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viernes, 25 de noviembre de 2011
domingo, 31 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
Ésta es la lista negra de China
noticias sobre el tibet, derechos humanos, su comunidad de refugiados y proyectos de ayuda
Ésta es la lista negra de China
LA INFORMACIÓN.COM
Por Santiago Zarraga
La entrega del premio Nobel de la Paz en 2010 a Liu Xiaobo no ha gustado nada al régimen chino, que recibe otra queja más desde Occidente. Los cambios en su economía no son suficientes para reducir las presiones que caen sobre el país por sus carencias en el respeto a los derechos humanos. Son muchos los que entran en la lista negra del Gobierno de Hu Jintao. Algunos que están en su punto de mira son: Xiaobo, Google, el Dalai Lama o Japón.
En los últimos treinta años China ha vivido ligeras mejoras que han beneficiado a sus habitantes pero muchos siguen criticando la mala situación de las libertades civiles allí. Lo que no se debe olvidar es que el objetivo de China no es construir un país democrático explica Xulio Ríos, analista en el Observatoro de la política china. “El objetivo histórico fundamental de China es recuperar la supremacía global” sentencia.
Uno de los enemigos más conocidos de China es Google. A comienzos de 2010, en uno de los enfrentamientos entre ambos, provocó que el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores sentenciara: “China, como otros países, maneja su Internet de acuerdo a la ley y tenemos normas específicas respecto a qué contenido puede ser difundido en la red”. Días después, el Gobierno chino dio un duro golpe. A esto le podemos sumar el ataque que se produjo a los usuarios de la empresa norteamericana.
“Más que personas, entidades y conceptos”
La cadena de televisión británica BBC, Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras o la Iglesia Católica no son bienvenidos en China. Según Ríos todos suponen un “desafío político al poder del PCCh (Partido Comunista de China)” y por ende no lo tienen fácil cuando tratan de llevar cualquier iniciativa al país.
Un concepto que no tiene cabida para el régimen es el de independentismo. Taiwán y Tíbet son el mejor ejemplo de desafío independentista en China. Lo mismo que la autonomía que reclaman los sindicatos, que desde el Gobierno se entiende como una rivalidad con el poder establecido. Ambas regiones dan al régimen chino recursos importantes. Con el Tíbet, además de las minas y demás recursos pueden decir que tienen la montaña más alta del mundo. En el caso de Taiwán, controlarla implica controlar también el estrecho por el que cada día pasan barcos con petróleo o productos comerciales para y de todo extremo oriente.
Pluralismo político y libertad de expresión son otros dos derechos que el PCCh se niega a desarrollar. Ocho, es el número de partidos que pueden competir en las elecciones, el único detalle es que todos reconocen la autoridad suprema del PCCh, “son todos iguales” dice Ríos.
EEUU y un largo etcétera
EEUU es el antagonista favorito del régimen chino. La relación que ambos países mantienen es muy compleja, y los acuerdos a los que llegan en el ámbito económico no se tienen en cuenta cuando se habla de estrategias. Para China, EEUU es un obstáculo en su escalada mundial. Ríos lo resume así: “EEUU sabe que China puede quitarle el poder en 15 o 20 años, y va a tratar de hacer todo lo posible para impedirlo”.
Si nos referimos a sus vecinos más cercanos, el nombre de Japón es el que sube al número uno de la ‘lista negra’. Es la relación más difícil y delicada y en las últimas semanas las relaciones se han “envenenado”. El conflicto entre ambos es histórico, y hay una larga lista de agravios entre ambos países que dificultan las relaciones. Pero China tampoco se lleva bien “con prácticamente todos los países del sudeste asiático” dice Ríos, aunque reconoce que las relaciones “no son tan complejas como con Japón”.
En los últimos días se ha hablado mucho de la ‘Guerra de divisas’. China no está dispuesta a apreciar el yuan (pese a las presiones de EEUU o la UE). Según el analista, “es hartamente improbable que China haga un gesto de cierta relevancia porque internamente, este cambio supondría un riesgo enorme”. Sus exportaciones se encarecerían mucho y desembocaría en la ruina para muchas empresas y para millones de chinos.
La complicada disidencia china
La mayor parte de los chinos comparte los ideales del régimen explica Ríos. Es por eso que los disidentes son pocos y poco relevantes en China. Por si fuera poco el Gobierno asegura que las noticias no lleguen completas, lo que hizo con el Nobel de la Paz de este año. Xiaobo es defensor de los derechos humanos y prisionero del régimen desde el 25 de diciembre de 2008. Su juicio duró menos de tres horas y fue encarcelado para los siguientes 11 años. La razón literal de la sentencia: “incitar a la subversión contra el poder del Estado”. Sin embargo, no es el primero, y tampoco será el último en sufrir las represalias del sobre el PCCh.
Ríos nos recuerda varios nombres de otras personas no gratas para el Gobierno de Hu Jintao, como Wei Jingsheng, uno de los disidentes de Tiananmen. Aunque en la actualidad se dedica a sus negocios, sigue teniendo vetada la entra al país, “si residiese en China lo más probable es que estuviese en la cárcel” explica el analista.
Los conflictos en cultura y religión
No es posible hablar de oposición al régimen chino sin nombrar al Dalai Lama. Pero no se trata sólo de él, sino de “todos sus acreedores mediáticos de Hollywood” introduce Ríos, como Richard Gere, un reconocido opositor del régimen. Gere tampoco puede entrar en China, como varios grupos musicales extranjeros. Si en sus conciertos gritan algo así como: ‘Free Tibet’, en ese instante quedan vetados en el país, y sus discos se retiran del mercado de manera automática.
El analista explica que la religión es otro de los aspectos que es mejor no mencionar en China. Todo aquello que esté relacionado con el Tíbet, “tiene una connotación negativa para el régimen”. Así encontramos otra entrada en esta ‘lista negra china’: Li Hongzhi. El fundador de Falun Gong, una organización religiosa, puso al régimen contra las cuerdas, desde entonces cualquier cosa relacionada con Falun Gong es perseguida por el PCCh.
Por Santiago Zarraga

Son muchos los que están en la lista negra de China, además del reciente Premio Nobel Liu Xiaobo: Google, el Dalai Lama, BBC de Londres, Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras, Richard Gere, Japón y un larguísimo etc.
En los últimos treinta años China ha vivido ligeras mejoras que han beneficiado a sus habitantes pero muchos siguen criticando la mala situación de las libertades civiles allí. Lo que no se debe olvidar es que el objetivo de China no es construir un país democrático explica Xulio Ríos, analista en el Observatoro de la política china. “El objetivo histórico fundamental de China es recuperar la supremacía global” sentencia.
Uno de los enemigos más conocidos de China es Google. A comienzos de 2010, en uno de los enfrentamientos entre ambos, provocó que el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores sentenciara: “China, como otros países, maneja su Internet de acuerdo a la ley y tenemos normas específicas respecto a qué contenido puede ser difundido en la red”. Días después, el Gobierno chino dio un duro golpe. A esto le podemos sumar el ataque que se produjo a los usuarios de la empresa norteamericana.
“Más que personas, entidades y conceptos”
La cadena de televisión británica BBC, Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras o la Iglesia Católica no son bienvenidos en China. Según Ríos todos suponen un “desafío político al poder del PCCh (Partido Comunista de China)” y por ende no lo tienen fácil cuando tratan de llevar cualquier iniciativa al país.
Un concepto que no tiene cabida para el régimen es el de independentismo. Taiwán y Tíbet son el mejor ejemplo de desafío independentista en China. Lo mismo que la autonomía que reclaman los sindicatos, que desde el Gobierno se entiende como una rivalidad con el poder establecido. Ambas regiones dan al régimen chino recursos importantes. Con el Tíbet, además de las minas y demás recursos pueden decir que tienen la montaña más alta del mundo. En el caso de Taiwán, controlarla implica controlar también el estrecho por el que cada día pasan barcos con petróleo o productos comerciales para y de todo extremo oriente.
Pluralismo político y libertad de expresión son otros dos derechos que el PCCh se niega a desarrollar. Ocho, es el número de partidos que pueden competir en las elecciones, el único detalle es que todos reconocen la autoridad suprema del PCCh, “son todos iguales” dice Ríos.
EEUU y un largo etcétera
EEUU es el antagonista favorito del régimen chino. La relación que ambos países mantienen es muy compleja, y los acuerdos a los que llegan en el ámbito económico no se tienen en cuenta cuando se habla de estrategias. Para China, EEUU es un obstáculo en su escalada mundial. Ríos lo resume así: “EEUU sabe que China puede quitarle el poder en 15 o 20 años, y va a tratar de hacer todo lo posible para impedirlo”.
Si nos referimos a sus vecinos más cercanos, el nombre de Japón es el que sube al número uno de la ‘lista negra’. Es la relación más difícil y delicada y en las últimas semanas las relaciones se han “envenenado”. El conflicto entre ambos es histórico, y hay una larga lista de agravios entre ambos países que dificultan las relaciones. Pero China tampoco se lleva bien “con prácticamente todos los países del sudeste asiático” dice Ríos, aunque reconoce que las relaciones “no son tan complejas como con Japón”.
En los últimos días se ha hablado mucho de la ‘Guerra de divisas’. China no está dispuesta a apreciar el yuan (pese a las presiones de EEUU o la UE). Según el analista, “es hartamente improbable que China haga un gesto de cierta relevancia porque internamente, este cambio supondría un riesgo enorme”. Sus exportaciones se encarecerían mucho y desembocaría en la ruina para muchas empresas y para millones de chinos.
La complicada disidencia china
La mayor parte de los chinos comparte los ideales del régimen explica Ríos. Es por eso que los disidentes son pocos y poco relevantes en China. Por si fuera poco el Gobierno asegura que las noticias no lleguen completas, lo que hizo con el Nobel de la Paz de este año. Xiaobo es defensor de los derechos humanos y prisionero del régimen desde el 25 de diciembre de 2008. Su juicio duró menos de tres horas y fue encarcelado para los siguientes 11 años. La razón literal de la sentencia: “incitar a la subversión contra el poder del Estado”. Sin embargo, no es el primero, y tampoco será el último en sufrir las represalias del sobre el PCCh.
Ríos nos recuerda varios nombres de otras personas no gratas para el Gobierno de Hu Jintao, como Wei Jingsheng, uno de los disidentes de Tiananmen. Aunque en la actualidad se dedica a sus negocios, sigue teniendo vetada la entra al país, “si residiese en China lo más probable es que estuviese en la cárcel” explica el analista.
Los conflictos en cultura y religión
No es posible hablar de oposición al régimen chino sin nombrar al Dalai Lama. Pero no se trata sólo de él, sino de “todos sus acreedores mediáticos de Hollywood” introduce Ríos, como Richard Gere, un reconocido opositor del régimen. Gere tampoco puede entrar en China, como varios grupos musicales extranjeros. Si en sus conciertos gritan algo así como: ‘Free Tibet’, en ese instante quedan vetados en el país, y sus discos se retiran del mercado de manera automática.
El analista explica que la religión es otro de los aspectos que es mejor no mencionar en China. Todo aquello que esté relacionado con el Tíbet, “tiene una connotación negativa para el régimen”. Así encontramos otra entrada en esta ‘lista negra china’: Li Hongzhi. El fundador de Falun Gong, una organización religiosa, puso al régimen contra las cuerdas, desde entonces cualquier cosa relacionada con Falun Gong es perseguida por el PCCh.
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miércoles, 19 de mayo de 2010
sábado, 27 de marzo de 2010
Tibet 1940-1945
The film from British film Institution by Dr Guthrie and Shen Tsung in 1940 - 1945 Sikkim to Lhasa. Music from: Dechen Shak-Dagsay and the song ( Shi Wä Lam Kyöb (For Non-Violence,
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lunes, 8 de febrero de 2010
lamas tibetanos de Gaden en Madrid
Madrid, 6 feb (EFE).- Lamas tibetanos del Monasterio de Gaden Shartse traerán a Madrid durante el mes de febrero y hasta el 15 de marzo la cultura y las tradiciones budistas con motivo del VIII Tour Mundial por la Paz Interior.
Organizado por la oficina de Su Santidad el XIV Dalai Lama y con la coordinación de la Asociación Multicultural Inkarri, el Tour visitará posteriormente, y durante todo el año 2010, diferentes ciudades españolas.
El propósito del Tour es contribuir a la paz interior y fomentar la compasión universal mediante la realización de rituales, prácticas budistas tibetanas y eventos de carácter cultural.
Los maestros lamas, dirigidos por el Venerable Geshe Larampa Nagwang Tsering, compartirán sus tradiciones milenarias y rituales sagrados para la paz interior y la felicidad; realizarán iniciaciones, pujas (oraciones rituales de purificación), conciertos de cantos sagrados con músicos españoles, mandalas de arena, consultas de medicina y astrología en diversos centros y lugares de la ciudad.
La Puja para la purificación del medio ambiente la harán en la Plaza del 2 de Mayo, y la Puja para la prosperidad en Rivas Vaciamadrid.
También está previsto la celebración de varios conciertos, uno con el músico Eduardo Laguillo, otro con la soprano Ópera Mónica Luz con la que interpretarán Cantos Sagrados y con Jesús Cicuéndez, con el que interpretarán Cantos Sagrados y Cuencos Tibetanos.
La visita de los Lamas es posible gracias a la Asociación Multicultural Inkarri, que coordina la gira con la colaboración desinteresada de muchas personas.
Organizado por la oficina de Su Santidad el XIV Dalai Lama y con la coordinación de la Asociación Multicultural Inkarri, el Tour visitará posteriormente, y durante todo el año 2010, diferentes ciudades españolas.
El propósito del Tour es contribuir a la paz interior y fomentar la compasión universal mediante la realización de rituales, prácticas budistas tibetanas y eventos de carácter cultural.
Los maestros lamas, dirigidos por el Venerable Geshe Larampa Nagwang Tsering, compartirán sus tradiciones milenarias y rituales sagrados para la paz interior y la felicidad; realizarán iniciaciones, pujas (oraciones rituales de purificación), conciertos de cantos sagrados con músicos españoles, mandalas de arena, consultas de medicina y astrología en diversos centros y lugares de la ciudad.
La Puja para la purificación del medio ambiente la harán en la Plaza del 2 de Mayo, y la Puja para la prosperidad en Rivas Vaciamadrid.
También está previsto la celebración de varios conciertos, uno con el músico Eduardo Laguillo, otro con la soprano Ópera Mónica Luz con la que interpretarán Cantos Sagrados y con Jesús Cicuéndez, con el que interpretarán Cantos Sagrados y Cuencos Tibetanos.
La visita de los Lamas es posible gracias a la Asociación Multicultural Inkarri, que coordina la gira con la colaboración desinteresada de muchas personas.
martes, 29 de septiembre de 2009
Mañana comienza el VII Fescigu
Redacción Lunes, 28 de Septiembre de 2009 20:32
Mañana comienza el VII Fescigu
Noticias - Cultura
La séptima edición del Festival de Cine Solidario de Guadalajara proyectará sus primeros cortos mañana a partir de las 19.30 horas. En esta ocasión, el Fescigu tiene un inicio potente, puesto que la primera sesión será con cortos de la Sección Oficial, en la que el público podrá votar por su cortometraje favorito. La idea es dejar un muy buen sabor de boca entre los asistentes. Por otra parte, repiten tema de fondo: el Tíbet. El lama Wangchen vuelve a Guadalajara como padrino de gran parte de las actividades de esta nueva edición, que estarán muy influenciadas por su país. De nuevo, el Festival pretende llamar la atención sobre la situación actual de este país, invadido por China desde hace 50 años ante la indiferencia internacional. Esta edición, que transcurre en plena crisis (por eso, no hay premio de la prensa), tiene, no obstante, muy gratas sorpresas y novedades.Por ejemplo, habrá dos conciertos, en la inauguración y la clausura, con sonidos a los que el público no está acostumbrado y que supondrán una experiencia única. También, habrá una exposición fotográfica sobre el Tíbet, en colaboración con la ONG Karuna Dana, con una visión diferente de lo que es la vida en esta región del mundo.Una gran novedad es la posibilidad de usar la Ludoteca Infantil para que los niños se diviertan, mientras sus padres disfrutan del cine. Por último, habrá cuatro nuevas secciones temáticas sobre temas de actualidad, que se suman a otras tres secciones que repiten de ediciones anteriores.La programación completa sobre la programación y sobre cada uno de los cortos puede consultarse en la web del festival: www.fescigu.com.
Mañana comienza el VII Fescigu
Noticias - Cultura
La séptima edición del Festival de Cine Solidario de Guadalajara proyectará sus primeros cortos mañana a partir de las 19.30 horas. En esta ocasión, el Fescigu tiene un inicio potente, puesto que la primera sesión será con cortos de la Sección Oficial, en la que el público podrá votar por su cortometraje favorito. La idea es dejar un muy buen sabor de boca entre los asistentes. Por otra parte, repiten tema de fondo: el Tíbet. El lama Wangchen vuelve a Guadalajara como padrino de gran parte de las actividades de esta nueva edición, que estarán muy influenciadas por su país. De nuevo, el Festival pretende llamar la atención sobre la situación actual de este país, invadido por China desde hace 50 años ante la indiferencia internacional. Esta edición, que transcurre en plena crisis (por eso, no hay premio de la prensa), tiene, no obstante, muy gratas sorpresas y novedades.Por ejemplo, habrá dos conciertos, en la inauguración y la clausura, con sonidos a los que el público no está acostumbrado y que supondrán una experiencia única. También, habrá una exposición fotográfica sobre el Tíbet, en colaboración con la ONG Karuna Dana, con una visión diferente de lo que es la vida en esta región del mundo.Una gran novedad es la posibilidad de usar la Ludoteca Infantil para que los niños se diviertan, mientras sus padres disfrutan del cine. Por último, habrá cuatro nuevas secciones temáticas sobre temas de actualidad, que se suman a otras tres secciones que repiten de ediciones anteriores.La programación completa sobre la programación y sobre cada uno de los cortos puede consultarse en la web del festival: www.fescigu.com.
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lunes, 31 de agosto de 2009
sábado, 29 de agosto de 2009
El presidente de Taiwán no recibirá al Dalai Lama

Gobierno de Taiwánla visita sera la proxima semana, Tony Wang.
"No hay ningún encuentro previsto entre el presidente y el Dalai Lama", dijo Wang. "La razón por la que aprobamos la visita del Dalai Lama radicaba en asuntos religiosos y humanitarios", añadió tras el malestar que ha causado en China la visita.
El viaje del Dalai Lama, que ha sido invitado por la oposición de Taiwán, ha unido dos de los conflictos territoriales más sensibles para China: la región autónoma de Tíbet y Taiwán, territorio con el que Pekín ha mejorado sus relaciones desde que Ma tomase posesión del cargo el año pasado.
El viernes, China dio luz verde a 16 compañías aéreas para que operen vuelos regulares a Taiwán, en una muestra de que la visita del Dalai Lama no afectará las relaciones entre ambos gobiernos.
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lunes, 17 de agosto de 2009
El falso multiculturalismo chino

El falso multiculturalismo chino
Por Brahma Chellaney, profesor de Estudios Estratégicos del Centro de Investigación en Ciencia Política de Nueva Delhi. Autor de El monstruo asiático: el auge de China, India y Japón. Traducción: José María Puig de la Bellacasa (LA VANGUARDIA, 16/08/09):
Tras envolver militarmente la región de Xinjiang, rica en petróleo, es posible que las autoridades chinas hayan sofocado la revuelta uigur. Sin embargo, este episodio, el más mortífero de las manifestaciones de minorías étnicas registradas a lo largo de decenios – junto con el levantamiento que tuvo lugar en la meseta tibetana-muestra los costes políticos de la absorción étnica forzosa y hace trizas el espejismo de una China monolítica.
Las políticas de absorción forzosa en Tíbet y Xinjiang, ricos en petróleo, dieron comienzo después de que el hombre fuerte del país, Mao Tse Tung, creara un corredor de enlace entre las dos regiones rebeldes engullendo la zona india de Aksai Chin, de 38.000 km2,parte del Estado de Jammu y Cachemira.
En la actualidad, alrededor de un 60% del territorio de la República Popular China comprende territorios que no habían estado bajo el gobierno directo de la dinastía Han. El tamaño de China, de hecho, es el triple del que poseía bajo la última dinastía Han, la dinastía Ming, que cayó a mediados del siglo XVII. En el sentido territorial el poder Han se halla en su cenit, circunstancia simbolizada por el hecho de que la Gran Muralla se construyó a modo de perímetro de seguridad del imperio Han.
