SYDNEY (AP) — El Dalai Lama, que ha buscado sin éxito una mayor autonomía para su natal Tíbet durante décadas, declaró el jueves que China no es su enemigo, aunque sí lo son algunos comunistas de línea dura.
China dice que el Tíbet siempre ha formado parte de su territorio, pero muchos tibetanos consideran que la región himalaya ha sido virtualmente independiente durante siglos hasta que tropas comunistas llegaron en la década de 1950.
Beijing critica con dureza al Dalai Lama y frecuentemente lo denuncia, acusando que quiere la independencia para el Tíbet.
Al inicio de su visita en Australia, los reporteros le preguntaron si China era el enemigo, el líder espiritual objetó.
"China no. Algunos comunistas de línea dura. Ellos realmente trajeron mucho sufrimiento", dijo. Pero el Premio Nobel de la Paz agregó que la solución no era odiarlos también.
"Yo mismo los visualizo deliberadamente y practico la tolerancia", le dijo a los reporteros.
Dijo que trata de llevarse su "enojo, celos, sospechas y luego, a través de la visualización, les doy compasión y perdón. Esta práctica no ayuda a resolver el problema, pero es de inmensa ayuda para mantener mi paz mental".
El líder espiritual tibetano llegó el jueves a Melbourne, Australia, para una gira de 11 días en la que dará una serie de charlas en todo el país sobre budismo y su vida.
A su llegada le dijo a los australianos que el mundo parece estar demasiado enfocado en la economía y el dinero y que una vida más sencilla es clave para la paz interior.
La primera ministra Julia Gillard todavía no ha dicho si se reunirá con el Premio Nobel de la Paz. Anteriores gobernantes han mantenido encuentros no oficiales con el Dalai Lama, los cuales han mortificado a China, que es el socio comercial más importante de Australia.
También irá a Brisbane, Perth y la capital Canberra.
China dice que el Tíbet siempre ha formado parte de su territorio, pero muchos tibetanos consideran que la región himalaya ha sido virtualmente independiente durante siglos hasta que tropas comunistas llegaron en la década de 1950.
Beijing critica con dureza al Dalai Lama y frecuentemente lo denuncia, acusando que quiere la independencia para el Tíbet.
Al inicio de su visita en Australia, los reporteros le preguntaron si China era el enemigo, el líder espiritual objetó.
"China no. Algunos comunistas de línea dura. Ellos realmente trajeron mucho sufrimiento", dijo. Pero el Premio Nobel de la Paz agregó que la solución no era odiarlos también.
"Yo mismo los visualizo deliberadamente y practico la tolerancia", le dijo a los reporteros.
Dijo que trata de llevarse su "enojo, celos, sospechas y luego, a través de la visualización, les doy compasión y perdón. Esta práctica no ayuda a resolver el problema, pero es de inmensa ayuda para mantener mi paz mental".
El líder espiritual tibetano llegó el jueves a Melbourne, Australia, para una gira de 11 días en la que dará una serie de charlas en todo el país sobre budismo y su vida.
A su llegada le dijo a los australianos que el mundo parece estar demasiado enfocado en la economía y el dinero y que una vida más sencilla es clave para la paz interior.
La primera ministra Julia Gillard todavía no ha dicho si se reunirá con el Premio Nobel de la Paz. Anteriores gobernantes han mantenido encuentros no oficiales con el Dalai Lama, los cuales han mortificado a China, que es el socio comercial más importante de Australia.
También irá a Brisbane, Perth y la capital Canberra.
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