La portavoz del Ejecutivo chino Jiang Yu refrendó el lunes la decisión de Camboya de deportar a los 20 demandantes de asilo y ha asegurado que los deportados han sido recibidos “según la costumbre habitual”, y ha declarado que el gobierno chino “se opone de forma firme y ataja con seriedad la emigración ilegal”, según informa la Agencia EFE.
El grupo estaba compuesto por 20 personas de la etnia uigur procedentes de la región autónoma de Xinjiang. Según ha denunciado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR ), la expulsión se produjo antes de estudiar la solicitud de asilo político presentada por los uigures, lo cual constituiría una violación de la Convención de la ONU sobre los Refugiados de 1951.
La región autónoma uigur de Xinjiang viene constituyendo desde hace varias décadas una de las zonas con mayores tensiones de China, debido a las reivindicaciones independentistas de la minoría uigur, que es de religión musulmana y habla una lengua de procedencia turca distinta al chino. El pasado mes de julio la región fue escenario de conflicto entre dicha minoría étnica y la policía china. Los disturbios se saldaron con 197 muertos y en torno a 1700 heridos, según los datos oficiales. Debido a esta intensificación de las fricciones en la región, los 20 ciudadanos chinos habían huido a Camboya y solicitado asilo político en el país.
Estas 20 personas, según ha informado la Agencia EFE, poseían información que podría revelar que los acontecimientos del pasado mes de julio se iniciaron por la policía china y no por la etnia uigur, como afirmaba el gobierno de este país. Ante esta sospecha, grupos pro derechos humanos como ACNUR o Amnistía Internacional se han mostrado especialmente preocupados por la seguridad de los deportados. Estos grupos afirman que los uigures podrían sufrir torturas por parte de las autoridades chinas.
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