jueves, 24 de marzo de 2011
siguen las penas de muerte en China
Siete personas fueron sentenciadas a pena de muerte supuestamente por ejercer actos terroristas, robos y asesinatos en la región autónoma occidental china de Xinjiang, escenario en 2009 de graves enfrentamientos étnicos entre uigures musulmanes y chinos, informó hoy la agencia de noticias Xinhua.
El Máximo Tribunal Popular de Justicia de China aprobó la sentencia de una corte en la ciudad de Kashgar, al oeste de Xinjiang, en la que no se especifica la etnia de los condenados, aunque por lo menos cuatro de ellos tienen nombres uigures, la etnia local de origen turco y credo musulmán.
Según la sentencia, los siete participaron en una reunión en la que una docena de personas recaudó fondos para llevar a cabo “violentos actos terroristas” , forma en la que las autoridades se refieren a los ataques de 2009 de los uigures, la minoría étnica local, contra los colonos chinos de etnia Han.
Además, los condenados cometieron también varios robos y asesinatos entre junio de 2008 y octubre de 2010, indica Xinhua.
El tribunal consideró que dos de los condenados de nombre Uigur, Aimaiti Tuheti y Dawuti Yiming, fueron autores de un asesinato en agosto de 2010 en un centro comercial mientras trataban de robar.
Según la sentencia, unas semanas después, otro condenado de nombre uigur, Nuermaimaiti Aobulikasimu, irrumpió junto con otros once cómplices en una casa, mataron a los inquilinos y se apoderaron de sus pertenencias.
Por último, en noviembre de 2010, Aobulikasimu y otros más robaron en la casa de dos hermanos y causaron la fuerte de seis personas que estaban en el domicilio, según el medio oficial chino.
El informe judicial no especifica el nombre de las víctimas, el motivo del ataque ni la fecha de la ejecución de los condenados.
Otras tres personas también fueron sentenciadas a pena de muerte, pero la condena de éstas ha sido suspendida por dos años.
En julio de 2009, los disturbios entre uigures y chinos causaron la muerte de casi 200 personas en Urumqi, capital de Xinjiang, debido a los conflictos entre la etnia mayoritaria china y los uigures, que dicen sentirse discriminados y acosados por los chinos Han, que ya suponen más de la mitad de la población en esa región y acaparan los negocios, los mejores empleos y la política.
Pekín argumenta que los independentistas uigures tienen vínculos con grupos terroristas, mientras que grupos de derechos humanos y uigures en el exilio acusan al régimen comunista de usar esa justificación para aumentar la represión religiosa y cultural contra esta minoría con presencia en otros países vecinos.
Hasta la fecha y desde los disturbios de 2009, Pekín ha ejecutado a más de 9 uigures de un total de 198 condenados en juicios que, en opinión de la organización Amnistía Internacional (AI) , incumplen los estándares internacionales.
Xinjiang es una región del tamaño de Europa Occidental poblada por uigures turcomanos y otras etnias asiáticas desde hace siglos que disfrutó de periodos de independencia antes de 1949, cuando al igual que el Tíbet fue anexionada a China tras la instauración de la actual República Popular.
Desde entonces, Pekín repuebla Xinjiang con colonos chinos, por lo que si en 1957 los uigures representaban un 94 por ciento de su población, hoy son menos de la mitad del censo de 20 millones.
miércoles, 27 de enero de 2010
dios los cria y ellos se juntan
Se trata de la segunda deportación conocida de uigures huidos tras la violencia étnica que tuvo lugar el 5 de julio de 2009 en la región autónoma occidental china de Xinjiang entre esta etnia y los colonos han, en la que murieron 196 personas y otras 1.600 resultaron heridas.
En diciembre, unos veinte miembros de esta etnia turcomana de fe musulmana que pidieron asilo político en Camboya fueron deportados a China en mitad del proceso de solicitud, lo que infringió los acuerdos internacionales para refugiados de la ONU.
La UAA ha pide al gobierno chino que aclare estas noticias y, en caso de ser ciertas, que facilite información sobre el actual paradero y el trato que están recibiendo los expulsados desde Birmania.
"Pedimos a la comunidad internacional que tome todas las medidas para establecer la actual situación de esas 18 personas y garantizar que son tratadas de acuerdo con las leyes internacionales", señaló la líder uigur en el exilio, Rebiya Kadeer, a quien Pekín acusó de haber instigado las protestas de julio, un extremo que ella niega.
Kadeer, exiliada en Washington, acusó a las autoridades chinas de "insistir en que todos los uigures que buscan refugio en otros países son delincuentes, sin ofrecer evidencias que apoyen esas acusaciones, y una vez en China no se vuelve a saber de ellos".
Para la activista, candidata al Nobel de la Paz en varias ocasiones, la negativa del gobierno chino a permitir que estos uigures sean considerados refugiados políticos demuestra el temor de Pekín a admitir "las terribles condiciones" en las que vive su pueblo.
La UAA teme que los uigures deportados puedan sufrir graves persecuciones, torturas y posibles ejecuciones, mientras que Pekín sigue sin dar respuesta a las peticiones de EEUU, la UE o de la Agencia para los Refugiados de la ONU sobre su paradero.
Las relaciones entre China y Birmania (Myanmar) han registrado a veces tensiones fronterizas, como la entrada ilegal de 37.000 refugiados birmanos en agosto de 2009 tras una operación militar contra un grupo rebelde en el país asiático.
Pekín está estrechando el cerco a los uigures que huyen a otros países asiáticos con los que comparten similitudes raciales y culturales, como Kazajistán y Kirguizistán, donde muchos miembros de esta etnia han "desaparecido" o han sido extraditados a China.
El 13 de enero, las autoridades locales anunciaron que duplicarán el gasto en seguridad en Xinjiang hasta 423 millones de dólares este año, por lo que la UAA teme que la represión contra su etnia se refuerce.
Hasta esta semana, 25 uigures y un chino de etnia han fueron condenados a muerte por su presunta implicación de los disturbios de julio, y por lo menos 9 fueron ejecutados hasta el pasado mes de noviembre. EFE
jueves, 14 de enero de 2010
moratoria oficial para la pena de muerte en Mongolia
El presidente de Mongolia, Tsakhiagiin Elbegdorj, anunció hoy una moratoria oficial para la pena de muerte en el país asiático, según recogió hoy el grupo pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) en un comunicado.
"A partir de mañana, indultaré a las personas en el corredor de la muerte. Sugiero conmutar la pena de muerte por penas severas de 30 años de cárcel", declaró el mandatario en una intervención en el "Gran Hural", el parlamento mongol.
Elbegdorj aseguró que con esta iniciativa Mongolia se suma a la mayoría de países del mundo que han optado por abolir la pena capital.
El número de ejecutados en el país asiático se ha mantenido en secreto, aunque el presidente ya conmutó desde mayo (cuando accedió al cargo) la pena de muerte a tres condenados, que modificó por cadena perpetua.
Amnistía Internacional se felicitó por la decisión que, según Roseann Rife, subdirectora para Asia-Pacífico, "muestra el fuerte compromiso del Gobierno mongol con los derechos humanos" y urgió a otros países como China, Vietnam y Corea del Norte a seguir el ejemplo.
Sin embargo, la moratoria presidencial todavía tendrá que traducirse en un cambio legislativo permanente contra la pena de muerte, un proceso que deberá pasar por el parlamento, dominado por la oposición comunista y que no ha apoyado la decisión de Elbegdorj.
La organización estima que al menos 1.838 personas fueron ejecutadas en 11 países de Asia en 2008, más que todo el conjunto del resto del mundo.
Se da la circunstancia de que Naciones Unidas tiene previsto este año revisar la situación de los derechos humanos en Mongolia, un país que tiene apenas 2,8 millones de habitantes, de los que un tercio vive por debajo del umbral internacional de la pobreza.
Según datos de la ONU, Mongolia ocupa el puesto 114 de 177 en el último informe de desarrollo humano, a pesar de su riqueza en yacimientos minerales, muchos de ellos aún vírgenes.
sábado, 2 de enero de 2010
una bala en la cabeza
miércoles, 30 de diciembre de 2009
El Gobierno tacha de "inaceptable" la ejecución del británico Shaikh en China
López Garrido, en declaraciones a Efe-TV, ha lamentado que las autoridades chinas hayan desoído la petición hecha desde la UE para que fuera conmutado el castigo capital aplicado a un ciudadano de uno de sus países miembros.
Shaikh, de 53 años, fue ejecutado este martes mediante inyección letal en la ciudad de Urumqi, la capital de la región noroccidental de Xinjiang, por un delito de tráfico de drogas.
"Es totalmente inaceptable el que se produzcan estas penas de muerte, que es algo que no corresponde a nuestro tiempo y con lo que hay que acabar. Cualquier violación de los derechos humanos tiene que ser siempre condenada y contestada por la UE, que es un lugar donde nos creemos los derechos humanos", ha dicho López Garrido.
La postura del Gobierno, que hasta ahora no se había pronunciado, está en línea con la condena que hizo la UE a través de la presidencia sueca de turno, que el día 1 de enero entregará el testigo a España.
El secretario de Estado ha asegurado que uno de los objetivos del mandato semestral español será trabajar en favor de una moratoria mundial en la aplicación de la pena de muerte.
López Garrido ha puntualizado que el rechazo de la UE a la pena capital es compatible con "el respeto a la situación política de cada país, a su régimen y a sus gobernantes".
Ha hecho extensiva su crítica al caso de Irán después de la represión ejercida en los últimos días por el régimen de Mahmud Ahmadineyad contra los manifestantes pro reformistas, que se ha saldado con varias muertes y numerosas detenciones.
López Garrido también ha considerado "inaceptable" esta respuesta de las fuerzas de seguridad iraníes, como denunció el pasado lunes la presidencia sueca.
El secretario de Estado ha pedido "alzar la voz" de Europa contra "estas vulneraciones de los derechos humanos" en Irán.
"Hay que dejar claro que los seres humanos tienen derechos intrínsecos y que la UE debe ser defensora de esos derechos", ha concluido.
domingo, 27 de diciembre de 2009
En el corredor de la muerte de China
El Tribunal Supremo ha rechazado la apelación del detenido. Si se cumple el veredicto, se convertirá en el primer europeo en ser ajusticiado en el país asiático en los últimos 50 años, según sus abogados de la organización no gubernamental contra la pena de muerte Repreive.
Shaikh, propietario de un pequeño comercio en Londres, fue detenido en septiembre de 2007 en el aeropuerto de Urumqi, capital de la región autónoma de Xinjiang, con una maleta en la que portaba cuatro kilos de heroína. Él dice que no conocía el contenido. Sus familiares y Repreive aseguran que fue engañado por una banda de criminales para que llevara la droga con la promesa de que le ayudarían a comenzar una carrera en el mundo de la música. Shaikh padece desorden bipolar, una dolencia maníaco depresiva.
El Foreign Office afirma que China no ha tenido en cuenta el estado mental del acusado, que fue sentenciado en octubre de 2008, a pesar de las repetidas peticiones de su Gobierno y de la UE. El portavoz de Exteriores chino, Ma Zhaoxu, dijo en octubre que la Embajada británica no había ofrecido pruebas de que Shaikh sufriera tal trastorno de la salud, según la agencia oficial Xinhua.
En los últimos días, se han multiplicado las llamadas internacionales para que Pekín detenga la ejecución. En una carta dirigida al embajador chino en Londres hecha pública el viernes, su hermano Akbar escribe que su familia está profundamente convencida de que "Akmal debía encontrarse en un proceso ilusorio en el momento de su detención, y parece ser que otros se aprovecharon de su vulnerabilidad mental". "Apelamos, con el mayor de los respetos, a su sentido de la humanidad y la compasión, y le rogamos que salve esta vida por su bien y el de toda su amada familia". Akmal Shaikh tiene tres hijos.
El primer ministro británico, Gordon Brown, llamó este mes a su homólogo chino, Wen Jiabao, para interceder por el detenido, y el martes volvió a plantear el caso a las autoridades chinas para expresar su "consternación" porque la sentencia hubiera sido confirmada por el Supremo.
El responsable de derechos humanos para ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de Naciones Unidas, Philip Alston, ha instado a Pekín a que detenga la aplicación del fallo. "Tanto la ley china como la internacional indican claramente que una persona que ha cometido un crimen mientras sufre una enfermedad mental importante no debe ser objeto de la pena de muerte".
También ha dicho que nunca recibió respuesta a su petición al Gobierno, en octubre, para que revisara la decisión de los jueces chinos de negar a Shaikh una evaluación mental.
"Las autoridades judiciales chinas han gestionado este caso de forma independiente de acuerdo con la ley. El contrabando de drogas es un crimen grave en la práctica internacional. Durante todo el proceso, los derechos de litigio y los intereses del acusado han sido totalmente garantizados", ha defendido esta semana Jiang Yu, portavoz de Exteriores de China.
Por otro lado, Pekín anunció el jueves que otras cinco personas han sido condenadas a la pena máxima por su participación en las revueltas étnicas en julio en Xinjiang, en las que murieron 197 personas y más de 1.600 resultaron heridas, según el balance oficial. La sentencia eleva así a 22 el número de condenados a muerte o ejecutados por los disturbios.
China es el país que más personas envía al patíbulo del mundo: al menos 1.718 el año pasado, según la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional. El número real se desconoce, ya que el Gobierno lo considera secreto de Estado, pero se cree que es muy superior. La fundación estadounidense Dui Hua calcula que en 2008 fueron ejecutadas 6.000 personas en el país asiático.
domingo, 15 de noviembre de 2009
China se aferra a la pena de muerte
China es el país que más personas ejecuta del mundo: al menos 1.718 el año pasado, aunque el número real se desconoce
La promesa se ha cumplido. Pekín anunció el lunes pasado que nueve de los acusados han sido ejecutados. Ocho de ellos eran uigures y uno, han. Otros tres han sido condenados a la pena capital con dos años de suspensión, lo que normalmente significa que será conmutada por cadena perpetua.
Las duras sentencias por las peores revueltas étnicas que ha sufrido China en las últimas décadas sacan de nuevo a la luz el uso generalizado de la pena de muerte. La oposición habitual de organizaciones de derechos humanos y algunos gobiernos extranjeros se ha intensificado en este caso, porque la mayoría de los ajusticiados pertenecen a una minoría étnica y porque hay dudas sobre la ecuanimidad de los tribunales. En China, los magistrados se encuentran bajo el control del Partido Comunista.
"Las declaraciones hechas por los funcionarios chinos tras los disturbios hacía muy difícil que los juicios fueran imparciales", asegura Amnistía Internacional (AI). Esta organización de derechos humanos denuncia la falta de transparencia de los juicios, y argumenta que se negó a los acusados la posibilidad de elegir a sus defensores. "Las autoridades judiciales de Pekín presionaron a los abogados de derechos humanos para que no aceptaran los casos", señala. El Congreso Mundial Uigur, una organización en el exilio, dijo que se ha negado a los condenados el derecho a ver a sus familias antes de ser ejecutados.
El Gobierno de Estados Unidos ha criticado también los juicios. Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado, aseguró que Washington "continúa urgiendo a China para que gestione todas las detenciones y los procesos judiciales relacionados con la violencia en Urumqi de forma transparente" y "de acuerdo con las normas internacionales". Pekín replicó rápidamente. "Esa gente
son criminales implicados en las muertes en Urumqi (...) El Gobierno ha tratado estos casos de acuerdo a la ley", dijo Qin Gang, portavoz de Exteriores. Este cruce de declaraciones sitúa la espinosa cuestión de los derechos humanos en el punto de mira, en vísperas de la visita que el presidente estadounidense, Barack Obama, comienza precisamente esta noche a China.
Los enfrentamientos en Xinjiang estallaron el 5 de julio. Miles de personas se echaron a la calle para protestar por la muerte de dos uigures a manos de hanes durante una pelea en una fábrica en la provincia sureña de Guangdong. Lo que inicialmente comenzó como una manifestación pacífica en el centro de Urumqi se convirtió en una espiral de violencia cuando la policía intentó disolver la marcha. Los uigures lanzaron un ataque indiscriminado contra miembros de la otra etnia. Dos días después, grupos de hanes, armados con palos, barras de hierro y machetes, se abalanzaron contra el barrio uigur, aunque la policía les impidió el acceso. El número de muertos que se produjo ese día no ha sido divulgado. Muchos uigures sienten un gran resentimiento contra los hanes
-la etnia mayoritaria en China- y el Gobierno central, a los que acusan de discriminación y represión cultural y religiosa. Los uigures son musulmanes.
Las penas de muerte dictadas en Xinjiang han sido las más numerosas de las reveladas recientemente, pero no las únicas. Tres miembros de bandas criminales fueron sentenciados a finales del mes pasado en Chongqing (en el centro de China), en el marco de una campaña contra el crimen organizado. Dos tibetanos fueron ajusticiados en octubre por las revueltas de Lasa, capital de Tíbet, en marzo de 2008. La sentencia provocó la crítica de la Unión Europea, a la que el portavoz de Exteriores chino, Ma Zhaoxu, respondió que los juicios habían sido "justos". "Se trata de un asunto interno y de soberanía judicial de China en el que ningún otro país puede inmiscuirse", zanjó.
China es el país que más personas ejecuta del mundo: al menos 1.718 el año pasado sobre un total de al menos 2.390, según Amnistía Internacional. El número real se desconoce, ya que Pekín lo considera secreto de Estado, pero se cree que es muy superior. En Estados Unidos fueron llevadas al patíbulo 37 personas. En Europa, sólo Bielorrusia continúa aplicando la pena capital: en 2008 dio muerte a cuatro presos.
La organización de derechos humanos estadounidense Fundación Dui Hua, que centra su actividad en China, estima que el año pasado fueron ejecutadas 6.000 personas en el país asiático, según cifras recabadas entre funcionarios locales. Un total de 68 delitos son susceptibles de recibir la pena máxima, la mayoría no violentos. Algunos con definiciones tan difusas como "poner en peligro la seguridad nacional" o "dividir la nación". Contrabando, corrupción, proxenetismo o fraude fiscal pueden llevar al condenado a la sala de la muerte.
Las organizaciones de derechos humanos sostienen que el proceso que conduce cada año al patíbulo a miles de presos en China está plagado de irregularidades, torturas para extraer confesiones y errores judiciales; y afirman que las apelaciones son decididas a menudo por el mismo tribunal que ha dictado la sentencia.
Es imposible saber con certeza si China ejecuta ahora a más o menos gente que hace unos años. Pero los analistas políticos e incluso Amnistía Internacional suponen que el número ha debido de bajar "de forma significativa", después de que Pekín anunciara en 2005 el restablecimiento de la obligatoriedad de que las penas de muerte sean supervisadas por el Tribunal Supremo.
Las sentencias se ejecutan habitualmente mediante disparo, aunque en los últimos años se ha extendido el uso de la inyección letal, un método que ha sido calificado de "más humano" y de "progreso social". En algunas provincias existen furgonetas ambulantes preparadas para su uso. La prensa anunció el miércoles pasado que a partir del año que viene todos los condenados a muerte en Pekín serán ejecutados mediante inyección letal.
Algunos profesores universitarios han elevado sus voces para pedir la eliminación de la pena máxima. Pero el escaso debate interno está marcado por la doctrina oficial, que dice que las condiciones actuales de China no son adecuadas para su supresión. El Gobierno, no obstante, quiere reducir su uso y limitarla a crímenes que tengan "graves consecuencias sociales".
Para el diario oficial en inglés China Daily, las ejecuciones de Xinjiang son "la justicia que toda la gente con conciencia estaba esperando". "No creemos que nada, salvo la pena de muerte, pueda reflejar mejor el deseo del público en general y el espíritu del gobierno de la ley", señala en un editorial. Una posición a años luz de la de Amnistía Internacional, para quien, en palabras de su secretaria general, Irene Khan, la pena capital es un método de castigo "cruel, inhumano y degradante", que, según dice, "no tiene cabida en el siglo XXI".
sábado, 7 de noviembre de 2009
DOCUMENTO DE INSTRUCCIONES PREVIAS
DOCUMENTO DE INSTRUCCIONES PREVIAS
A mis amigos espirituales y, en general a todo aquel a quien concierna:
Yo, ............................................................................................................... DNI- ......................... , mayor de edad, con capacidad suficiente, de manera libre y tras una profunda reflexión al respecto, si llegara un momento en que no pudiera expresar mi voluntad, deseo y pido que esta declaración sea considerada como expresión formal de mi voluntad y sea respetada como si de un testamento se tratara.
Tengo la certidumbre de que la vida continúa después de la vida. El momento de la muerte es el tiempo del tránsito de una a otra vida. Por favor, no me pongan impedimentos. Déjenme morir en paz y con dignidad tanto física como mental y espiritual.
En caso de sufrir daño cerebral severo e irreversible, tumor maligno diseminado en fase avanzada, enfermedad degenerativa del sistema nervioso y/o del sistema muscular en fase avanzada, con importante limitación de mi movilidad y falta de respuesta al tratamiento específico, si lo hubiere, demencias seniles, preseniles o similares, enfermedades o situaciones de gravedad comparables a las anteriores, (especificar otras, si se desea, en función de la situación clínica) ......................... ................................................................................................................................................... .................................................................................................................................... y habiendo perdido la competencia para la toma de decisiones, deseo que se centren los esfuerzos en el control de síntomas para el alivio de sufrimiento frente a la prolongación de la vida, es decir, acepto ser sometido a técnicas y tratamientos, tanto ordinarios como extraordinarios, tendentes al alivio del sufrimiento, independientemente de si comportan o no una prolongación o acortamiento de la vida, rechazando por completo aquellos que persigan una prolongación de una vida que no es sino la prolongación de un sufrimiento innecesario. Siempre que sea posible, estos tratamientos se llevarán a cabo fuera de las instituciones sanitarias y preferiblemente en mi domicilio o en el de los que me cuiden en esos momentos.
Asimismo deseo que se atienda, con el mismo cuidado que al cuerpo, a mis necesidades psico-espirituales, procurando, desde luego, mantener mi conciencia despierta durante todo el proceso de mi enfermedad y muerte.
Ruego, en definitiva, que se haga una cuidadosa valoración de que las medidas a aplicar sean “indicadas”, tanto desde el punto de vista científico-técnico como de su aceptabilidad según mi código de valores.
Apelo a la prudencia y al buen sentido de los que me conocen o, en su caso, “de quien corresponda”, para interpretar mis deseos en el contexto clínico en que el karma (el azar o el destino) me haya situado.
.......
Una vez llegada la muerte, deseo que mi cuerpo permanezca en el domicilio mortuorio, sin ser tocado ni molestado, durante tres días y medio, transcurridos los cuales puede ser enterrado o incinerado.
Rechazo, por tanto, que se realice autopsia o extracción de órganos hasta transcurridos dichos tres días y medio, excepto en el caso de que mi muerte sea violenta y súbita, en cuyo caso se puede disponer de mi cuerpo como sea de mayor beneficio y cree menos dificultades desde el momento mismo de mi muerte.
.......
Por este documento designo un representante como interlocutor válido y necesario con el médico o el equipo sanitario, que me sustituirá en la toma de decisiones en el caso de que yo no esté en disposición de hacerlo por mí mismo, con la confianza de que respetará lo que crea que hubiera sido mi parecer.
En caso de no poder localizar al primero de la lista, debe ser sustituido por los siguientes, en orden descendente.
1. -(Nombre, apellidos, DNI, teléfono y dirección)
2. -
3. -
.......
Firmo este documento, con el deseo de que resulte una herramienta útil para reducir la tensión en la toma de decisiones difíciles, favorecer la comunicación con el personal sanitario y respetar el principio de autonomía, en presencia de 3 testigos, cuyos datos y firma figuran al pié,
en .........................................................a ...........................................
1.- (Nombre, apellidos y DNI)
2.-
3.-
viernes, 6 de noviembre de 2009
Mondoñedo escucha a Buda Un lama tibetano enseña en Lugo a encarar la muerte sin tumbas ni flores

"Cuando alguien muere, se pone su cuerpo en la tumba y se levantan construcciones de piedra y cemento, ¿qué hacen ahí?", se pregunta el lama Phuntsok cuando le preguntan por el ritual de la muerte en Occidente. Este monje tibetano ha estado esta semana en Mondoñedo (Lugo) para reflexionar sobre la muerte, es decir, por trabajo, porque su misión es enseñar a meditar y reflexionar sobre el sentido del fin de la vida.
La cuna de Cunqueiro celebra Difuntos con humor y música gótica
Los actos incluyen un recital de Eva Veiga y el show de Quico Cadaval
"En Occidente se afronta la muerte de forma extraña", dice Phuntsok
El lama nacido en Tíbet vive desde 1984 en un pueblo de Huesca
Viaja mucho y, aunque nació en el Tíbet, reside ahora en el centro budista Dag Shang Kagyu, en Panillo (Huesca). En la ciudad de Cunqueiro, sede de diócesis y plagada de iglesias y conventos, lo esperaban algunos vecinos interesados en sus enseñanzas para escucharle reflexionar sobre la muerte de una manera distinta de la habitual. Su visita coincide con la festividad de Difuntos. "En nuestra sociedad se le teme a la muerte, la ocultamos. Queríamos tratarla claramente", cuenta Luísa, una de las integrantes de A Nao Mai, la asociación que ha traído al lama Phuntsok a Mondoñedo.
