lunes, 13 de junio de 2011

El sucesor (político) del Dalai Lama dice lo que piensa

Lobsang Sangay reemplazará en breve al Dalai Lama como cabeza del Gobierno del Tíbet en el exilio. En una entrevista exclusiva con Le Temps, republicada por Worldcrunch, el graduado de Harvard habla acerca de China, el Tíbet, la Internet y el poder de la confianza.
11/06/2011 | 12:41
El sucesor (político) del Dalai Lama dice lo que piensa
Lobsang Sangay.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Lobsang Sangay reemplazará en breve al Dalai Lama como cabeza del Gobierno del Tíbet en el exilio. En una entrevista exclusiva con Le Temps, republicada por Worldcrunch, el graduado de Harvard habla acerca de China, el Tíbet, la Internet y el poder de la confianza. A continuación la traducción para nuestros lectores:

A pesar de que seguirá sirviendo como líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama se hace a un lado de la política. Anunció su retiro a principios de este año. Sin duda todo un icono internacional, el Dalai Lama, deja unos zapatos muy grandes para llenar.

¿Quién se enfrentará a semejante tarea? Conozca a Lobsang Sangay, un exlíder del Congreso de la Juventud Tibetana que ha pasado 16 años en USA. Recién cumplidos los 42, Sangay fue elegido el mes pasado como Kalon Tripa , o primer ministro del gobierno tibetano en el exilio. Los observadores dicen que representa a una nueva generación de tibetanos que quieren que se adopten más medidas para liberar al Tíbet. Tendrá la oportunidad de demostrar su talento a partir del 14 de agosto, cuando tiene programado reunirse con el gobierno en el exilio en Dharamsala, India. Sangay conversó con el diario Le Temps desde Dharamsala:

> ¿Qué tipo de programa presentó usted para ser elegido primer ministro?

Los dos puntos clave son: la liberación del Tíbet y ayudar a Su Santidad el Dalai Lama a regresar a Lhasa, la capital del Tíbet.

> Usted es el primer Kalon Tripa en ser elegido democráticamente, y el primero que tiene una influencia real. ¿Va a ser independiente del Dalai Lama que sigue siendo el líder espiritual del Tíbet?

Su Santidad el Dalai Lama ha sido un líder excelente. Él nos ha gobernado bien y todos estamos en deuda con él. No hay manera de que vaya a reemplazarlo. En su lugar, voy a tratar de hacer que su visión de una sociedad democrática y laica se haga realidad. Haré mi mejor esfuerzo para actuar como nueva imagen y nuevo portavoz político del movimiento tibetano.

> También representa a la nueva generación nacida en el exilio tibetano. Al parecer, tiene más espíritu de lucha que la generación que huyó del Tíbet en 1959. ¿Existe un conflicto generacional?

Fui elegido con el apoyo tanto de los mayores como de las nuevas generaciones. Los viejos tibetanos han dicho que tienen fe en las nuevas generaciones. Ellos nos han pasado la responsabilidad de continuar con el movimiento. Representando a esta generación joven, quiero también respetar ese legado. Esta elección ha enviado un claro mensaje a China: el movimiento no va a ser menos influyente sólo por ser dirigido por una nueva generación. Vamos a luchar todo lo necesario para liberar al Tíbet. Emocionalmente hablando, nos sentimos tan unidos al Tíbet al igual que la generación anterior. Somos una sola familia. La mayoría de los jóvenes también votaron por mí. Quieren un líder más activo.

> ¿Qué entiende usted por activo?

Cualquiera que tome acción por el Tíbet debe seguir 3 principios: la unidad, la innovación y la autonomía. No importa cuál sea la ideología que él o ella defienda, voy a apoyar sus iniciativas de libertad -siempre y cuando también empujan a la unidad, a la innovación y al autogobierno. Por ejemplo, el Congreso Juvenil Tibetano organizó una huelga de hambre de 25 días en Nueva Delhi para protestar contra la violenta represión de un grupo de monjes. Fui allí y les dije: "Yo estoy de vuestro lado porque están luchando por el Tíbet, aunque no estoy totalmente de acuerdo con vuestra ideología".

> Pero les pidió que dejen de lado la huelga de hambre.

Sí. Les dije que tenían que pensar a largo plazo. Poner la vida de los líderes del movimiento en peligro no produce resultados inmediatos.

> ¿Va a utilizar Internet con más frecuencia?

