jueves, 15 de octubre de 2009

El gobierno de Vietnam contra las religiones

El gobierno de Vietnam contra las religiones
Unos 400 religiosos budistas son expulsados del monasterio de Bat Nha; la policía detiene y golpea a católicos
Los 400 religiosos y religiosas que se han quedado sin residencia tras ser expulsados del monasterio budista de Bat Nha por los esbirros de la policía el pasado 27 de septiembre, continúan su éxodo.
Toda la comunidad de Bat Nha buscó refugio en la pagoda de Phuo Huê, en la provincia de Bao Lôc, según informó la agencia de Misiones Extranjeras de París Eglises d’Asie el pasado 1 de octubre.

Pero las autoridades locales han aumentado su presión sobre los responsables de esta pagoda. Algunos de los religiosos han vuelto con sus familias.

Una congregación católica vecina ha ofrecido su santuario a los monjes y monjas refugiados en el caso de que el abad de Phuo Huê no pueda resistir a la presión del gobierno, informa la web helpbatnha.org, creada para apoyar a la comunidad de Bat Nha.

En los círculos budistas, se está formando un movimiento de solidaridad. Jóvenes religiosos han enviado una protesta en forma de ultimátum a los poderes públicos, con la advertencia de que están dispuestos a sacrificarse.

Las fuerzas de seguridad de la República Socialista de Vietnam han tratado, por diversos medios, de forzar al presidente de la pagoda de Phuoc Huê, Thich Thai Thuân, a negar la acogida a los monjes refugiados y a expulsarlos.

En los últimos días, aparecieron panfletos anónimos por toda la pagoda en los que se nombra e insulta a varios monjes.

El 29 de septiembre por la noche, una quincena de religiosos fueron obligados por policías a abandonar el monasterio y fueron conducidos hasta un autocar.

La policía está permanentemente presente en la pagoda, presionando a los monjes refugiados para que se vayan.

Los hechos han ocasionado un gran impacto en los círculos budistas. Según Radio Free Asia, el conjunto del clero budista de la provincia de Bao Lôc se solidariza con los monjes expulsados y espera que la dirección del budismo encuentre rápidamente una solución.

En Da Lat, la población budista se ha movilizado para recoger ropa y alimentos para los religiosos refugiados allí entre ellos.

La comunidad de Bat Nha también recibió una cálida carta de apoyo de los jóvenes religiosos y religiosas budistas de la Provincia de Bao Lôc.

Los autores de la misiva, que se presentan como numerosos y apoyados por multitud de fieles, rechazan el trato indigno dado a los religiosos bajo la mirada complaciente de la policía.

Los autores de la carta piden que se arregle el problema con principios claros. Si, como se alega, se trata de una cuestión interna del budismo, las autoridades deben dejarle resolver sus propios problemas, señalan.

Añaden que, por el momento, la cuestión no afecta de ninguna manera a los monjes refugiados en la pagoda de Phuoc Huê.

Y piden que les permitan continuar con su vida religiosa bajo la autoridad del responsable provincial de la Iglesia budista vietnamita.

La carta concluye con una advertencia: “Si las autoridades continúan ejerciendo una presión como la actual, anunciamos con antelación que estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas”.

Violencia también contra los católicos

Los cristianos también han tenido problemas. Este verano, el gobierno de Vietnam decretó el uso de las ruinas de una emblemática iglesia, la de Tam Toa, para un parque público.

Los católicos de la diócesis de Vinh han defendido su uso como lugar de culto incluso ante ataques violentos de la policía, informó la agencia Zenit.org.

Las excavadoras municipales aplanaron el 20 de agosto los últimos restos del edificio sagrado, dejando en pie únicamente el campanario.

Sólo cinco días antes, en Xa Doi, 200.000 personas habían celebrado la Misa de la Asunción, y otras 500.000 la habían seguido a lo largo de la carretera por la que se accede, ya que la policía les impedía el paso.

Durante la celebración, el obispo de Vinh, monseñor Pablo de María Cao Dinh Thuyen, de 83 años, lamentó la violencia de la policía contra los católicos.

El pasado 20 de julio, católicos fueron robados, arrestados y apaleados por la policía por reclamar el retorno de la iglesia a los legítimos propietarios del terreno e intentar restaurar el templo. Dos sacerdotes tuvieron que ser trasladados al hospital.

La iglesia de Tam Toa tiene un significado especial para los católicos de Vietnam. Su presencia está documentada desde el año 1631 y en el siglo XVII era la más grande de la región, con 1.200 fieles.

El actual edificio se encuentra en un impresionante escenario natural. El padre Claude Bonin lo construyó en 1887 en una colina sobre la orilla del río Nhat Le, buscando la accesibilidad para los católicos.

Desde el final de la guerra, los católicos locales han celebrado Misa en el interior del recinto de la iglesia al aire libre o en sus hogares.

El pasado 2 de febrero, el obispo, 14 sacerdotes y unos mil católicos celebraron la Eucaristía en la iglesia de Tam Toa a pesar de las amenazas de las autoridades.

En 1997, el Gobierno declaró el lugar sitio histórico, sin la aprobación de la Iglesia local, como muestra de los crímenes de guerra llevados a cabo por los Estados Unidos.

Ello implicaba que el recinto se convertía en propiedad pública, pero los fieles insisten en que pertenece a la Iglesia.

Con el desarrollo económico y la construcción de la ciudad, Dong Hoy, la zona se ha convertido en la más cara del área, con construcciones exclusivas.

El año pasado, las excavadoras ya aplanaron mucho terreno del entorno de Tam Toa y se construyeron muchos apartamentos de lujo, algunos de ellos para miembros del gobierno local.

Algunos miembros del partido del gobierno pidieron que se decretara que las ruinas de esa iglesia sirvieran de mausoleo de la guerra, ya que el templo fue bombardeado por los americanos en los años 60.

Después, solicitaron que se construyera un centro turístico y, finalmente, de momento, el gobierno ha decretado que se habilite un parque público en ese lugar, que ha ocupado la atención de algunos medios de comunicación internacionales.

El decreto que determina el uso público de la iglesia de Tam Toa es parecido al que el gobierno vietnamita aprobó para los casos de la exnunciatura de Hanoi y la iglesia de Thai Ha.

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