En Dharamsala, miembros del Parlamento tibetano debaten las modalidades en que se hará el cambio político. AP
- Tibetanos en el exilio
El candidato a ocupar el lugar del líder espiritual no descarta que el Tíbet pueda ser una nación independiente
DHARAMSALA, INDIA (28/MAR/2011).- Lobsang Sangay nació en un pequeño campo de refugiados tibetanos al norte de India. Su padre vendió una de sus dos vacas para que estudiara en una ciudad más grande en Los Himalaya y en Nueva Delhi. Fue becado para estudiar en la Universidad de Harvard, donde se doctoró en Estudios Legales del Este de Asia, y es investigador y profesor.El 20 de marzo los tibetanos en el exilio votaron por tres candidatos a primer ministro, que tendrá todos los poderes terrenales a los que el Dalai Lama ha renunciado, aunque éste seguirá siendo el líder espiritual. El resultado de las elecciones, en las que los tibetanos se han volcado por considerarlas trascendentales, se dará a conocer a finales de abril.
Pero se cree que Sangay ganará: en las primarias tuvo más votos que los otros dos candidatos juntos. Sus principales partidarios son los jóvenes y los monjes que ven como ventajas su juventud (43 años), su educación y su proyección internacional, aunque se le achaca no tener experiencia en la administración en el exilio. Él se considera “secular, pero respetuoso de la religión”. Está casado y tiene una hija de seis años.
— ¿Cómo es posible sustituir al Dalai Lama, aunque sea sólo en la política?
— Nadie puede hacerlo, es una tarea imposible, ni debemos intentarlo. El Dalai Lama es, y siempre será, nuestro líder. Pero la autoridad política que sea cedida por él, debe ser ejercitada de la mejor manera posible.
— ¿Por qué el Dalai Lama deja el poder político?
— Está tratando de abrir un espacio para que un líder electo se vaya creando un perfil y se convierta en el portavoz global de los tibetanos. La transición puede suceder de un día para otro, pero la evolución del líder electo va a llevar un tiempo. El primer ministro tiene que poner los cimientos de la credibilidad política.
— ¿Por qué hay tanta resistencia a que el Dalai deje el poder?
— Siempre ha habido resistencia, es muy difícil digerirlo emocionalmente. Si se mira atrás, en la historia de 50 años en el exilio —es sobre lo que escribí mi tesis—, el Dalai ha ido cediendo poco a poco el poder. Cuando creó el Parlamento, una Constitución democrática y la cláusula que dice que incluso el Dalai Lama puede ser destituido, la gente siempre se ha resistido a los cambios. Pero en perspectiva las cosas han funcionado.
— ¿Cuál es el legado político del Dalai Lama?
— Es muy visionario y brillante. De las comunidades de refugiados en el mundo, los tibetanos son los más organizados, eficientes y efectivos con su Gobierno. Tenemos un Parlamento, un sistema judicial y buena administración. También, nuestra causa se ha vuelto global gracias a él.
— De ser elegido primer ministro, ¿será legítimo su Gobierno dentro de Tíbet, donde los tibetanos no han podido votar?
— El Dalai Lama es el líder indiscutible de los tibetanos, dentro y fuera. Al ceder su autoridad política, también está extendiendo su legitimidad al primer ministro electo. Por otra parte, los tibetanos dentro y fuera están conectados: muchos van y vienen.
— Se le achaca no tener experiencia en la administración en el exilio...
— Sí, es cierto, pero el cargo no se basa sólo en eso. Las cinco responsabilidades del primer ministro son: entender la situación en Tíbet, abogar y buscar apoyo internacional, entender a China y su gente, ser agradecido con India (donde está la administración en el exilio y el mayor número de exiliados) y continuar con la relación y, finalmente, la administración. Tengo ventaja en cuatro y medio de los puntos: administrativamente me apoyaré en siete ministros y otros funcionarios.
— ¿Cree que Tíbet podrá ser independiente?
— Si no crees, no debes luchar por ello. Es posible: hasta hace unos meses se creía que Hosni Mubarak moriría en el poder en Egipto, o, antes, era imposible creer en la desintegración de la Unión Soviética.
— Pero Beijing no reconoce otro interlocutor que el Dalai Lama...
— Es el punto donde estamos estancados. Los tibetanos siempre hemos dicho que dialogaremos cuando sea, donde sea. Es un movimiento no violento, que se debe resolver con diálogo. Beijing tiene que moderar su política y abrirse al diálogo.
FRASE
"La decisión del Dalai Lama es difícil de digerir. Ésta es una transición radical, pero confío en que, como siempre, él estará en lo correcto"
Lobsang Sangay,
candidato a primer ministro en el Tíbet.
Votación por unanimidad
Parlamento acepta la renuncia del líder tibetano
DHARAMSALA, INDIA.- El Parlamento tibetano en exilio en Dharamsala aceptó el retiro político del Dalai Lama, mediante una votación por unanimidad de varias resoluciones tendentes a modificar la estructura del movimiento, anunció un miembro del Parlamento.
“Era una decisión difícil: enmendar la Constitución y separar a su Santidad de la política tibetana, pero él lo hace por el bien de los tibetanos a largo plazo”, declaró el parlamentario, Karma Yeshi.
A sus 75 años, el Dalai Lama anunció la semana pasada su intención de renunciar a su papel político como jefe del movimiento de los tibetanos en el exilio, esencialmente simbólico, y de transmitir sus responsabilidades a un nuevo primer ministro con más poderes.
La asamblea legislativa que sesiona en Dharamsala —la ciudad india donde tiene sede el Gobierno en el exilio—, propuso sin embargo que el Dalai Lama, de 75 años, siga revistiendo el papel de “jefe simbólico de los tibetanos”.
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