Una de las primeras cosas que voy a hacer será optimizar los sitios web de nuestro gobierno. Vamos a usar Facebook y Twitter y fomentaremos el uso de las tecnologías del nuevo siglo 21.

> ¿Lo inspiran las revueltas árabes?

Por supuesto. El poder chino duro, su ejército, es muy fuerte. Nosotros somos débiles. Pero vamos a tener una ventaja en términos de poder virtual. En términos de poder blando, también somos fuertes porque estamos defendiendo la no violencia. Somos pacifistas, y no le estamos haciendo ningún daño a los chinos.

> ¿Cómo se puede desarrollar este poder virtual en el Tíbet?

Miles de tibetanos utilizan sus teléfonos móviles todos los días para comunicarse con las personas que viven en el extranjero.

> Pero la policía china ha secuestrado sus teléfonos.

Eso significa que debemos utilizar otro lenguaje, uno secreto. Nunca decimos: "Estoy trabajando para el gobierno tibetano. Estoy llamando desde Dharamsala. Decimos mejor: Estoy llamando desde las montañas. Soy de ese lugar".

> ¿Qué piensa usted de los chinos? ¿Se ha reunido con muchos cuando vivía en USA?

Desde el punto de vista budista, nada es permanente, todo cambia. China está cambiando con el mundo. Todo el mundo está hablando sobre el desarrollo económico de China. Pero también hay nuevas redes sociales que se han creado. Cada vez más personas dicen lo que piensan. El sabor de la libertad es universal, y es especial para el hombre. Tengo amigos chinos de la Universidad de Harvard que conozco desde hace 16 años. He organizado 7 conferencias y algunas de ellas tuvieron como orador al Dalai Lama junto con investigadores chinos. Como investigador, fui a Beijing y Shanghai en 2005. Pero se me negó el acceso al Tíbet.

> ¿Cómo va a negociar con China? China no reconoce a su gobierno.

Las negociaciones, que han sido suspendidas, continuarán con los enviados especiales del Dalai Lama. Ellos son reconocidos por el gobierno chino, por lo que no hay problema. No importa cómo reiniciar las negociaciones, lo que realmente importa es el resultado, que es que transmitir a China que queremos una verdadera autonomía que respete la Constitución china.

> ¿Alguna vez ha logrado convencer a una sola persona china de que su causa es noble?

Sí, pero en privado. Muchos reconocen que hay algo mal. El problema es que los miembros más duros del gobierno chino creen que deben seguir sofocando todo movimiento de protesta. Eso puede funcionar en el corto plazo. Pero en el largo plazo, no será posible. Si China quiere convertirse en la próxima superpotencia, no puede ser sólo una potencia económica y militar. También tendrá que mostrar un liderazgo moral. Mientras China oprima al pueblo tibetano, esto será imposible.

> China se cuestiona la sinceridad del Dalai Lama. El Partido Comunista cree que el pueblo tibetano está ocultando algo y que su verdadero objetivo sigue siendo la independencia. Y esto es realmente lo que muchos jóvenes quieren. ¿Cree usted que la autonomía es sólo el primer paso hacia algo más?

La autonomía real es la política oficial y yo la apoyo. La gente puede creer, u optar por tener dudas. Pero si usted tiene más dudas que certezas, se crea una situación interminable. Significa que usted no puede confiar en nadie. La confianza es un sentimiento humano racional. Cuando estamos dispuestos a dar un paso adelante, aprendemos a confiar unos en otros. Me he reunido con cientos de chinos. No era algo que tenía que hacer. Y fue sin duda arriesgado. Algunas personas me criticaron por eso. Algunos tibetanos pensaron que estaba loco por hablar con ellos. Políticamente hablando, he perdido votos. Pero cuando digo que tenemos que hablar con las autoridades chinas, soy sincero.

> ¿De dónde viene su familia?

De Lithang, al este de Tíbet.

> ¿Sabe la gente que vive allí?

Sí, y siempre estoy preguntando sobre lo que está pasando allí.

> China dice que usted está diciendo mentiras, que los tibetanos son felices.

Todo lo que tienes que hacer es permitir que los medios de comunicación internacionales, las ONG y los turistas entren al Tíbet para descubrir la verdad. Si resulta que estamos equivocados [que los tibetanos son felices como los chinos insisten], vamos a estar felices de admitirlo. Pero los hechos marcan que el Tíbet está ocupado, oprimido y que allí no hay libertad.

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