La absorción manchú en el seno de la sociedad Han y la dilución de la población autóctona en la Mongolia interior significa que los tibetanos y los grupos étnicos musulmanes de lenguas túrquicas de Xinjiang sean los únicos grupos que quedan como núcleos resistentes.
Sin embargo, los acontecimientos sucedidos desde el año pasado se alzan como penoso recuerdo ante los ojos de las autoridades chinas en el sentido de que su estrategia de colonización étnica y económica de la tierra tibetana y uigur está atizando un notable malestar. Mientras por una parte los esfuerzos gubernamentales para extender el uso de la lengua, cultura y poderío comercial Han han alimentado el resentimiento local, por otra el desarrollo económico en esas regiones – orientado a la explotación de sus ricos recursos-ha contribuido a marginar a la población autóctona. Mientras se deja a la población local el empleo en trabajos serviles, los colonos Han se reservan los empleos bien pagados y directivos, símbolo de la ecuación entre colonizados y colonizadores.
Factor aún más importante, la misma supervivencia de las principales culturas de etnia no Han se ve amenazada. Desde el adoctrinamiento en la escuela y la reeducación política forzosa a la reducción drástica del suelo cultivable y de la vida monástica, el hecho es que las políticas chinas han contribuido a infundir sentimientos de sojuzgamiento y resentimiento en la población de Tíbet y Xinjiang.
A fin de sinologizar los territorios poblados por minorías, la multifacética estrategia de Pekín comprende seis factores: alterar cartográficamente las fronteras del suelo patrio de ciertas etnias; inundar demográficamente culturas no Han, al modo como la expansión del gobierno Han sobre Manchuria, Mongolia interior y Taiwán se logró ampliamente mediante la migración durante un prolongado periodo de tiempo; reescritura de la historia para justificar el control chino; colonización económica; puesta en práctica de una hegemonía cultural susceptible de difuminar las identidades locales, y mantenimiento de la represión política.
En el plano demográfico, Pekín no intenta un exterminio étnico en estas regiones, sino una asfixia étnica. Esta estrategia, consistente en asfixiar a la población autóctona mediante la campaña migratoria, equivale a la aniquilación cultural.
Un primer paso en esta dirección fue la reorganización cartográfica de las regiones de residencia de minorías. Mediante una división electoral de Tíbet de acuerdo con sus propios intereses, Pekín situó la mitad de la meseta de Tíbet y casi el 60% de la población tibetana bajo jurisdicción Han en las provincias de Qinghai, Sicuani, Gansu y Yunan. El desmembramiento cartográfico de Tíbet creó el marco destinado a diluir étnicamente a los tibetanos, tanto en las áreas separadas como en el resto del Tíbet, rebautizado como “región autónoma de Tíbet”.
En el caso de la Mongolia interior, se hizo lo contrario: se amplió para incluir áreas Han como la región de Henao a fin de reducir a los mongoles a una minoría e impedir cualquier demanda o aspiración (inspirándose en el deseo de China de unificación con Taiwán) en el sentido de la unificación de las dos Mongolias.
En la actualidad, las lenguas tibetana y uigur están desapareciendo ya de las escuelas locales a medida que las autoridades las retiran del currículo académico. Y, como parte integrante de la estrategia de absorción forzosa, las familias de las minorías étnicas son obligadas a enviar al menos a un miembro de la familia a trabajar en fábricas situadas en distantes provincias Han o a enfrentarse de lo contrario a una multa de dos mil yuanes, alrededor de doscientos euros. Se anima sobre todo a las jóvenes de minorías a trasladarse a provincias Han y casarse con un Han como parte del programa de absorción patrocinado por el Estado. La rápida sinologización, sin embargo, no ha hecho más que agudizar el sentido de identidad y ansia de libertad tibetana y uigur.
La principal idea directriz del sistema chino sigue siendo la uniformidad, como señala el eslogan del presidente Hu Jintao relativo a una “sociedad armoniosa” concebida para reforzar la cuestión de la adhesión social. Apenas es de extrañar que la respuesta pública de Hu al malestar uigur consistiera en pedir a las autoridades locales que “aislaran y asestaran un golpe” a los agitadores, en lugar de ir a las causas del descontento.
