martes, 3 de mayo de 2011

Todas las cosas creadas son inestables; esforzaros con atención.

Biografía

Había un pequeño país en lo que en la actualidad es el Sur de Nepal que estaba gobernado por el clan de los Shakyas. La cabeza de este clan y rey de este país se llamaba Shuddodana Gautama.

Su esposa, Mahamaya, estaba esperando a su primer hijo. En la pequeña ciudad de Lumbini, pidió a sus doncellas que la llevaran a un tranquilo bosquecillo en busca de intimidad, donde dio a luz a un niño. Le puso por nombre Siddhartha, que significa "aquel que ha logrado sus metas". Por desgracia, Mahamaya murió solo siete días tras el parto. Su hermana, la bondadosa Mahaprajapati, fue la que se hizo cargo del cuidado de Siddhartha desde entonces.

Cuando le llegó el momento de casarse, tomó la mano de Yashodhara y ambos contrajeron matrimonio a los 16 años de edad. 

Siddhartha estaba siempre en uno u otro de sus tres palacios, y se le impedía experimentar muchas de las cosas que serían corrientes para un chico de su edad. No se le permitía ver a los viejos, a los enfermos, a los muertos, o a cualquiera que se dedicara a la práctica religiosa. Siddhartha empezó  poco a poco a sentirse inquieto y curioso acerca del mundo que se escondía más allá de los muros de palacio y finalmente pidió que se le permitiera ver su pueblo y sus tierras.

El rey lo arregló todo cuidadosamente para que no pudiera ver el tipo de sufrimiento que temía pudiera llevarle a abrazar la vida religiosa. Pero, inevitablemente, vio gente vieja, enferma e incluso muerta. Le preguntó a su amigo y escudero Chandaka el significado de todas estas cosas, y Chandaka le informó de las simples verdades que Siddhartha ya debería saber: que todos envejecemos, enfermamos y, finalmente, morimos.

Siddhartha también vio a un asceta, un monje que había renunciado a todos los placeres de la carne. La serena mirada en el rostro del monje permanecería en el recuerdo de Siddhartha durante mucho tiempo. Más tarde, diría, refiriéndose a esa época:


Cuando la gente ignorante ve a alguien viejo, se disgustan y horrorizan, aunque ellos también serán viejos algún día. Yo pensé: no quiero ser como la gente ignorante. Después de aquello, no pude volver a sentir la embriaguez de la juventud de nuevo.

Cuando la gente ignorante ve a alguien enfermo, se disgustan y horrorizan, aunque ellos también estarán enfermos algún día. Yo pensé: no quiero ser como la gente ignorante. Después de aquello, no pude volver a sentir la embriaguez de la salud de nuevo.

Cuando la gente ignorante ve a alguien muerto, se disgustan y horrorizan, aunque ellos también morirán algún día. Yo pensé: no quiero ser como la gente ignorante. Después de aquello, no pude volver a sentir la embriaguez de la vida de nuevo.

A los 29 años, Siddhartha se dio cuenta que no podría ser feliz viviendo de la forma en que lo había hecho hasta entonces. Quería más que nada descubrir cómo alguien podría superar el sufrimiento. Después de dar un beso de despedida a su mujer mientras dormía y a su hijo recién nacido Rahula, se escabulló del palacio y penetró en los bosques del Norte de la India.

Empezó a practicar entonces la austeridad y las automortificaciones junto a un grupo de cinco ascetas. Durante seis años, practicó. La sinceridad y la intensidad de su práctica eran tan sorprendentes que, muy pronto, los cinco ascetas se convirtieron en seguidores de Siddhartha. Pero las respuestas a sus preguntas no aparecían. Redobló sus esfuerzos, rechazando el agua y la comida, hasta llegar a estar a las puertas de la muerte.

