La muerte de un policía en la localidad de Shangri-La, zona de mayoría tibetana en la provincia china de Yunnan (sur), causó nuevos enfrentamientos entre civiles chinos han, tibetanos y fuerzas de seguridad, señaló hoy el diario independiente "South China Morning Post".
El diario, que cita un informe del Centro para los Derechos Humanos y la Democracia (ONG con sede en Hong Kong), asegura que los incidentes obligaron al envío de más de un millar de efectivos de policía armada a la zona, una de las más turísticas de China.
El detonante de los enfrentamientos fue la muerte, el 28 de agosto, de un policía durante una pelea en un karaoke local, y tras el incidente la policía detuvo tanto a chinos han como a tibetanos.
Los enfrentamientos no fueron exactamente otro caso de violencia interétnica como la que se produjo en Xinjiang (noroeste) este verano, ya que en los dos bandos (los presuntos agresores del policía y sus familiares y amigos) había miembros de las dos etnias, de acuerdo con la información.
No obstante, el incidente podría aumentar los temores de Pekín a que aumente la inestabilidad en el oeste de China, escenario de violentas protestas en el Tíbet y Xinjiang desde el pasado año, a falta de menos de un mes para que el país asiático celebre los 60 años de la República Popular.
Shangri-La fue rebautizada en 2001 con ese literario nombre -antes se llamaba Zhongdian- con el fin de atraer más turismo a la zona, situada en la frontera con la región autónoma del Tíbet.
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