La doble ira de Pekín
Los chinos tratan de imponer su voluntad global frente al Dalai Lama
Al recibirlo en su territorio, Taiwán ha dado un ejemplo digno de emular
El Gobierno de Pekín está indignado, y por partida doble. El Dalái Lama, gran líder espiritual de Tíbet y símbolo de la resistencia de su pueblo contra la ocupación china, llegó el domingo de visita a un país vecino, lo cual siempre produce irritadas reacciones y automáticas amenazas de su régimen chino. Pero, para aumentar el enojo, el país anfitrión es nada menos que Taiwán, al que los chinos consideran parte de su territorio, se niegan a reconocer y esperan, más pronto que tarde, incorporarlo bajo su soberanía, como ha ocurrido con Hong Kong y Macao.
La visita del Dalái no es de carácter oficial, sino “humanitario”, para brindar apoyo a los afectados por el demoledor tifón que produjo 461 muertos, 192 desaparecidos y enormes daños materiales a principios de agosto. Su simbolismo político, sin embargo, es enorme. El Gobierno Central taiwanés, aunque decidió no recibirlo, dio luz verde a la visita, que concluirá mañana, pero la hospitalidad ha sido cálida, y a ella se han incorporado varias autoridades locales y de influyentes sectores.
¿Por qué la acogida, cuando las relaciones entre la isla y el continente han mejorado de forma sustancial desde que Ma Ying-jeou, del Partido Nacionalista (Kuomintang), asumió la Presidencia de Taiwán hace 15 meses? Desde el punto de vista estrictamente pragmático, puede considerarse como una injustificada provocación: los chinos han advertido sobre “serias consecuencias”, y varias, necesariamente, se harán realidad. Al menos, es posible que se reduzca el ritmo en el crecimiento de los intercambios comerciales, financieros y humanos.
Sin embargo, el mundo debe ver la decisión taiwanesa de otra manera: como un ejemplo de lo que es correcto hacer de cara a las presiones alrededor del Dalái Lama; es decir, rechazarlas, reafirmar la independencia de cada Estado para acoger en su seno a cualquier persona honesta que desee, y frenar las pretensiones chinas de utilizar su poderío económico –y, en este caso, también militar– para imponer su voluntad a otros.
A finales del pasado año, el uso de esa herramienta de virtual chantaje llegó a una de sus peores manifestaciones. En represalia por la decisión del mandatario francés, Nicolás Sarkozy, entonces presidente pro tempore de la Unión Europea (UE), de recibir al Dalái Lama, además de condenar la represión en Tíbet, los chinos formularon severísimas críticas, congelaron contratos comerciales con Francia e, incluso, cancelaron una cumbre con la UE, anunciada para diciembre. Los europeos no cedieron, pero el mensaje chino fue claro para países o regiones más débiles: sobre el Dalái Lama, sus decisiones deben pasar por nuestros deseos; de lo contrario, expónganse a las consecuencias.
Es en este contexto de imposición, 50 años después de que el Dalái fuera expulsado de Tíbet y su Gobierno sometido totalmente al control de Pekín, que la conducta taiwanesa adquiere su verdadera importancia. Entre los países que deberían tomarla como ejemplo por seguir está Costa Rica. Hace aproximadamente un año, nuestro Gobierno pidió al líder espiritual y premio Nobel de la Paz abstenerse de venir, para no poner en riesgo una visita del presidente chino, Hu Jintao y, por supuesto, tampoco sus donaciones e inversiones.
La negativa nacional de cara al Dalái Lama podía justificarse en ese momento: apenas estábamos dando los primeros pasos en las nuevas relaciones entre ambos países, y no era sensato arriesgarlas. Pero ya es inaceptable mantener tal actitud. No hay indicios de que estaremos a prueba a corto plazo. Sin embargo, cuando sea que se presente otra solicitud para que el Dalái nos visite, lo digno será acogerla. Otra decisión iría en contra de nuestra soberanía y de nuestra tradición de respeto a los derechos humanos; también, de nuestra dignidad.
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jueves, 3 de septiembre de 2009
miércoles, 2 de septiembre de 2009
a china le crecen los enanos ¿porque sera ?
BRUSELAS, 1 Set 2009 (AFP) -
La líder uigur en el exilio Rebiya Kadeer, acusada por el gobierno chino de haber fomentado los disturbios de julio en la provincia de Xinjiang que dejaron casi 200 muertos, se mostró abierta el martes en Bruselas a dialogar con Pekín sobre el futuro de su comunidad.
"Estoy dispuesta a dialogar con las autoridades chinas sobre los medios para remediar los errores políticos de los últimos 60 años y obrar para realizar reformas políticas", declaró Kadeer ante la comisión de derechos humanos del Parlamento Europeo en Bruselas, donde fue invitada oficialmente por primera vez.
"Es hora de que el gobierno chino se siente a dialogar conmigo, con su santidad el Dalai Lama y con todos los dirigentes de las comunidades chinas no hans (etnia mayoritaria en China, ndlr), que fueron calumniados, encarcelados o difamados simplemente porque estaban en desacuerdo con la política oficial", defendió la líder uigur.
Kadeer pidió a la Unión Europea que "presione a las autoridades chinas para que respeten las leyes de autonomía que figuran en la Constitución" respecto a Xinjiang, provincia del noroeste chino que los uigures denominan el Turkistán Oriental.
La disidente en el exilio exhortó igualmente a Bruselas a exigir a Pekín "una verdadera investigación independiente" sobre los disturbios interétnicos del 5 de julio que dejaron 197 muertos, según las autoridades, pero "muchos más", según Kadeer, que niega las acusaciones de Pekín de estar detrás de esos incidentes.
La líder uigur en el exilio Rebiya Kadeer, acusada por el gobierno chino de haber fomentado los disturbios de julio en la provincia de Xinjiang que dejaron casi 200 muertos, se mostró abierta el martes en Bruselas a dialogar con Pekín sobre el futuro de su comunidad.
"Estoy dispuesta a dialogar con las autoridades chinas sobre los medios para remediar los errores políticos de los últimos 60 años y obrar para realizar reformas políticas", declaró Kadeer ante la comisión de derechos humanos del Parlamento Europeo en Bruselas, donde fue invitada oficialmente por primera vez.
"Es hora de que el gobierno chino se siente a dialogar conmigo, con su santidad el Dalai Lama y con todos los dirigentes de las comunidades chinas no hans (etnia mayoritaria en China, ndlr), que fueron calumniados, encarcelados o difamados simplemente porque estaban en desacuerdo con la política oficial", defendió la líder uigur.
Kadeer pidió a la Unión Europea que "presione a las autoridades chinas para que respeten las leyes de autonomía que figuran en la Constitución" respecto a Xinjiang, provincia del noroeste chino que los uigures denominan el Turkistán Oriental.
La disidente en el exilio exhortó igualmente a Bruselas a exigir a Pekín "una verdadera investigación independiente" sobre los disturbios interétnicos del 5 de julio que dejaron 197 muertos, según las autoridades, pero "muchos más", según Kadeer, que niega las acusaciones de Pekín de estar detrás de esos incidentes.
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viernes, 28 de agosto de 2009
los cabreos de Xina

Pekín.- China se "opone resueltamente" a la prevista visita del Dalai Lama, jefe espiritual de los tibetanos, la próxima semana a la isla de Taiwán, que Pekín considera una de sus provincias, indicó el jueves la agencia China Nueva.
"El Dalai Lama no es para nada una figura religiosa. Bajo el pretexto de la religión, no dejó de implicarse en actividades separatistas", declaró un portavoz de la Oficina de Asuntos Taiwaneses del Consejo de Estado (Gobierno), citado por la agencia oficial China Nueva.
