martes, 21 de septiembre de 2010

SUBIENDO POR UNA ESCALERA EMPINADA, SIN LAS MANOS.

SUBIENDO POR UNA ESCALERA EMPINADA, SIN LAS MANOS.

COMO EXPLICADO ANTERIORMENTE, el texto Lamdré que estamos estudiando es una de las principales enseñanzas de la orden Sakya. Deberíamos recordar la unicidad de nuestra situación, pensando en nosotros mismos como muy afortunados, que, de alguna manera, llegamos a beneficiarnos con la conjunción de tantas condiciones requeridas. Es difícil obtener nacimiento humano, encontrar alguien que desea y es capaz de enseñar, escuchar la enseñanzas, y aprenderlas apropiadamente, llevándolas a la práctica efectiva. Cualquiera que sea capaz de beneficiarse con tal conjunto favorable de circunstancias, se debe a sí mismo el reconocimiento de que la situación es una rareza, debiendo sacar el mejor partido de la oportunidad.

Hay varias maneras en las que puede darse una enseñanza de tal naturaleza. Puede ser enseñada explicando los puntos más importantes del camino; por ejemplo, el camino puede ser incluido en siete prácticas, o puntos principales, y cada uno de estos puede ser explicado luego. También puede ser enseñada con referencia al tipo de audiencia que tenga el maestro – eso es, modificada para armonizar con las facultades de sus oyentes. Los puntos principales pueden ser simplificados para aquellos que tengan facultades espirituales menos desarrolladas, o pueden ser elaborados, para aquellos que tengan, tanto experiencia, como visión interna considerable. Pero nosotros no estudiaremos este texto en estas maneras. Estudiaremos la totalidad el sistema exactamente como fue enseñado por el mahäsiddha Virüpa en su texto raíz, en el que se basa Las Tres Visiones. Consideraremos a pleno cada uno de los diferentes pasos en el sistema meditativo, empezando por la fe y continuando hasta el final, las más avanzadas prácticas tántricas.

Sachen Kunga Nyingpo escribió, en su Sumario del Camino, con Sus Resultados (Lam ‘bras don bsdus ma):

Los elementos de este camino están incluidos dentro de siete temas: establecer

los fundamentos, el camino actual, la remoción de conceptos, estadios, ampliando

la realización de uno, disolviendo obstáculos, y el límite de la realización,

incluyendo al resultado.

Hablando brevemente, “establecer los fundamentos”, se refiere a todos aquellas meditaciones fundamentales que están explicadas en Las Tres Visiones. Estas meditaciones se dice que sean el fundamento para las meditaciones tántricas avanzadas que le siguen, tal como el Hevajra. “El camino actual” se refiere a las meditaciones avanzadas de los procesos tántricos gemelos de la creación, o el estadio de desarrollo (bskyed rim), y el completamiento, o estadio de cumplimiento (rdzogs rim).”Remoción de conceptos” se refiere a instrucciones y explicaciones que remuevan todas dudas, tanto acerca de la manera apropiada de practicar, como acerca de los resultados que ustedes pueden esperar alcanzar.

Aquí “estadios” se refiere al reconocimiento, tanto de aquellos factores que pueden causarnos caer del camino espiritual, como a aquellos que nos mantendrán en el camino, asegurando el logro eventual de los resultados espirituales que estamos buscando. “Ampliando la realización de uno” se refiere a la explicación clara de los varios estadios de la experiencia en el camino, de manera tal que reconoceremos cada experiencia a medida que aparezca. “Disolviendo obstáculos” significa que deberíamos conocer aquellas condiciones internas y externas que crean obstáculos en nuestra práctica del camino. No solamente deberíamos ser capaces de reconocer obstáculos potenciales, sino también deberíamos conocer el remedio u antídoto para cada uno de ellos, en la medida en que ocurren.

“El límite de la realización, incluyendo al resultado” se refiere a la visión última del punto de vista filosófico único del sistema Lamdré, y por lo tanto, de la mismísima orden Sakya. Este punto de vista es conocido como “la no diferenciación del samsära y del nirvana” (‘khor das dbyer med), y coincide con el punto de vista Madhyamaka expuesto por grandes enseñantes, tales como Nägärjuna. Corresponde a la visión última sostenida por las otras ordenes del Budismo Tibetano, si bien se la conoce con diferentes nombres para los adherentes de las escuelas Nyingma, Kagyü, y Gelug. “El resultado”consiste de la obtención de las cinco sabidurías trascendentales con las que es endosada la mente iluminada de un buda, lo cual tiene correspondencia con los que son conocidos como los cinco cuerpos de la budeidad. Este es un concepto tántrico que será explicado más tarde.

Jetsun Dragpa Gyeltsen, el tercero de los Cinco Reverenciados Fundadores de la orden Sakya, afirmó que, mientras el sistema Lamdré de meditación pudo de hecho ser expuesto bajo estos siete temas, podía ser ulteriormente condensado bajo solamente dos punto principales o secciones, eso es, prácticas fundamentales, y avanzadas:

Si desean guiar un discípulo fiel, quién observa todo a lo que su preceptor se adhiere,

de acuerdo con las enseñanzas completas del sistema Lamdré, él debería ser guiado

en primer lugar de acuerdo a Las Tres Visiones, y luego de acuerdo a Las Tres

Continuaciones, porqué todas las enseñanzas del sistema son incluidas allí.

Luego Jetsun Dragpa Gyeltsen, el gran Ngorchen Kunga Zangpo, el fundador del Monasterio Ngor, también expusieron este mismo sistema de meditación con referencia a las prácticas fundamentales y a las avanzadas. Para nuestros propósitos, esto es más conveniente, por lo tanto, las enseñanzas estarán aquí expuestas de esta manera.

F E

Ahora entramos a nuestro primer tema de discusión: la fe. Cuando preguntamos, “¿A qué tipo de persona debería enseñarse Las Tres Visiones?”, el primer requerimiento esencial es que él o ella deberían estar provistos de fe. Como dicen los sütras, “Como los brotes verdes nunca surgen de semillas que el fuego ha quemado, tampoco el Dharma excelente surge en personas que no tienen fe.”

Así como no hay posibilidad para un brote verde de nacer desde una semilla quemada, así no hay manera para alguien quién no tiene fe en la validez, beneficio, y verdad de las enseñanzas, de entrar en las práctica apropiadas y obtener el resultado que nace de ellas. Si ustedes no tienen fe, no hay fundamentos sobre los cuales los factores integrales del camino espiritual pueden ser construidos. Ni alguien sin fe se verá influenciado por la idea de buscar la liberación. Ni aún el concepto de budeidad será una fuente de inspiración, precisamente por la falta de fe. En primer lugar, la puerta de la experiencia actual y del logro de la budeidad permanecerán cerrados, porqué simplemente no están inspirados para buscarla. Luego, al faltar la fe en la necesidad de desarrollar las cualidades requeridas del entrenamiento espiritual y de la meditación, ustedes no harán los esfuerzos para desarrollar aquellas cualidades, y no serán capaces de vivir los resultados que con ellos se obtienen. Y por último, no verán ni recibirán las bendiciones de los maestros y enseñantes experimentados, ni podrán contar con las bendiciones de las Tres Joyas.

En breve, una persona que no tiene fe no es un candidato potable para este camino, porqué ha cerrado su mente al desarrollo de todos aquellos factores esenciales que llevan al resultado de la budeidad, y quizás también la haya cerrado a la posibilidad de obtener tal resultado. Como sea, él ha cortado sus lazos con estos factores de ayuda, tales como las bendiciones y la guía de maestros experimentados, y las bendiciones del Buda, Dharma, y Sangha. Por lo tanto, la fe es el primer requisito para aquél que desee seguir este camino.

El Sütra de la Lámpara Enjoyada (*Ratnapradipasütra) nos dice esto acerca de la fe:

La fe va primero y, como una madre, da nacimiento; causa el surgimiento y el

crecimiento de todas las virtudes, despejando las dudas y rescatándonos de los

diluvios; la fe revela la Ciudad de la Felicidad.

La fe va antes que cualquier otra experiencia en el caminoel despertar del amor y de la compasión, la resolución de alcanzar la iluminación para el beneficio de todos los seres sintientes, y la visión interna en la verdadera naturaleza fenoménica. Todos estos factores esenciales se tornan posibles solamente en una persona que tiene fe. Por lo tanto, la fe es como una madre porqué da nacimiento a todas las otras cualidades y experiencias espirituales del camino. A causa de la fe, la persona se compromete a escuchar las enseñanzas, comprenderlas, reflexionar y meditar sobre ellas. Como resultado, se hacen patentes los varios tipos de comprensión que se adquieren a través de la reflexión y de la meditación. La fe causa el surgimiento en a mente de todas las virtudes – tales como las seis perfecciones espirituales (päramitä) de la generosidad, conducta moral, paciencia, diligencia, visión meditativa interior, y sabiduría, permitiéndole progresar de un nivel de visión interior a otro.

La fe también despeja las dudas, porqué, cuando se confronta con los problemas en la comprensión del verdadero significado de las enseñanzas, una persona con fe será incline a buscar respuestas genuinas. O recurrirá a un maestro experimentado, que puede remover dudas y explicar los puntos de la doctrina que él encuentra confusos, o hará esfuerzos para referirse a las distintas enseñanzas del Buda. Y a causa de su fe, será incline a dar crédito que las respuestas que encuentra son muy probablemente verdaderas. Pero una persona que no tiene fe probablemente no buscará respuestas de aquellas maneras, y, aún si se e dan respuestas correctas, puede inclinarse a desacreditarlas, a causa de su falta de fe. Por lo tanto, la fe sí despeja dudas y nos rescata de los diluvios del nacimiento, vejez, enfermedad, y muerte, así como de los otros tipos de pesar, ilusión, confusión, e infelicidad que todos los seres vivientes experimentan.

La fe hace posible la aspiración a la libertad de aquellas mismas fuerzas que causan nacimiento continuado, muerte, y sufrimiento. Nos lleva a hacer los esfuerzos correctos que llevan a la liberación de aquellas formas de sufrimiento. Finalmente, la fe revela la “Ciudad de la Felicidad.” Una persona que tiene fe en las enseñanzas del Señor Buda dará crédito a la posibilidad de obtener eventualmente la iluminación y la felicidad perfecta, mientras que aquella posibilidad permanece cerrada para aquellos que no tienen fe en ella.

El verso continúa:

La fe torna la mente impoluta y pura; aleja el orgullo y es la raíz de la devoción. La

fe es como un tesoro, como la riqueza. Ella (nos lleva adelante) como un

excelente par de pies, y. como las manos, es el medio principal para juntar virtud.

Ordinariamente, la mente se ve intoxicada no solamente por la confusión acerca de su verdadera naturaleza, sino también por estados emocionales de deseo, aversión, indiferencia, orgullo, celos, y el resto. Los pensamientos que surgen en tal mente son espoleados por, y surgieron de, la desilusión básica y las pasiones. De todas maneras, cuando la fe surge en vuestra mente, vuestros pensamientos se tornan tranquilos y claros, porqué está dirigidos hacia objetos de gran valor – por ejmplo, las reflexiones sobre las cualidades de los budas y de los bodhisattvas, la iluminación, y el amor y compasión para todos los seres. Como resultado, vuestros pensamientos se vuelven enfocados no solamente en las Tres Joyas y en cultivar la virtud para el beneficio de otros, los cuales son las fuentes apropiadas de sostén en vuestros esfuerzos espirituales,

sino también en la obtención de la misma budeidad. La fe torna posible todos estos pensamientos ennoblecedores. Vuestra mente llega a reflejar aquellas cualidades hacia un lado u otro, y como resultado se sentirán constantemente felices, animados, y llenos de propósito. Por lo tanto, el verso dice que la fe purifica la mente.

La fe también “aleja el orgullo”, porqué, cuando reflexionamos sobre los grandes valores permanentes de los budas y bodhisattvas, quienes se esfuerzan sin egoísmo para el mayor bien de todos los seres, vemos nuestros propios esfuerzos y motivaciones en la perspectiva apropiada. En comparación, se hace difícil permanecer vanidosos y orgullosos acerca de nuestros logros. Por lo tanto, la fe es “la raíz de la devoción”, porqué nos hace abrir nuestras mentes hacia la apreciación de las cualidades espirituales de los budas, bodhisattvas, y otras personas religiosas. Pensamientos de devoción, respeto, y apreciación, surgen en nosotros hacia aquellos seres, de manera que olvidamos nuestras propias cualidades inferiores.

