El primer ministro taiwanés, Wu Dun-yih, felicitó a China por su éxito económico en los últimos 60 años y por la paz que mantiene en sus relaciones bilaterales con Taiwán, pero reiteró que la isla mantiene una independencia de facto desde 1949.
"Taiwán, bajo el nombre oficial de República de China, es un país soberano e independiente", precisó el jefe de Gobierno isleño en respuesta a los llamados a la reunificación por parte de China, y pidió a Pekín que reconozca el hecho de la separación política a ambos lados del Estrecho de Formosa.
Wu, en conferencia de prensa, elogió "los logros económicos" de China, pero también pidió a Pekín, gobernada desde 1949 por el Partido Comunista de China, que preste atención a los "logros democráticos y sociales" de Taiwán, en los 60 años de separación de la China continental.
"Existe un consenso en el Estrecho de Formosa por el mantenimiento de la paz y la estabilidad", dijo Wu, que deseó a China mayores éxitos en su sendero de "desarrollo pacífico".
La isla busca no sólo la distensión y el acercamiento económico a China sino también estrechar los lazos con Japón, Estados Unidos y el resto de los países democráticos, dijo Wu.
"No podemos confiar tan sólo en la buena voluntad de otros y para mantener la paz y estabilidad en el Estrecho de Formosa necesitamos un poderío militar disuasor", señaló el político taiwanés, en defensa de la compra de armas en Estados Unidos.
La sensible mejora en los lazos con Pekín no eliminan totalmente las diferencias entre ambas partes y muchos problemas necesitan tiempo para solucionarse, comentó Wu.
La actual política taiwanesa de acomodo internacional con China, sin buscar el conflicto con Pekín y sin querer arrebatarle aliados diplomáticos, está dando frutos, señaló el primer ministro.
La isla busca mayor espacio de maniobra en el escenario internacional y espera el apoyo de los países democráticos y mayor colaboración china, apuntó Wu.
La conmemoración del Día Nacional de China marca para Taiwán la fundación de su autogobierno, ya que los nacionalistas del Kuomintang, liderados por Chiang Kai-shek, se refugiaron en la isla al perder la guerra civil contra las tropas comunistas de Mao Zedong, aunque nunca proclamaron una independencia oficial.
Taiwán no está controlada por China, como se muestra en la aceptación de la visita del Dalai Lama, considerado por Pekín como un enemigo, y en la proyección de filmes a favor del Tíbet y del movimiento uigur, señaló el político taiwanés.
"La denegación del visado a la dirigente uigur Rebiya Kadeer no es una muestra de falta de soberanía con respecto a China, sino la afirmación del interés nacional", dijo Wu.
Taiwán está dispuesta a conceder el visado a Kadeer cuando no mantenga sus relaciones actuales con el secretario general del Congreso Mundial Uigur, acusado por organismos policiales internacionales de mantener lazos con grupos terroristas, señaló.
"Nunca hemos dicho que Kadeer es una terrorista", precisó Wu, pero es la presidenta de un organismo en el que el secretario general es sospechoso de lazos con grupos terroristas.
Mientras tanto, en cinco ciudades isleñas, incluida la capital, Taipei, se proyectaron filmes sobre Kadeer y sobre el Tíbet, patrocinados por grupos independentistas, en los que se criticaba al gobierno comunista chino.
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