martes, 8 de marzo de 2011

China prohíbe la entrada de turistas extranjeros en el Tíbet en marzo

Los turistas extranjeros tendrán prohibido entrar al Tíbet este mes por su "seguridad" y por el mal tiempo, señaló el secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en la región, Zhang Qingli, cuando se cumplen tres años de las revueltas del 2008, informó hoy la prensa independiente.
"El clima en el Tíbet es extremadamente frío, la nieve cubre casi cualquier rincón de la región, y sobre todo, no queremos un sólo incidente desagradable en nuestra jurisdicción y por eso consideramos la seguridad y salud de los viajeros", señaló Zhang, citado hoy por el diario "South China Morning Post".
"El frío invernal y el tiempo gélido, la seguridad de los turistas, el insuficiente alojamiento y las masas atraídas por las festividades son las razones para la restricción en marzo", añadió.
El secretario del PCCh en el Tíbet también aseguró que la región, a la que los turistas sólo pueden acceder con un permiso especial y que tiene prohibida la entrada de prensa extranjera, estará este mes repleta de tibetanos para celebrar su Año Nuevo (Losar, el 5 de marzo) o para rezar en numerosas actividades religiosas.
Además, Zhang señaló que habrá una enorme multitud que visitará la región para celebrar el 60 aniversario de la llegada de las tropas comunistas en 1951.
"Tenemos 1.000 hoteles, de los que sólo 165 están autorizados a recibir visitantes extranjeros", aseguró, y añadió que "nuestra capacidad de aceptar más turistas es limitada, aunque hay un total de 80.000 camas en varios hoteles".
Según Air China, la mayor compañía aérea del gigante asiático, no se permite a los extranjeros reservar billetes de avión con destino al Tíbet desde el pasado 5 de marzo.
La prohibición coincide con el tercer aniversario de las revueltas en la capital tibetana, Lhasa, que se produjeron el 14 de marzo del 2008.
En las revueltas, según el Gobierno del gigante asiático, murieron una veintena de civiles y cientos resultaron heridos, en su mayoría chinos, aunque un informe de la ONG Human Rights Watch señaló que militares chinos mataron a tibetanos en al menos cuatro altercados.
Zhang entonces culpó al Dalai Lama, líder espiritual tibetano en el exilio, de conspirar y planificar las revueltas, en las que los manifestantes pedían el fin de la represión en el Tíbet.
La prohibición de la entrada de turistas extranjeros a la región coincide también con la vigilancia del Gobierno chino ante las convocatorias por internet de concentraciones inspiradas en la "revolución jazmín" de Túnez en diversas ciudades del país.
Estas concentraciones han tenido un escaso seguimiento, pero sí han provocado un fuerte despliegue policial que ha acabado con detenciones, agresiones e interrogatorios a la prensa extranjera.

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