Esto es ilustrados por la historia de Drugpa Kunleg, quién era conocido algo así como un lama loco en el Tibet. Él era bastante famoso por sus chistes y trucos a expensas de otros lamas, y frecuentemente exponía el orgullo de otros lamas en maneras muy sugerentes. Pero, cuando él mismo fue en peregrinaje a Lhasa, entró al Jowo Lhakhang, la gran “catedral” de Lhasa, que contiene una estatua muy exquisita del Señor Buda, por primera vez. Se detuvo a mirarla durante algún tiempo, reflexionando sobre el Buda, y finalmente se dirigió a la estatua, diciendo:

Tu y yo hemos empezado de manera parecida, como seres sintientes ordinarios, pero,

a través de tu gran diligencia, te has vuelto un ser perfectamente iluminado, dotado

de todas las cualidades de un buda, y eres capaz de ayudar a incontables seres

sintientes. Yo, a través de mi pereza, todavía voy errando de un lugar a otro aquí

sobre la tierra; pensando en esta gran diferencia que tu diligencia ha hecho entre

nosotros dos, yo te ofrezco mi homenaje.

Luego él se postró ante la imagen tres veces.

Como el tesoro escondido, las experiencias extraordinarias de visión interior y logro espiritual que son obtenidas por un bodhisattva, permanecen escondidas para nosotros. Ellas no son parte de nuestra experiencia presente, pero la fe las vuelve posibles. Revela en donde se encuentra aquel tesoro escondido, y la manera de obtenerlo. La fe es como la riqueza o la propiedad, en eso de que cuando tienen dinero, son capaces de comprar las varias cosas que necesitan. De la misma manera, si tienen fe, no es problemático obtener otras cualidades espirituales tales como la bodhicitta, visión interior en la verdadera naturaleza de todo fenómeno, las perfecciones espirituales, y los diferentes estadios de meditación.

La fe es “un excelente par de pies”, porqué los puede llevar a lo largo del camino espiritual que lleva desde la existencia mundana y ligazón, hacia la “Ciudad de la Liberación.” Puede llevarlos a través de la puerta del Dharma, a lo largo del camino de los bodhisattvas. La fe también es como un par de manos, en eso de que es “el principal medio para recoger virtud.” Aquellos quienes deseen alcanzar la budeidad deben acumular una tremenda cantidad de mérito espiritual a través de la meditación, y con buenas acciones, además de una gran cantidad de visión interior en la naturaleza de la mente, fenómeno, etc. La fe es la manera mejor y más rápida de acumular estos requisitos. Sin fe, la práctica del camino sería como subir por una escalera empinada sin las manos. Con fe, nuestro ascenso es muy firme y seguro.

LOS TRES TIPOS DE FE

Hemos dicho que la fe es extremadamente importante. Ustedes pueden querer aceptar que esto es así, pero,¿ que es lo que entendemos por fe? ¿Se trata solamente de fe ciega en lo que sea que el Buda dice? ¿Se debería aceptar cualquier cosa que un maestro Budista nos enseña, solamente porqué es hablada? La literatura del abhidharma nos dice:

La fe es la plena confianza en la eficacia de los hechos y su resultado, en las

Verdades, y en las Tres Joyas. Es también aspiración de logro espiritual, y una

apreciación clara mentalmente de la verdad.

Por lo tanto, hay tres tipos de fe: (1) plena confianza en la eficacia de los hechos y sus resultados, en las Cuatro Nobles Verdades, y en las Tres Joyas; (2) aspiración de logros espirituales; y (3) apreciación clara mentalmente de la verdad.

El primer tipo de fe se compone de tres partes, la primera de las cuales consiste de la confianza en la eficacia de la ley del karma. Si comprendemos que hay una conexión entre las acciones – mentales, vocales, y físicas – y la experiencia de placer o de dolor, entonces puede decirse que hemos aceptado la ley del karma. Necesitamos saber que hay una conexión directa, respectivamente, entre las acciones de cuerpo, voz, y mente integras y no-integras, y las experiencias placenteras y no-placenteras. El Bodhicaryävatära, un famoso texto Mahäyäna, escrito por Säntideva, nos enseña que todo el sufrimiento es el resultado de actos no íntegros, y la felicidad el resultado de los actos íntegros. Cuando aceptamos aquello, tenemos una cierta confianza en la conexión entre acciones y resultados, y por lo tanto, estaremos seriamente inclinados a evitar las diez acciones no integras de cuerpo, voz, y mente. En términos prácticos, nos inclinaremos a dejar de matar, robar, etc., y practicaremos virtudes, tales como proteger las vidas de otros, y dar a los necesitados.

Luego, deberíamos obtener algún grado de confianza en las Cuatro Nobles Verdades – la primera exposición del Dharma, dada por el Señor Buda. En un sermón en Deer Park en Sarnath, él explicó la primera verdad, que la naturaleza de lea existencia humana es el sufrimiento. En la segunda, él enseñó que la ambición es la causa del sufrimiento. La ambición incluye al apego a patrones egoístas de comportamiento, y comprende a la ignorancia básica, la creencia en un sí, y las pasiones auto gratificantes del deseo, rabia, desilusión, orgullo, envidia, y el resto. Tercero, el Buda enseño la verdad de la cesación – básicamente, que podemos poner un punto final a este estado instatisfactorio de la existencia mundana, y alcanzar una modalidad alternativa del ser, conocida como nirvana. Para finalizar, él enseñó la verdad acerca de la manera de poner un fin al sufrimiento, y alcanzar la liberación; los métodos que él enseñó constituyen el camino hacia la liberación. Cuando escuchamos y reflexionamos acerca de la enseñanza de las cuatro verdades básicas expresada por le Buda, y estamos de acuerdo en que todas ellas parecen merecedoras de consideración y práctica, entonces estamos embuidos de confianza en las Cuatro Verdades.

Y por último, necesitamos confianza en las Tres Joyas, un término colectivo usado para denotar al enseñante iluminado, el Buda; Sus enseñanzas o doctrina, el Dharma; y la asamblea, o Sangha, de los bodhisattvas quienes son sus seguidores en el camino. Estos tres son llamados joyas, porqué una joya tiene gran valor intrínseco, y es bastante rara en este mundo. Si ustedes consideran las cualidades representadas por el Buda, su enseñanza, y la asamblea de bodhisattvas, ustedes pueden apreciarlas como un verdadero gran reservorio de cualidades espirituales que son de valor para la humanidad. Al reflexionar sobre ellas, ustedes pueden ganar confianza en las Tres Joyas como una fuente válida de inspiración, guía, y sostén.

El segundo tipo de fe es la aspiración. Si ustedes reflexionan sobre el Buda, los bodhisattvas, los grandes maestros, tales como el Guru Padmasambhava, y los grandes santos del pasado, y aspiran a volverse como ellos con vuestro propios esfuerzos y concreciones, se dice que esto sea la fe de la aspiración, o la fe que surge de un deseo de alcanzar logros espirituales.

El tercer tipo de fe es la apreciación clara mentalmente de, o confianza en, la verdad del camino Budista. El Buda, el Dharma, y la Sangha representan cualidades espirituales que han sido alcanzadas una y otra vez por incontable seres. Ellas son posibles porqué el Señor Buda, por el deseo puro de remover los sufrimientos de todos los seres, obtuvo la budeidad, y la compartió desinteresadamente con todos los otros seres quienes podían estar inclinados a beneficiarse con esta enseñanza. Su visón interior es válida, tanto porqué corresponde a la realidad última y porqué sus motivos eran puros, habiendo surgido de gran compasión, como fueron aquellos de todos los otros maestros desde él, quienes transmitieron estas enseñanzas. Las enseñanzas, las Tres Joyas, y todas las prácticas nacieron de un deseo genuino de liberar a los seres del sufrimiento, y de promover, en todas las maneras posibles, el bien-estar de cada ser. Por lo tanto, las enseñanzas son sin duda alguna verdaderas y confiables. Cuando comprenden plenamente que una bella doctrina de liberación, tal como esta, surge de gran compasión, sin el menor rastro de mala interpretación, trampa o ilusoriedad de parte de sus promulgadores, entonces la fe de la creencia surge en vuestra mente. Pueden ver que sería imposible para aquellos verdaderamente dotados de gran compasión, infligir con algún tipo de malicia a los seres.

¿Cómo podemos saber quién está dotado de estos tres tipos de fe? Si un estudiante permanece firmemente interesado en el Dharma, y es persistente en sus esfuerzos hacia la obtención de la budeidad, entonces él o ella e dotado de estos tres tipos de fe. La firmeza en el camino es una señal de que está dotado con la fe de la apreciación clara mentalmente, aspiración, y confianza. Una persona que no es firme en su práctica es débil en fe. La fe es esencial para mantener a una persona en el camino. Una persona que tiene fe, no será distraída del esforzarse hacia la budeidad.

LAS CUATRO CAUSAS PARA EL ABANDONO DEL CAMINO

Hay cuatro causas principales para dejar el camino: (1) deseo, (2) ira, (3) miedo, y (4) ignorancia. Una persona cuya mente se torna gobernada por una de estas cuatro, es probable que deje el Dharma; se dice que su mente de fe ha sido resquebrajada por las fuerzas de la desilusión. En contraste, aquél cuya mente se mantiene firme en los tres tipos de fe, permanecerá en el camino en todas las circunstancias y situaciones.

La primera de estas cuatro causas es el deseo. Una persona que tenga fe firme no abandonará sus esfuerzos en el camino, aún si, obrando de esta manera, obtuviera un premio sustancial en su vida. No dejará la práctica ni aún por un reino, gran riqueza, fama, y cualquier otro logro, porqué conoce las fallas del apego – principalmente, los placeres mundanos, porqué son impermanentes. Además, le privan de alcanzar la felicidad completa y de larga duración de la liberación. El gran bodhisattva

Maitreya enseñó, en el Adorno de los Sütras Mahäyäna (Mahäyänasütralankära):

Si bien ellos no les ganan, las personas grandemente desilusionadas buscan

los placeres mundanos efímeros, mientras que los buscadores resolutos de la

liberación renuncian a ellos, y sin embargo ganan las riquezas de un reino ideal.

Las personas mundanas corren detrás de los placeres efímeros, descuidando al costo que eso implica, en la esperanza de obtener algún grado de disfrute. Ellas están “grandemente desilusionadas” porqué su búsqueda frecuentemente las lleva a un gran sufrimiento. Hasta pueden verse frustradas en encontrar aún una cantidad limitada de placer temporáneo, y, aún si lo obtienen, no hay manera en la que ellas puedan actualmente retenerla. Esto inevitablemente lleva al sufrimiento, porqué tarde o temprano ellas deben separarse de tal placer, a través de la muerte o por otra causa.

Los bodhisattvas, quienes permanecen firmes en la búsqueda de la liberación, abandonan los objetivos mundanos de fama, riqueza, poder, dominio, y otros. Aún si los han obtenido, renuncian a ellos. El mismo Señor Buda era un príncipe, si no hubiera elegido renunciar al mundo y entrar al camino del Dharma, fue vislumbrado en una predicción hecha cuando nació, que iba a alcanzar el rango de un emperador universal. También tenía al alcance de sus manos todos los placeres que el dinero y la posición de su padre como rey del clan Säkya podían proveer. Tenía entretenimiento, riqueza, y acompañantes, y sin embargo fue al bosque para someterse a seis años de diligente meditación. Aquellos quienes son sabios seguirán su ejemplo, y no se entregarán al apego extremo a los placeres mundanos; sino más bien permanecerán resolutamente en la búsqueda de un mayor bien para sí mismos, y otros.

La segunda causa de un posible desliz en vuestra práctica de la religiones la ira. En el Bodhicaryävatära, Säntideva escribió:

Un solo instante de ira anula todos los méritos de miles de eones reunidos a través de buenas acciones, tales como la generosidad, la devoción a los budas, y otras prácticas.

Säntideva también dice,

No hay pecado como la ira, ni hay expiación como la paciencia; esfuércense, por lo

tanto, en adquirir la práctica de la abstención.

