miércoles, 9 de septiembre de 2009

Chinos ejemplares: EL MONJE XUANZANG




El monje Xuanzang
CRI
En China, todo el mundo conoce la novela clásica Peregrinación al oeste, obra donde se relata la historia de cuatro monjes que viajan en esa dirección en busca de los sutras budistas y logran su objetivo tras superar innumerables dificultades y derrotar a miles de demonios en su largo camino. La figura de uno de sus protagonistas está inspirada en Xuanzang, célebre monje de la dinastía Tang considerado heraldo de la cultura china.
Nacido en el año 602, Xuanzang no tardó en dar muestras de su gran inteligencia y de su notorio apego al budismo, religión en aquel entonces muy en boga. A los 11 años ya leía los sutras budistas y dos años más tarde se ordenó monje en la importante ciudad cultural de Luoyang. Posteriormente viajó por todo el país para visitar a los monjes más renombrados y estudió las enseñanzas budistas con tal ahínco que al cumplir los 18 años ya era conocido en los principales círculos de esta religión.

La perseverancia mostrada por el joven monje en el estudio del budismo rayaba en la demencia. Tras constatar que los sutras ya traducidos al chino estaban plagados de discrepancias y contradicciones, decidió viajar a la India, cuna del budismo, con el fin de descubrir su verdadera esencia.
En el año 627, Xuanzhuang partió de Chang´an, capital de la dinastía Tang, iniciando así un largo peregrinaje que lo llevó hasta el monasterio de Nalanda, considerado por aquel entonces el principal centro de estudios budistas y el máximo representante de la superioridad del budismo indio.
En el siglo VII, la parquedad de conocimientos geográficos, así como el escaso desarrollo de los medios de transporte y las vías de comunicación dificultaban enormemente los viajes a pie desde el centro de China hasta la lejana India: había que atravesar desolados desiertos, extensas regiones deshabitadas, selvas vírgenes y las nevadas montañas del suroeste de China. A pesar de todo ello, el devoto monje budista, tras vencer innumerables dificultades, llegó finalmente a la India en verano del año 629 y viajó al centro del país para visitar los seis famosos lugares sagrados del budismo.
En el 631, Xuanzang ingresó en el instituto del Templo de Nalanda, donde permaneció cinco años estudiando los sutras budistas. Posteriormente viajó durante otros seis años por toda la India con el fin de ampliar sus conocimientos con más de una docena de grandes maestros. Gracias a sus incansables esfuerzos llegó a ser un prestigioso experto en budismo. Se cuenta que en un debate nacional sobre las enseñanzas de Sakyamuni, Xuanzang, que actuaba de moderador, respondió a todas las inquietudes de los creyentes, adquiriendo así merecida fama en los círculos budistas de la India.
En la primavera del año 643, Xuanzang emprendió el viaje de regreso a China llevándose consigo centeneras de cajas repletas con las escrituras y estatuas budistas que había ido coleccionando a lo largo de los años. Tai Zong, emperador de la dinastía Tang, ordenó personalmente a su enviado que saliera a recibirlo y le ofreciera un cargo ministerial. El monje declinó cortésmente el ofrecimiento y se trasladó al Templo de Hongfu, situado en la capital Chang´an. Con el apoyo del emperador Tai Zong, Xuanzang reunió a un nutrido grupo de monjes y eruditos procedentes de distintas partes del país, y empezó la traducción de los sutras budistas, colosal tarea a la que dedicó los 19 años que le restaban de vida.
Volcando todas sus energías en esta labor, durante ese largo periodo tradujo 75 colecciones de sutras budistas repartidas en 1335 capítulos, que abarcan de manera sistemática las principales obras del budismo indio Mahayana del siglo V. Cabe destacar que hacia el final de su vida, Xuanzang completó la traducción de una colección de sutras formada por 600 capítulos, una de las más extensas. Gracias a su admirable dominio del chino y a su profundo conocimiento del sánscrito, sus traducciones aunaban la fluidez y la belleza con la fidelidad al texto original.
En plena traducción de las escrituras budistas, Xuanzang fundó la escuela Faxiang. Cuando su discípulo japonés Daozhao regresó a su patria, introdujo allí las doctrinas de esta escuela, que han seguido transmitiéndose hasta nuestros días. Lo mismo hizo su discípulo coreano Yuan Ce tras regresar a su tierra natal.
Además de traducir, Xuanzang dedicó más de un año a la redacción de su famoso libro Notas sobre las regiones occidentales de la gran dinastía Tang (DatangXiyu Ji) a partir de apuntes y narraciones orales, labor en la que contó con la colaboración de su discípulo Bian Ji. Esta obra de abundante y valioso contenido trata de la historia, la geografía, las etnias, los recursos, el clima, la cultura y la política de los más de 100 (¿10?) países que recorrió a lo largo de los más de diez años que duró su peregrinaje. A pesar del tiempo transcurrido, las Notas del célebre monje siguen siendo una rica fuente de datos históricos y geográficos de gran valor para el estudio de Afganistán, Pakistán, la India y la antigua Asia Central. En el siglo XIX, esta obra se tradujo a varios idiomas, entre ellos el francés, el inglés, el japonés y el alemán. Basándose en tales datos, los arqueólogos han logrado notables éxitos en sus exploraciones y estudios sobre la antigua India y las reliquias históricas y culturales de Asia Central. La influencia cultural de Xuanzang trascendió con creces el propósito original de su peregrinaje al oeste y desempeñó un destacado papel en el desarrollo de la civilización tanto de China como del resto de Oriente. Pero el monje chino no es conocido únicamente como sobresaliente traductor y teórico del budismo, sino también como gran viajero, no en vano a la largo de los diecisiete años que duraron sus viajes años recorrió 25 000 kilómetros y atravesó 110 (¿10?) países (¿reinos?), gesta apenas creíble y casi sin parangón. Sus Notas sobre las regiones occidentales de la gran dinastía Tang es considerada con toda justicia un tesoro de la literatura universal.La proeza de Xuanzang se convirtió en fuente de inspiración para los literatos chinos y el folclore popular, siendo su fruto artístico más célebre la novela fantástica Peregrinación al oeste, publicada mil años después del fallecimiento de este esclarecido monje budista chino.

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