Lumbini, la "Belén" del budismo aguarda un plan millonario para ponerse a punto
Katmandú, 2 sep (EFE).- Cuando la cuna de Buda, un remoto pueblo en el sur de Nepal, se las prometía felices para recibir inversiones millonarias desde China, le ha caído un jarro de agua fría desde el Gobierno nepalí, que dice no tener constancia de proyecto alguno.Lumbini es la "Belén" del budismo: una pequeña localidad -declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997-, que debe su fama sobre todo a su oriundo más ilustre, el príncipe Siddharta Gautama, que nació aquí supuestamente hace unos 2.700 años.
Con ese credencial, una organización china, la Fundación de Asia-Pacífico para el Intercambio y la Cooperación (APECF), anunció el mes pasado en Katmandú un proyecto de inversión de nueve años para Lumbini valorado en unos 3.000 millones de dólares.
Los fondos servirían supuestamente para construir carreteras y autovías, un aeropuerto internacional y otras infraestructuras relacionadas con el turismo en esa región meridional del país himaláyico, colindante con la frontera india.
Pero el caso está suscitando una notable polémica en Nepal, después de que un comité parlamentario exigiera los detalles al Gobierno sobre el supuesto plan de inversiones en tierra de Buda, y las autoridades dijeran no saber nada.
"No hemos recibido ninguna propuesta sobre la inversión. Solo sabemos lo que aparece en los medios", declaró a Efe Gyanin Rai, de la oenegé nepalí Fondo de Desarrollo de Lumbini (LDT), que autoriza o deniega por ley los permisos para los proyectos en la zona.
Durante el anuncio del plan, la APECF no especificó el origen de los fondos, pero la prensa ha especulado con que éstos proceden del Gobierno chino y que el proyecto cuenta con un apoyo tácito de los maoístas nepalíes, la principal formación del Parlamento.
El líder del Partido Maoísta, Pushpa Kamal Dahal "Prachanda", es de hecho uno de los miembros de la directiva de la APECF y en agosto, tras la presentación del plan, se desplazó a Malasia para participar en un encuentro de la organización.
Pero, de momento, el líder maoísta ha evitado pronunciarse en público sobre el proyecto y se ha limitado a precisar que cualquier proyecto para Lumbini debe seguir las leyes de Nepal.
La influencia de China, país con el que los maoístas tienen una relación estrecha, ha ido aumentando en Nepal tras las elecciones de 2008, que consagraron el fin de la monarquía en el país y el advenimiento de la república.
China fue el primer país que Prachanda visitó después de estos comicios, con motivo de la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, aunque lo hizo entonces a título personal y no como jefe de Gobierno, un puesto que asumiría por unos meses poco después.
El arco político de Nepal, un pequeño país enclaustrado entre China y la India, se halla dividido sobre su proximidad hacia estos dos gigantes, que rivalizan por expandir su influencia en la región.
Y pese a que la clase dirigente ha manifestado apoyo al principio de "una sola China" -que acepta su soberanía sobre Taiwán-, en Nepal encuentran cobijo 20.000 refugiados tibetanos que de vez en cuando organizan protestas a favor de la liberación del Tíbet.
A largo plazo, el Gobierno nepalí planea potenciar las áreas del país que tienen conexión con Buda, como el lugar donde se encontró con su padre e hijo después de alcanzar el alumbramiento en la India, o el hogar materno... pero de Lumbini dice no saber nada.
La APECF defiende haber alcanzado una acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) aunque el documento es en realidad un memorando de entendimiento firmado en Hong Kong entre legaciones de las dos partes.
Por eso la ONUDI, a través de su sede central en Viena, se desmarcó enseguida de este acuerdo y aseguró además que se emprenderán acciones contra el jefe de la delegación de Hong Kong.
"Es muy interesante. Si dicho acuerdo hubiera sucedido, digamos con la UNESCO, que se ocupa de asuntos culturales, habría tenido algo más de credibilidad", mantuvo Rai.
La ONU destinó en la década de 1970 un paquete económico para un plan de desarrollo de Lumbini mediante el que se han construido monasterios y otras instalaciones en un terreno de 777 hectáreas, junto al lugar en el que la tradición marca el nacimiento de Buda.
En la zona, aparte de dos hoteles de lujo y un hostal, hay actualmente monasterios de once países distintos -Camboya, la India, Sri Lanka, Tailandia, Corea del Sur, Austria, Alemania, Francia, Birmania, Japón y Vietnam- pero no de China.
Manesh Shrestha
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