Mientras India aplaude la diversidad, China rinde tributo a un monoculturalismo artificialmente impuesto, aunque incluye oficialmente 56 nacionalidades, la nacionalidad Han (que, según el último censo del 2000, representaba el 91% de la población total) y 55 grupos étnicos minoritarios. China intenta no sólo restar importancia a su diversidad étnica, sino ocultar las brechas culturales y lingüísticas existentes en el seno de la mayoría Han, no sea que las divergencias históricas norte-sur afloren nuevamente.
Los Han (divididos en siete o más grupos distintos desde el punto de vista lingüístico y cultural) serán cualquier cosa salvo un grupo homogéneo. Las principales lenguas de China aparte de las empleadas en territorios de minorías, incluyen el mandarín, el hakka (hablado en varias áreas del sur), el gan (provincia de Jiangxi), el wu (provincia de Zhejiang), el xiang (provincia de Hunan), el yue (sobre todo en la provincia de Guangdong), el pinghua (vástago yue), el min del sur (hokkien/ del taiwanés) y el min del norte.
No obstante, los comunistas se han valido del mito de la homogeneidad para atizar el nacionalismo Han. Este mito, concebido en un principio para unificar a los no manchúes en contra de la dinastía manchú Qing, fue ideado por Sun Yat-Sen, un cantonés que encabezó el movimiento republicano que tomó el poder en 1911. La posterior imposición de la lengua del norte, el mandarín, contribuyó a instaurar una lingua franca en una sociedad diversa, pero casi un siglo después no es el mandarín sino las lenguas locales las que se siguen hablando comúnmente.
Actualmente, gracias a la mayor conciencia de la realidad derivada de los avances en las tecnologías de la información y la comunicación, los hakka, los sichuaneses, los cantoneses, los shanghaineses, los fujianeses, los swatoweses, los hunaneses y otras comunidades clasificadas oficialmente como Han reafirman sus identidades distintivas y su patrimonio cultural.
Los problemas internos de China no desaparecerán a menos que sus gobernantes dejen de imponer la homogeneidad cultural y renuncien a la asfixia étnica como estrategia del Estado llevada a la práctica en áreas de minorías. Tras el levantamiento tibetano en el 2008, el año 2009 será recordado como el de la revuelta uigur. Si se considera que el año próximo se cumplirá el LX aniversario de la ocupación china de Tíbet, el centro de atención se situará en los desafíos internos de China. Mientras el crecimiento económico aminora su ritmo y el malestar interno aumenta a una cadencia similar a la del PIB chino, tales desafíos se extienden de hecho al corazón de la propia China.
Por Brahma Chellaney, profesor de Estudios Estratégicos del Centro de Investigación en Ciencia Política de Nueva Delhi. Autor de El monstruo asiático: el auge de China, India y Japón. Traducción: José María Puig de la Bellacasa (LA VANGUARDIA, 16/08/09):
Tras envolver militarmente la región de Xinjiang, rica en petróleo, es posible que las autoridades chinas hayan sofocado la revuelta uigur. Sin embargo, este episodio, el más mortífero de las manifestaciones de minorías étnicas registradas a lo largo de decenios – junto con el levantamiento que tuvo lugar en la meseta tibetana-muestra los costes políticos de la absorción étnica forzosa y hace trizas el espejismo de una China monolítica.
Las políticas de absorción forzosa en Tíbet y Xinjiang, ricos en petróleo, dieron comienzo después de que el hombre fuerte del país, Mao Tse Tung, creara un corredor de enlace entre las dos regiones rebeldes engullendo la zona india de Aksai Chin, de 38.000 km2,parte del Estado de Jammu y Cachemira.
En la actualidad, alrededor de un 60% del territorio de la República Popular China comprende territorios que no habían estado bajo el gobierno directo de la dinastía Han. El tamaño de China, de hecho, es el triple del que poseía bajo la última dinastía Han, la dinastía Ming, que cayó a mediados del siglo XVII. En el sentido territorial el poder Han se halla en su cenit, circunstancia simbolizada por el hecho de que la Gran Muralla se construyó a modo de perímetro de seguridad del imperio Han.
La absorción manchú en el seno de la sociedad Han y la dilución de la población autóctona en la Mongolia interior significa que los tibetanos y los grupos étnicos musulmanes de lenguas túrquicas de Xinjiang sean los únicos grupos que quedan como núcleos resistentes.
