Para el gobernante Partido Comunista chino, las manifestaciones que congestionaron en 1989 la plaza de Tiananmen en Pekín y se extendieron a otras ciudades siguen siendo un tabú, mucho más este año en medio de una campaña contra los disidentes a raíz de las revueltas en varios países árabes.
El aniversario de la represión contra el movimiento encabezado por estudiantes es hoy y tres hombres que participaron en las protestas –Jiang Yaqun, de 75 años, Miao Deshun, de 48, y Yang Pu, de 47– siguen en la cárcel Yanqing de Pekín a donde son enviados los reos enfermos.
Otros dos –Chang Jingqiang, de 43 años, y Li Yujun, de 48– están en otra prisión de la capital china.
Los cinco eran parte del millón de estudiantes y trabajadores que se reunieron en las calles de Pekín en 1989 para pedir democracia, un movimiento que terminó antes del amanecer del 4 de junio cuando los tanques entraron en la plaza de Tiananmen. Jiang y Miao han estado presos durante un tiempo inusualmente largo, dijo Joshua Rosenzweig, investigador de la Fundación Dui Hua, un grupo estadounidense basado en Hong Kong que trabaja por la liberación de los presos políticos chinos.
Inicialmente recibieron condenas de muerte suspendidas, que luego fueron conmutadas por la cadena perpetua y luego a penas de 20 años. Jiang saldría de la cárcel en octubre del 2013 y Miao en septiembre del 2018, según Dui Hua. Jiang, condenado por “sabotaje contrarrevolucionario”, sufre de retraso mental leve.
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