Obama-Dalai Lama: La gota que rebalsó el vaso chino
Barack Obama y el Dalai Lama se han reunido el pasado jueves en Washington en abierta contraposición a China desafiando a la potencia asiática al más puro estilo de la Guerra Fría. Sin embargo, el Presidente norteamericano recibió al Dalai de manera camuflada y sólo en el Salón de Mapas de la Casa Blanca y no en el Salón Oval como lo hace habitualmente con las visitas oficiales. Pocas imágenes se obtuvieron de la entrevista.
El Gobierno chino protestó airadamente y argumentó que Estados Unidos ha roto principios básicos de las relaciones internacionales y, además, se ha inmiscuido en la política interior de China. Así mismo, indicó que el Dalai, bajo la capa de la religión, se ha dedicado a dividir a China y a cometer actos terroristas dentro de la región del Tíbet.
Por otro lado, Obama quiso que esta reunión se efectuara dentro del marco de una relación amistosa no oficial, sin los honores de un jefe de Estado y de baja notoriedad. Obama ya había evitado encontrarse con el Dalai en octubre pasado, pues estaba a punto de iniciar su visita a China y no quería perturbar las relaciones sino-estadounidenses. Entonces, ¿por qué ahora? Analistas chinos indican que se debe a la repentina baja de popularidad que ha tenido Obama y a una forma de presión internacional para poner los ojos en China y su sistema político.
De la reunión sólo se supo de boca del exiliado líder tibetano que señaló que había hablado con el presidente de la promoción de los valores humanos, de la armonía religiosa y de su preocupación por el pueblo tibetano. Terminó asegurando que había sentido “mucho apoyo” de Obama.
Recordemos que en 2007 Georges W. Bush no sólo recibió al Dalai Lama también, sino que además, le entregó la Medalla Honorífica del Congreso de los Estados Unidos (populismo yankee de por medio). Además muchos líderes mundiales lo han recibido, en el marco del Premio Nobel de la Paz que ostenta, como Sarkozy, Brown y Merkel. Sólo para la anécdota queda que cuando el Dalai Lama visitó Chile en mayo de 2006, Bachelet no lo recibió por las presiones chinas y la influencia en el joven TLC con China.
Ahora bien, ¿por qué esta aireada respuesta china a Estados Unidos?
Estos hechos han hecho que las relaciones Washington-Beijing pasen por un muy mal periodo, lleno de tensiones, al más puro estilo de la Guerra Fría. A la reunión de Obama y Hilary Clinton con el Dalai, debemos sumar la reciente información sobre la venta de armas desde Estados Unidos a Taiwán.
El enojo chino tiene muchas caras. Estados Unidos acusa a China y viceversa. Lo claro es que estamos frente a dos potencias que se están jugando el mercado y las políticas globales codo a codo y, todo esto, en un marco de una profunda crisis económica que hace que los márgenes de acción sean más limitados. China está a meses de desplazar a Japón y convertirse así en la segunda economía mundial. Así, reclama mejores cuotas de introducción de productos en Estados Unidos. Por su parte, Estados Unidos le pone presión: vende armas a Taiwán, le increpa por no tomar una posición sobre la cuestión nuclear Iraní, le acusa de utilizar el yuan para hacer más competitivas sus exportaciones, reclama de no dejar cuotas de mercado para los productos americanos en China, también el “asunto google”, etc.
En resumen, el asunto de la reunión Obama-Dalai no es en sí el origen del problema y de la posterior vigorosa respuesta china. Es simplemente una muestra de que esa gota rebalsó el vaso y que fundió en ira al régimen comunista del gigante asiático y que deja también de manifiesto la utilización sutil, pero mediática al fin, del gobierno americano para utilizar una imagen potente mundial, como es la del Dalai, para así atraer a un descontento electorado y, también, aprovechar de lanzar la pelota al otro lado del pacífico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario