Más de treinta comunidades chinas y varios particulares de la misma nacionalidad establecidos en Nueva Zelanda han presentado un documento en inglés y en chino en el que piden a Wellington que no permita la entrada del Dalai Lama. A la petición se han sumando el primer ministro neozelandés, diversos miembros de su Gabinete así como un grupo de parlamentarios.
Ante la intención del Gobierno neozelandés de autorizar al Dalai Lama a entrar en Nueva Zelanda el 6 de diciembre, las comunidades y particulares chinos han expresado su firme oposición y su deseo de que las autoridades neozelandesas no tomen una decisión al respecto sin haber escuchado antes su voz.
Según lo expuesto en la petición, redactada por Huang Yushu, presidente de la Asociación para la Promoción de la Reunificación Pacífica de China en Wellington, autorizar la entrada del Dalai Lama en Nueva Zelanda heriría los sentimientos no solo de los más de 1300 millones de chinos, sino de los chinos que residen en este país. Además, perjudicaría la valiosa amistad sino-neozelandesa y proyectaría una larga sombra sobre los intercambios bilaterales.
En el mismo documento se expresa el deseo de que Wellington no ignore los sentimientos de Beijing, no pase por alto los intereses de Nueva Zelanda y no apueste por apoyar a un agitador como el Dalai Lama.
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