El presidente taiwanés Ma Ying-jeu anunció que su gobierno había dado el visto bueno para invitar al Dalai Lama a visitar la isla la próxima semana, después del paso del tifón Morakot, que dejó al menos 461 muertos y 192 desaparecidos.
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martes, 25 de agosto de 2009
estados policiales viva la democracia

cuando uno no puede con la razon, lo hace con la policia
Una nueva ley, que actualmente se debate en la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo chino), dará a la policía armada del país permiso para interrogar a sospechosos y gestionar el transporte público en caso de emergencia, informó la agencia oficial Xinhua.
También podrán asistir en la persecución y arresto de sospechosos, así como "responder a incidentes que amenacen la seguridad pública".
El proyecto de ley, presentado a la ANP ayer, lunes, establece nuevas obligaciones para este cuerpo especial de policía, compuesto por 680.000 efectivos, creado en 1982 y dependiente de las fuerzas armadas.
La policía militar fue el cuerpo que ocupó las calles de Lhasa (capital de la región del Tíbet) y Urumqi (capital de Xinjiang) tras las violentas revueltas de tibetanos y uigures que se vivieron, respectivamente, el 14 de marzo de 2008 y el 5 de julio de 2009.
Según el borrador, la policía militar debe participar en la respuesta a "revueltas, situaciones caóticas, graves crímenes y ataques terroristas", considerados todos ellos incidentes que "amenazan la seguridad nacional".
La nueva normativa busca regularizar los principios de actuación de este cuerpo paramilitar, y establece que a partir de su aprobación sólo podrá ser movilizada a petición del Gobierno central, no de los locales como hasta ahora.
La policía armada china fue originalmente creada para proteger a líderes políticos, edificios gubernamentales, redes principales de transportes y recursos naturales, pero su función ha evolucionado hasta convertirse en el principal cuerpo antidisturbios del país.
China sufre alrededor de 80.000 protestas cada año, muchas de ellas por conflictos de tierras o laborales, y algunas de ellas se saldan con violentos incidentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Cerca de 200 personas fallecieron en las revueltas registradas el pasado mes de julio en Urumqi, y otras 19 en las de Lhasa (Tíbet), según las cifras del Gobierno chino.
También podrán asistir en la persecución y arresto de sospechosos, así como "responder a incidentes que amenacen la seguridad pública".
El proyecto de ley, presentado a la ANP ayer, lunes, establece nuevas obligaciones para este cuerpo especial de policía, compuesto por 680.000 efectivos, creado en 1982 y dependiente de las fuerzas armadas.
La policía militar fue el cuerpo que ocupó las calles de Lhasa (capital de la región del Tíbet) y Urumqi (capital de Xinjiang) tras las violentas revueltas de tibetanos y uigures que se vivieron, respectivamente, el 14 de marzo de 2008 y el 5 de julio de 2009.
Según el borrador, la policía militar debe participar en la respuesta a "revueltas, situaciones caóticas, graves crímenes y ataques terroristas", considerados todos ellos incidentes que "amenazan la seguridad nacional".
La nueva normativa busca regularizar los principios de actuación de este cuerpo paramilitar, y establece que a partir de su aprobación sólo podrá ser movilizada a petición del Gobierno central, no de los locales como hasta ahora.
La policía armada china fue originalmente creada para proteger a líderes políticos, edificios gubernamentales, redes principales de transportes y recursos naturales, pero su función ha evolucionado hasta convertirse en el principal cuerpo antidisturbios del país.
China sufre alrededor de 80.000 protestas cada año, muchas de ellas por conflictos de tierras o laborales, y algunas de ellas se saldan con violentos incidentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Cerca de 200 personas fallecieron en las revueltas registradas el pasado mes de julio en Urumqi, y otras 19 en las de Lhasa (Tíbet), según las cifras del Gobierno chino.
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