Durante seis años practicó la vida ascética, comiendo sólo lo que encontraba en el suelo, bebiendo sólo agua de lluvia, vistiendo tan solo un taparrabos. Cuando las respuestas que buscaba no llegaban, lo intentaba con mayor esfuerzo. Pero Siddhartha se dio cuenta de que estas prácticas extremas no le llevaban a ninguna parte, y que de hecho sería mejor encontrar un punto medio entre una vida llena de lujos y la automortificación.

A las afueras del pueblo de Bodh Gaya, Siddhartha decidió que se sentaría bajo cierta higuera todo el tiempo que hiciera falta hasta encontrar las respuestas al problema del sufrimiento. Estuvo sentado durante muchos días, primero en una profunda concentración para limpiar su mente de todas las distracciones, luego en plena meditación, para abrirse por completo a la verdad. En la luna llena de mayo, con la llegada del lucero del alba, Siddhartha finalmente obtuvo la respuesta al problema del sufrimiento y se convirtió en el Buda, que significa "aquél que está despierto".

En el parque de los ciervos de Sarnath, cerca de Benarés, a más de cien millas de Bodh Gaya, dio su primer sermón, al que llamó "el arranque de la rueda de la doctrina". En él explicó las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero. El rey de Magadha, después de escuchar las palabras de Buda, le cedió un monasterio para que pudiera usarlo durante la temporada de lluvias. Ésta y otras generosas donaciones permitieron a la comunidad de creyentes que pudieran continuar su práctica a través de los años, y le dio a mucha más gente la oportunidad de escuchar las enseñanzas de Buda.

Su tía y su esposa le pidieron entrar a formar parte del Sangha o comunidad monástica, que originalmente estaba compuesta sólo por hombres. La cultura de aquel tiempo situaba a las mujeres claramente por debajo de los hombres en importancia, y en un principio pareció que permitir a  las mujeres entrar en la comunidad debilitaría a ésta. Pero Buda las aceptó, y su tía y su esposa se convirtieron en las primeras monjas budistas.

Buda decía que no importaba el estatus que las personas tuvieran en el mundo, ni su pasado, su riqueza o su nacionalidad. Todos eran capaces de iluminarse, y todos eran bienvenidos en el Sangha. El primer monje budista que fue ordenado, Upali, había sido barbero, pero fue situado por encima de otros que habían sido reyes, tan solo porque había hecho sus votos antes que ellos.

Buda alcanzó la iluminación a los 35 años de edad. Estuvo enseñando el Dharma (el camino) por todo el noroeste de la India durante 45 años. A los 80 años comió unos alimentos en mal estado y se puso muy enfermo. Entró en una profunda meditación en un bosque y murió. Sus últimas palabras fueron...

Todas las cosas creadas son inestables;
esforzaros con atención.

Poco tiempo después de la muerte de Buda, 500 monjes se reunieron en el primer concilio en Rajagrha, bajo el liderazgo de Kashyapa. Upali recitó el código monástico (Vinaya) tal como lo recordaba. Ananda, el primo de Buda, amigo y discípulo favorito -¡y un hombre de una gran memoria!- recitó las lecciones de Buda (los Sutras). Los monjes debatieron sobre algunos detalles y votaron las versiones finales de éstos. Entonces se las hicieron aprender de memoria a otros monjes, para que pudieran ser traducidas en las muchas lenguas de las llanuras de la India. Hay que hacer notar que el Budismo se mantuvo como una tradición oral durante 200 años.

Pocos siglos después, la unidad original del Budismo empezó a fragmentarse. La más importante escisión tuvo lugar tras el segundo concilio, que tuvo lugar en Vaishali cien años después del primero. Después de los debates entre un grupo más liberal y otro más tradicionalista, el grupo liberal abandonó el lugar designándose asimismo como los Mahasangha -"el gran sangha"-. Este grupo evolucionaría hasta convertirse en la tradición Mahayana del Norte de Asia. Los tradicionalistas serían conocidos más tarde como los Theravada o "el viejo camino", desarrollando su influencia en Sri Lanka y la mayor parte del sudeste asiático.

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