobel de la Paz de 1989, que se encuentra en la isla por invitación de siete alcaldes independentistas, alabó la "libertad de expresión y culto" y se congratuló de los "efectos de la democratización en Taiwán", ante las cámaras de la cadena de televisión FTV.
"El destino de Taiwán lo deben decidir sus 20 millones de habitantes", dijo el Dalai Lama, quien abogó por el mantenimiento de una "especial y muy estrecha relación con China en el campo económico y de defensa".
El líder budista tibetano protagonizó una ceremonia religiosa para liberar las almas de los sepultados por el deslizamiento de tierras en Siaolin y por todos los fallecidos durante el tifón, que según datos oficiales superan los 571.
El Dalai Lama estuvo acompañado en su visita a Siaolin por el alcalde independentista del Distrito de Kaohsiung, Yang Chiu-hsing, monjes tibetanos y religiosos budistas.
El dirigente tibetano llegó el domingo a la isla para una visita que durará hasta el 4 de septiembre y que incluye un encuentro con el cardenal católico Paul Shan, el 2 de septiembre, en un hotel de Kaohsiung.
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, aprobó la visita del Dalai Lama, ante la presión de la oposición política isleña.
China ha protestado por la llegada del Dalai Lama a Taiwán, por considerar que la visita tiene motivaciones políticas separatistas.
Ésta es la tercera visita del dirigente espiritual tibetano a Taiwán, después de las de 1997 y 2001.
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