Aún si han entrenado vuestra mente en la conducta moral, generosidad, y en los estadios de la iluminación, y han acumulado grandes cantidades de mérito, puede surgir una situación en la que reaccionen con gran ira. Si eso ocurre, no solamente destruirá vuestro mérito acumulado, sino los separará de vuestro camino espiritual. Por lo tanto, deberían tratar de ejercer la abstención, aún en circunstancias extremas, en las que sienten que están siendo abusados. Esto puede hacerse, primero reflexionando sobre el daño que la ira les causa. No solamente quema vuestra mente y destruye al mérito, sino también lastima a otros seres a los cuales ustedes están intentando beneficiar a través de vuestra práctica. Por lo tanto, por su bien, por lo menos, traten de evitar el abandono de la práctica de Dharma a través de la ira.

La tercer manera en la que ustedes pueden abandonar vuestro camino Budista, es a través del miedo. De encontrarse en situaciones de temor extremo, tanto externa como internamente, de manera tal de temer por vuestra salud, vida o sanidad mental, la única manera de escapar de eso podría parecer abandonando vuestro compromiso con el Dharma. Pero cuando están firmes en la fe, habiéndose vuelto convencidos en primer lugar no solamente de la posibilidad de la iluminación, sino del potencialmente gran valor que vuestra práctica tiene para ustedes, y para todos los otros, ustedes no dejarán vuestro compromiso con el Dharma, ni aún en estas circunstancias.

En el año 1040 de la era cristiana, cuando el gran pandita hindú Atisa estaba viviendo en el Tibet, fue visitado por varios de sus discípulos del norte de la India. La gran notica en aquellos días era la invasión Musulmana del norte de la India, y la destrucción de Nälandä, y otros monasterios Budistas. Cuando Atis preguntó a sus estudiantes acerca de los desarrollos más recientes, se le habló acerca de un evento durante el cual los soldados Musulmanes habían amenazado a un monje Budista en la Universidad de Nälandä. Ellos le habían dado a elegir entre abandonar a su compromiso hacia la iluminación, en cuyo caso hubiera sido muy bienamente remunerado, o enfrentarse con la muerte. Él replicó que, aún temiendo por su propia vida, y detestando la prospectiva de una muerte violenta, estaba convencido, no solamente de la verdad del Budismo, sino también que, el abandonar sus votos, y por lo tanto tamaño bien en potencia para los seres, le causaría mucha angustia en vidas futuras. Por lo tanto, bajo ninguna circunstancia él podría considerar abandonar su refugio en las Tres Joyas, ni su compromisos con la iluminación. Los soldados de hecho lo mataron.

Cuando Atisa escuchó esto, se conmovió mucho. Él había hablado frecuentemente de este particular monje, como un muy buen ejemplo del tipo de fe firme que necesitamos, de manera que, aún en la circunstancias más extremas, permanezcamos firmes en nuestro compromiso con el camino. Aún si la opción de dejar vuestra práctica puede salvar vuestra vida, hay otras consideraciones. No solamente sufrirían una gran pérdida de moral y mérito, sino que habría una pérdida inconcebiblemente grande para otros seres a los que les prometieron beneficiar. Abandonar algo de tanto valor como el Dharma, puede llevar fácilmente a resultados kármicos muy infelices. Para fundamentar esto, hay otro verso del Bodhicaryävatära, en el que Säntideva escribe,

Aún si todos los dioses y semidioses fuesen mis enemigos, ellos no podrían llevarme

hacia el fuego del Avici, junto con el cual ni siquiera permanecerían las cenizas del

Monte Sumeru; y sin embargo, allí estoy, sacudido violentamente por estos

poderosos enemigos, las desilusiones.

Las desilusiones son, por ejemplo, el miedo. A causa del miedo para nosotros mismos, podemos reaccionar apresuradamente, y por lo tanto, atraer hacia nosotros un resultado kármico muy infeliz.

La cuarta de las causas para el abandono del Dharma es la ignorancia. El Bodhicaryävatära dice:

Así como un hombre afectado por la enfermedad está incapacitado en todas sus

acciones, también una mente afligida por la ignorancia está priva de poder en

todos sus trabajos.

Si una persona se involucra en la práctica de la religión, o busca entrenarse en un camino espiritual, no llegará muy lejos, si no tiene en claro qué debería ser practicado, y qué no. Si, por ejemplo, se involucra en sacrificio animal, pensando que acumula virtud, estará justamente acumulando el pecado de quitar la vida. Por lo tanto, no deberían ignorar ni las acciones que traen resultados íntegros, y que deberían por ende ser practicadas, ni las acciones que deberían ser evitadas, porqué traen resultados contraproducentes. Es vuestra responsabilidad ganar un entendimiento comprensivo de

que debería ser practicado y de que debería evitarse en el camino.

