BEIJING (AP) — El separatismo en el Tíbet persiste como un desafío serio, afirmó el domingo el principal funcionario del gobierno chino en la región donde hace tres años fueron reprimidas grandes protestas antigubernamentales.
Quienes pretenden el fin del dominio chino del Tíbet amenazan la estabilidad y el desarrollo económico de esta región, afirmó el jefe del Partido Comunista local, Zhang Wingli, citado en un despacho de la agencia noticiosa oficial Xinhua.
"Aunque nuestra prioridad principal es un salto en el desarrollo, el mantenimiento de la estabilidad social es de gran importancia, porque sin estabilidad, no habrá desarrollo en el Tíbet", apuntó.
El término "salto en el desarrollo" se refiere a las acciones de China para activar la economía del Tíbet, la región más pobre de China.
La agricultura y la ganadería son las actividades económicas principales en el Tíbet, aunque ha aumentado en las mismas la minería y el turismo.
Aunque no facilitó detalles, Zyhang dijo que el Tíbet afronta "desafíos muy serios" en la lucha contra el separatismo. Se pronunció a favor de que las autoridades y los habitantes del Tíbet permanezcan vigilantes ante cualquier situación que pueda sabotear el orden público.
Con sus declaraciones, durante una reunión de delegados tibetanos en la asamblea nacional en Beijing, Zhang puso de manifiesto la campaña implacable del gobierno central para suprimir toda disidencia en la región.
El presidente de China, Hu Jintao, ex jefe del partido para el Tíbet, también pronunció un discurso ante la reunión y destacó la necesidad de mejorar los servicios públicos en las zonas remotas de la región, de acuerdo con el despacho de Xinhua.
Muchos tibetanos están inconformes con la mano dura del dominio chino. En marzo de 2008, Lhasa, la capital del Tíbet, fue escenario de disturbios que dejaron al menos 22 muertos y desataron una oleada de protestas en diversas partes del oeste de China, donde es común que habiten tibetanos.
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