Memorias del ex primer ministro defienden "derramamiento de sangre" Tiananmen
Pekín, 5 jun (EFE).- El ex primer ministro chino Li Peng defiende en sus memorias la represión militar contra los estudiantes que se manifestaban en la plaza de Tiananmen de Pekín en 1989 en demanda de apertura política, un "derramamiento de sangre" que asegura contaba con el apoyo de Deng Xiaoping.
Según publica hoy el periódico independiente "South China Morning Post", la filtración proviene del borrador del libro "Diario del 4 de junio", escrito por el propio Li Peng y que está previsto que se publique en Hong Kong el 22 de junio.
Las revelaciones coinciden con el vigésimo primer aniversario de la matanza de Tiananmen, en la que se calcula que pudieron llegar a morir hasta 2.000 personas.
Li Peng, primer ministro entre 1988 y 1998, es uno de los políticos más impopulares de la historia reciente de China y era el líder del ala más conservadora del Partido Comunista a finales de los 80, cuando se produjeron las protestas estudiantiles.
Actualmente, con 81 años y un estado de salud muy deteriorado, Li -apodado "el carnicero de Pekín" por el suceso- afirma que la decisión de mandar tropas militares contra los estudiantes tuvo el beneplácito de Deng Xiaoping, por aquel entonces líder "de facto" del país asiático.
"Las medidas para la ley marcial tienen que ser de mano firme, y debemos minimizar los daños pero tenemos que prepararnos para derramar un poco de sangre", dijo Deng a la cúpula comunista en mayo de 1989, según las memorias del ex primer ministro.
Li también reitera que la entrada de los tanques en Tiananmen se hizo para evitar que China entrase en una espiral destructiva.
"Sacrificaría mi vida y la de mi familia para prevenir que China atravesase una tragedia como la Revolución Cultural", asegura, en referencia al período negro entre 1966 y 1976 en el que Mao Zedong purgó los "elementos contrarrevolucionarios" en todo el país.
El libro de Li será editado por Bao Pu, quien también publicó el año pasado los diarios de Zhao Ziyang, el entonces secretario general del Partido Comunista de China, partidario del diálogo.
En sus propias memorias, Zhao -relevado por no apoyar la acción y cuya detención se prolongó hasta su muerte- acusó a Li de sembrar el miedo y azuzar a Deng Xiaoping para que tomase la decisión de acabar con los estudiantes.
La matanza de Tiananmen continúa siendo uno de los asuntos más delicados para el régimen comunista, que justifica la represión en aras del desarrollo económico alcanzado por el país en las últimas décadas.
Más de dos décadas después, Pekín sigue sin publicar una lista de muertos en la matanza de estudiantes de Tiananmen. EFE
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