Es la primera vez que el colectivo organiza una actividad de este tipo, pero no será la única. Hasta el domingo pasarán por el municipio de Mondoñedo cuentacuentos, poetas y músicos dentro del ciclo Seis días de morte. "Siempre hay muchas celebraciones en torno al día de Difuntos, pero nosotros queríamos celebrar este día desde otra perspectiva", aseguran desde A Nao Mai.
La del lama Phuntsok sin duda lo es. Vive desde 1984 en Panillo, una pequeña localidad oscense donde hace años se erigió un tiempo budista del movimiento Karmapa o de los bonetes amarillos. Buscan el aislamiento y la meditación, y a veces, como en esta ocasión en Mondoñedo, también lo enseñan. "La forma occidental de afrontar la muerte es extraña; se matan animales para comer, se crea sufrimiento", dice el lama, que llama a abandonar "el apego" para acabar con el dolor. El lama, una especie de guía o mentor espiritual para los budistas tibetanos, propone para ello el Shiné o "pacificación mental". "Es una práctica en la que se van disolviendo los cinco elementos agregados de la forma, como pasa en la muerte, para que sólo quede nuestra conciencia y podamos lograr la calma mental", explica. Pero para llegar a ese estado primero hay que tener claro que para un budista la muerte, como la vida, es una sucesión de estados o bardos.
"Hay seis bardos, tres en vida -nacimiento, sueño y meditación- y tres en muerte, que se inician poco antes de morir, con la agonía. Son estados intermedios entre una vida y la siguiente". La idea es liberarse del Samsara, el ciclo de los nacimientos, a través de la meditación. A la vez que los cementerios, aunque sea tan sólo por unos días, se llenan de flores y suenan los responsos en las iglesias, en las comunidades budistas impera, como casi siempre, el silencio de la meditación. "Los budistas no visitamos a los muertos ni tenemos ninguna festividad de Difuntos. Se hace una puya al año de la muerte y otra a los dos. A los tres años, muchos lamas y monjes se reúnen para un gran ritual".
Pero la muerte, más allá de estos recordatorios, es sólo un tránsito. "Con las flores se muestra tristeza, pero para mí lo importante es haber sido virtuoso, recto, bueno". En definitiva, generar ese karma positivo que detiene el ciclo de los nacimientos o reencarnación.
Ni crisantemos ni claveles ni gladiolos. Los miembros de A Nao Mai -instalados en el Pazo de San Isidro- quería darle a Difuntos un sabor diferente. "Conocíamos al lama desde 1999, aunque no somos practicantes, y decidimos invitarlo porque en torno a la asociación hay personas receptivas a su filosofía", explica Luísa. Entre ellas mucha gente joven, de menos de 30 años, que deseaba escapar del ritual de flores y visitas a los cementerios y hacer del de los Difuntos un día "divertido" y "con buen ambiente".
Los actos sobre la muerte organizadas por la asociación seguirán este fin de semana. Entre los artistas y actividades que contribuirán a aupar la fiesta, Mondoñedo aún espera a la poeta Eva Veiga, que recitará Alén o Mar y al dramaturgo Quico Cadaval. Dentro del programa también se podrá disfrutar del cine. Lo habrá de terror, teatro, un concierto de música gótica del grupo Shroud of Tears e incluso un espectáculo de mimo de Nacho Otero. Todos estos fastos están diseñados para demostrar que a la muerte, además de temerla, también se la puede festejar.
jueves, 15 de octubre de 2009
ole los derechos humanos del OBAMA y CHINAKA
La agencia Xinhua recoge un documento que, aunque no especifica la identidad de los condenados, presupone por sus nombres que se trataría de ciudadanos de etnia uigur y también turcos.
Previamente, seis hombres fueron sentenciados a muerte y otro a cadena perpetua por su implicación en los disturbios entre chinos uigures y etnia han mientras que 14 personas fueron juzgadas acusadas de asesinato y otros delitos como robo, provocar incendios y vandalismo.
Según el balance oficial ofrecido por el Gobierno de Xinjiang, al menos 140 personas murieron y otras 828 resultaron heridas en los enfrentamientos. El Gobierno regional acusó al Congreso Mundial Uigur de estar detrás de los hechos, algo que la organización, con sede en Munich, negó "categóricamente".