Wang Yahui, de 28 años de edad, murió durante un interrogatorio la noche del pasado 21 de febrero, tras ser detenido tres días antes acusado por robo, informó hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.
En un principio las autoridades del centro de detención, situado en la provincia de Henan, alegaron que Wang falleció por beber "agua caliente" una justificación que de inmediato levantó las sospechas de los familiares, quienes además encontraron magulladuras en el cadáver.
Una vez que los allegados de Wang informaron a la prensa de que el joven pudo ser torturado, la idea levantó la irritación entre la comunidad internauta china que ha utilizado la frase "agua caliente", para burlarse de la explicación de las autoridades.
Según el diario "Nuevo Pekín", la frase ya se ha convertido en una de las búsquedas claves en la red en China.
Otros cuatro policías son investigados por su posible implicación en este caso, que ha saltado a la luz tan sólo cuatro días después de que el Gobierno chino aprobase una nueva normativa para los centros de detención en la que se prohíben expresamente "insultos y castigos corporales".
Organizaciones pro derechos humanos y el relator de las Naciones Unidas Contra la Tortura han denunciado en repetidas ocasiones los abusos que se cometen en esos centros de China, donde el uso de la tortura para lograr confesiones y el maltrato a los sospechosos es bastante frecuente.
Otro suceso que llevó al Gobierno a replantearse el sistema de detenciones fue la muerte el año pasado por apaleamiento de un joven de 24 años, Li Qiaoming, en un centro de detención de la provincia de Yunnan (sur), al parecer golpeado por otros detenidos.
El caso tuvo repercusión porque los responsables del centro intentaron esconder el suceso al asegurar que había fallecido cuando jugaba con sus compañeros de celda al "escondite", lo que fue recibido con gran extrañeza por Gobierno y la opinión pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario