La mayoría piensa que Obama despreció al Dalai Lama para ganarse el favor de los líderes en Pekín, ya que ellos ven al líder espiritual tibetano como un separatista y agitador religioso. Y, mientras Washington tiene muchas razones para evitar poner de los nervios a Pekín, probablemente el asunto más candente es Teherán, donde China juega un papel potencialmente clave para frenar el programa nuclear de Irán.
Claro que no faltan los que anuncian "avances" con Irán en las recientemente concluidas conversaciones de Ginebra sobre el programa nuclear iraní, pero ni por asomo estamos cerca del final de esta película de terror. (En la precuela norcoreana también figuraban muchos "avances" pero todo terminó con un régimen paria convertido en socio del club nuclear).
En otras palabras, es casi seguro que Estados Unidos –esperemos que con muchas naciones sumandose a la iniciativa– hará en algún momento un último esfuerzo para imponer otro régimen de sanciones más riguroso para que Irán abandone su objetivo de ingresar al otrora exclusivo club nuclear.
Suerte en el intento. Imponer duras sanciones podría ser la única manera no militar que nos queda para sacar a Irán de su travesía nuclear, pero no deberíamos creer en cosas inverosímiles pensando que esto será fácil, o que será todo un éxito.
No obstante si las sanciones han de tener alguna oportunidad de éxito, todas las principales potencias, incluyendo a China, deberán ser parte del programa. Sin Pekín, ningún régimen de sanciones funcionará.
Lamentablemente ése será el problema: Pekín está demasiado involucrado con Teherán.
Además de estar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto con el que puede bloquear una resolución de sanciones, China se ha convertido en un importante actor en Oriente Medio. Pekín no tiene deseo de perder esa influencia al tener que intervenir en situaciones delicadas. Algo así como "dejen que los americanos hagan el trabajo sucio mientras nosotros disfrutamos de los beneficios".
Claro que a China no le interesa que Irán desarrolle al completo su programa de armas nucleares. Pero, al igual que los rusos, los chinos probablemente cuentan con que los israelíes se encargarán del asunto, así es que, ¿para qué preocuparse de ello?
Además, como el segundo consumidor de energía más grande del mundo, China está fundamentalmente interesada en tener acceso al petróleo y gas de la región, especialmente a los que posee Irán.
China tiene en Irán a su segundo suministrador de petróleo y al primero de gas natural. Las empresas chinas ya han invertido más de diez mil millones de dólares en el sector iraní de petróleo y gas. Algunas estimaciones ponen esa cifra en cien mil millones de dólares para las próximas décadas.
Para Pekín tener un flujo de energía sin restricciones es algo tan vital como mantener los hornos de su industria ardiendo; esto permitirá así que China continúe con su crecimiento económico de casi un 10% anual más o menos desde la pasada década.
También es un imperativo político para el Partido Comunista chino que tiene un contrato implícito con el pueblo: a cambio de permanecer en el poder, el partido mejorará el nivel de vida del pueblo.
Y a medida que Pekín vaya desarrollando una industria armamentística de talla mundial, también estará buscando cómo sostener –y aumentar– sus mercados de exportación, ganando influencia sobre sus clientes y sacando beneficios de sus transacciones con ellos.
Pocos países le venderán armas a Irán, pero China sí les ha vendido algunos sistemas avanzados, incluso misiles de crucero C-802 y botes patrulla. Podría haber más ventas en un futuro cercano.
Peor aún, también hay indicios de que ha habido transferencias de tecnología nuclear y misiles balísticos.
En realidad, algunos expertos creen que China llenará cualquier vacío político, económico o militar que otras potencias dejen en Oriente Medio si eso sirve para promover los intereses de Pekín.
¿Qué significa esto para el "Equipo Obama"? Será mejor que tenga otras ideas además del asunto de las sanciones si tiene alguna expectativa de evitar que Irán se convierta en socio del Club del Hongo Nuclear.
©2009 The Heritage Foundation
©2009 Traducido por Miryam Lindberg
No hay comentarios:
Publicar un comentario