jueves, 24 de diciembre de 2009

historia de un traidor

Ngapoi Ngawang Jigme, el jefe del ejército del Tíbet que en 1950 no pudo hacer frente al avance de los comunistas chinos, y que acabó convirtiéndose en el tibetano de más poder en la época comunista, falleció el 23 de diciembre en Pekín a los 99 años, informó hoy el diario ", ".
El militar y político, descendiente de los antiguos reyes del Tíbet, fue probablemente el único tibetano que ostentó altas cotas de poder tanto en la época de los Dalai Lama, como en el posterior régimen comunista, ya que fue una destacada figura durante la época de Mao Zedong y presidió la región autónoma en dos ocasiones.
Nacido el 1 de febrero de 1910 en Lhasa, la capital de la región tibetana, Ngapoi Ngawang Jigme era miembro de uno de los principales clanes de la aristocracia local, los Korkhang.
Tras cursar estudios en Reino Unido, regresó al Tíbet, en cuyo ejército se enroló en 1932, y comenzó su carrera política en la provincia de Qamdo (este tibetano), de la que era gobernador en 1950.
Su formación en el extranjero le convirtió en uno de los principales partidarios de la reforma política y modernización del Tíbet, entonces todavía con un sistema de amos y siervos y donde la religión budista dominaba el gobierno.
En esa época fue nombrado comandante del ejercito del Tíbet por el Dalai Lama para hacer frente al avance de los comunistas, pero Ngapoi Ngawang Jigme perdió la definitiva batalla que en octubre de 1950 supuso el final del régimen teocrático y el comienzo del dominio maoísta.
Aunque fue detenido, logró ganarse la amistad de los captores, consideró que el comunismo podría ser un vehículo para llevar a cabo las reformas que quería para el Tíbet, y apenas un año después se convirtió en el subcomandante en jefe de las fuerzas del comunista Ejército de Liberación Popular en el "Techo del Mundo".
Fue él, de hecho, quien lideró las negociaciones entre chinos y tibetanos en 1951, representando al entonces adolescente Dalai Lama, y firmó los acuerdos de paz que establecían soberanía china sobre el Tíbet a cambio de garantías de autonomía y libertad religiosa.
La huida del Dalai a la India, en 1959, tampoco apagó la influencia de Ngapoi Ngawang Jigme, quien tras el fracaso de las revueltas tibetanas de ese año pasó a ser el principal portavoz de las políticas del régimen comunista en Tíbet.
En 1965 se convirtió en el primer presidente de la Región Autónoma del Tíbet (cargo que volvió a ocupar en los años 80), aunque en 1967, en plena efervescencia de la Revolución Cultural, se trasladó a Pekín, donde vivió gran parte del resto de su vida.
En el momento de su deceso, ocupaba el cargo de vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, órgano asesor del Gobierno central.
Uno de sus hijos, Ngapo Jigme, huyó a Estados Unidos hace dos décadas y es uno de los activistas pro independencia del Tíbet más destacados: es el jefe de la sección tibetana de Radio Free Asia y también ha trabajado para Free Tibet Campaign, según relata "South China Morning Post".
Muchos tibetanos en el exilio consideran a Ngapoi Ngawang Jigme un "traidor a la causa", y así se le retrata en las películas de Hollywood que han abordado el conflicto.
Sin embargo, otros también reconocen que su presencia en el régimen comunista sirvió para moderar algunas de las políticas represoras de Mao y sus sucesores hacia el "Techo del Mundo".

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