viernes, 19 de febrero de 2010

apoyo a los derechos tibetanos por parte de Obama

Washington.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, expresó su "firme" apoyo a los derechos tibetanos en la reunión que mantuvo hoy con el líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, en la Casa Blanca.

La reunión, que duró cerca de una hora, se celebró en la Sala de Mapas a puerta cerrada para restar relevancia a un evento que había despertado una gran expectación en todo el mundo y las protestas de Pekín, que considera al Dalai Lama un líder separatista.

Aunque no se permitió el acceso de los medios a la reunión, el Dalai Lama sí se dirigió brevemente a la prensa tras el evento para expresar su satisfacción.

Vestido con su tradicional atuendo púrpura y azafrán y unas sandalias, el líder espiritual tibetano y premio Nobel de la Paz se declaró "muy contento" por la reunión, en la que aseguró que Obama le había expresado su "apoyo".

El premio Nobel explicó a Obama su compromiso con "la promoción de los valores humanos" y la "paz en el mundo", un mayor papel de liderazgo para las mujeres y las preocupaciones del pueblo tibetano, aseguró.

Por su parte, en un comunicado distribuido tras el encuentro, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró que el presidente estadounidense y el líder espiritual trataron sobre los derechos de los tibetanos y el diálogo con el Gobierno chino, entre otros asuntos.

Obama "subrayó su firme apoyo a la conservación de la especial identidad religiosa, cultural y lingüística de Tíbet y la protección de los derechos humanos tibetanos en la República Popular China", indicó el portavoz.

El presidente estadounidense también alabó el compromiso con la no violencia y la búsqueda del diálogo con China por parte del Dalai Lama, agregó Gibbs.

Asimismo, "subrayó que ha alentado constantemente a ambas partes a implicarse en un diálogo directo para resolver sus diferencias y le complació oír el reciente reinicio de esas conversaciones".

El presidente y el Dalai Lama "se mostraron de acuerdo en la importancia de una relación positiva y de cooperación entre EE.UU. y China", agregó el comunicado.

Tras la reunión en la Casa Blanca, el Dalai Lama, que huyó de Tíbet en 1959 tras un levantamiento en esa región contra China, tiene previsto también conversar con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en otro encuentro a puerta cerrada.

La reunión entre los dos premio Nobel de la Paz se celebró en momentos en los que las relaciones entre EE.UU. y China atraviesan por un periodo de tensión debido a la venta de armas por valor de 6.400 millones de dólares del primer país a Taiwán, desacuerdos sobre la cotización del yuan y denuncias de ciberataques chinos a empresas estadounidenses.

China considera al Dalai Lama, que defiende la autonomía tibetana pero no reclama la independencia, como un líder separatista y había advertido a Washington que la reunión perjudicaría las relaciones bilaterales.

Obama aplazó la cita con el líder espiritual en octubre, la última ocasión en la que el Dalai Lama visitó Washington, para no causar tensiones en las relaciones con China antes de su visita de Estado a Pekín en noviembre del año pasado.

Estados Unidos busca la colaboración de Pekín en asuntos como la lucha contra el cambio climático y los programas nucleares de Corea del Norte e Irán.

En particular, trata de persuadir a la República Popular para que apoye la imposición de nuevas sanciones contra Teherán, algo a lo que hasta ahora las autoridades chinas se han mostrado renuentes.

Una de las represalias con las que se conjetura que China podría responder al encuentro de hoy es un aplazamiento de la visita de Estado que su presidente, Hu Jintao, tiene pendiente a Washington y que inicialmente se calculaba para abril.

Sin embargo, las autoridades estadounidenses se han visto alentadas por lo que consideran un signo positivo por parte de China: la autorización para fondear en Hong Kong al portaaviones "Nimitz", algo que se había denegado en otros episodios de tensión.

Mientras Obama y el Dalai Lama se reunían, centenares de manifestantes se dieron cita frente a la Casa Blanca para pedir con cantos y bailes tibetanos que el "cambio" se acercara al Tíbet.

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