Para evitar la caída a través de la ignorancia, esfuércense en aprender todo lo que hay para saber acerca de las prácticas del camino: en qué consisten, cómo debe buscárselas, los estadios de la experiencia, y los resultados obtenidos a través de ellas. Pueden hacer esto acompañando a otros, quienes están experimentados en la meditación, y familiarizados con las enseñanzas del Buda. También deberían estudiar las biografías de los grandes maestros, la historia del joven hindú Sri Sambhava, y de la joven hindú Srimati, y aquella del bodhisattva Sudhana. Pueden seguir su ejemplo, en evitar estas cuatro causas de caída. A este respecto, el Bodhicaryävatära establece:

Una persona debería aprender como acompañar a los preceptores, de acuerdo con la

historia de Sri Sambhava; la manera de hacerlo es leer este y otros discursos Del

Iluminado.

Si vuestra mente está agitada o influenciada por la ignorancia, no serán capaces de esforzarse con efectividad en el camino. Necesitan ser capaces de reconocer claramente, “Esto es lo debería hacer, y esto es lo que no debería.” Por ejemplo, si se comprometen a seguir ciertas reglas, trátese de los preceptos para laicos, como de los votos del bodhisattva, o de los votos tántricos, ustedes deben (1) comprender profundamente lo que han asumido; (2) saber cómo preservar a sus votos, y (3) como reparar los votos en caso de que los hayan violado.

Para lograr la meditación correcta, necesitan: (1) conocer cómo despertar las motivaciones correctas dentro de ustedes mismos, (2) saber cómo entrar a experiencias meditativas, (3) saber cómo remover obstáculos inesperados y otras adversidades, en caso de que surjan, y (4) saber cómo tiene que obtenerse el resultado de la meditación. Para tener éxito en todos estos, ustedes deben hacer muchos esfuerzos en el estudio, reflexión, y en la meditación.

La alternativa es cometer errores que se compactarán, e incrementarán vuestra desilusión. Para remover la ignorancia y ganar entendimiento de las maneras correctas de practicar, estudien las historias de Sri Sambhava y de la jovencita Srimati, que son relatadas en el Tratado del Sütra Germinador (Gandavyühasütra). Este sütra se encuentra en la literatura Avatamsaka. También pueden consultar la historia del joven Sudhana, para ver como él buscó, y sirvió a sus preceptores, y a las numerosas biografías de maestros quienes se entrenaron en el dar, en la paciencia, meditación, y en las otras perfecciones. A través de la confianza en los ejemplos encontrados en los sütras, y en la vida de Hindúes eminentes y de la de adeptos Tibetanos, ustedes ganarán una comprensión clara tanto de cómo practicar, como de evitar errores.

Una persona que no renuncia a la práctica en la que se comprometió, a pesar de su deseo, ira, miedo, o ignorancia, es un vehículo apto para la enseñanza del Buda. Como afirmó Arya Nägärjuna en su Preciosa Guirnalda (Ratnävali),

Se le llama “fiel” y “un vehículo para la enseñanza de la emancipación” a aquél

quién no renuncia a la religión a causa del miedo, ira, deseo, o ignorancia.

Si ustedes tiene una fe firme y son capaces de evitar abandonar el Dharma, recibirán las bendiciones de los preceptores y de las Tres Joyas, vuestra práctica florecerá, y seguramente ganarán la liberación.

La resolución de permanecer firmes en la práctica puede ser nutrida a través de la lectura delos sütras, y dejando compañías que tienden a llevarlos lejos de la práctica. En su lugar, asóciense con amigos que los animen en el estudio, y en la práctica del Dharma. También, perseveren en el entrenamiento de vuestra mente en aquellos métodos que causen el crecimiento de la fe y el fortalecimiento de vuestra práctica del camino. Como Säntideva enseñó en su Compendio de Entrenamientos (Siksäsamuccaya):

Aquél que anhela poner un fin al dolor, y alcanzar la felicidad sublime, debe

plantar firmemente la raíz de la fe, y afirmar su mente en la búsqueda de la

iluminación.

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