Sin embargo, los acontecimientos sucedidos desde el año pasado se alzan como penoso recuerdo ante los ojos de las autoridades chinas en el sentido de que su estrategia de colonización étnica y económica de la tierra tibetana y uigur está atizando un notable malestar. Mientras por una parte los esfuerzos gubernamentales para extender el uso de la lengua, cultura y poderío comercial Han han alimentado el resentimiento local, por otra el desarrollo económico en esas regiones – orientado a la explotación de sus ricos recursos-ha contribuido a marginar a la población autóctona. Mientras se deja a la población local el empleo en trabajos serviles, los colonos Han se reservan los empleos bien pagados y directivos, símbolo de la ecuación entre colonizados y colonizadores.
Factor aún más importante, la misma supervivencia de las principales culturas de etnia no Han se ve amenazada. Desde el adoctrinamiento en la escuela y la reeducación política forzosa a la reducción drástica del suelo cultivable y de la vida monástica, el hecho es que las políticas chinas han contribuido a infundir sentimientos de sojuzgamiento y resentimiento en la población de Tíbet y Xinjiang.
A fin de sinologizar los territorios poblados por minorías, la multifacética estrategia de Pekín comprende seis factores: alterar cartográficamente las fronteras del suelo patrio de ciertas etnias; inundar demográficamente culturas no Han, al modo como la expansión del gobierno Han sobre Manchuria, Mongolia interior y Taiwán se logró ampliamente mediante la migración durante un prolongado periodo de tiempo; reescritura de la historia para justificar el control chino; colonización económica; puesta en práctica de una hegemonía cultural susceptible de difuminar las identidades locales, y mantenimiento de la represión política.
En el plano demográfico, Pekín no intenta un exterminio étnico en estas regiones, sino una asfixia étnica. Esta estrategia, consistente en asfixiar a la población autóctona mediante la campaña migratoria, equivale a la aniquilación cultural.
Un primer paso en esta dirección fue la reorganización cartográfica de las regiones de residencia de minorías. Mediante una división electoral de Tíbet de acuerdo con sus propios intereses, Pekín situó la mitad de la meseta de Tíbet y casi el 60% de la población tibetana bajo jurisdicción Han en las provincias de Qinghai, Sicuani, Gansu y Yunan. El desmembramiento cartográfico de Tíbet creó el marco destinado a diluir étnicamente a los tibetanos, tanto en las áreas separadas como en el resto del Tíbet, rebautizado como “región autónoma de Tíbet”.
En el caso de la Mongolia interior, se hizo lo contrario: se amplió para incluir áreas Han como la región de Henao a fin de reducir a los mongoles a una minoría e impedir cualquier demanda o aspiración (inspirándose en el deseo de China de unificación con Taiwán) en el sentido de la unificación de las dos Mongolias.
En la actualidad, las lenguas tibetana y uigur están desapareciendo ya de las escuelas locales a medida que las autoridades las retiran del currículo académico. Y, como parte integrante de la estrategia de absorción forzosa, las familias de las minorías étnicas son obligadas a enviar al menos a un miembro de la familia a trabajar en fábricas situadas en distantes provincias Han o a enfrentarse de lo contrario a una multa de dos mil yuanes, alrededor de doscientos euros. Se anima sobre todo a las jóvenes de minorías a trasladarse a provincias Han y casarse con un Han como parte del programa de absorción patrocinado por el Estado. La rápida sinologización, sin embargo, no ha hecho más que agudizar el sentido de identidad y ansia de libertad tibetana y uigur.
La principal idea directriz del sistema chino sigue siendo la uniformidad, como señala el eslogan del presidente Hu Jintao relativo a una “sociedad armoniosa” concebida para reforzar la cuestión de la adhesión social. Apenas es de extrañar que la respuesta pública de Hu al malestar uigur consistiera en pedir a las autoridades locales que “aislaran y asestaran un golpe” a los agitadores, en lugar de ir a las causas del descontento.
Mientras India aplaude la diversidad, China rinde tributo a un monoculturalismo artificialmente impuesto, aunque incluye oficialmente 56 nacionalidades, la nacionalidad Han (que, según el último censo del 2000, representaba el 91% de la población total) y 55 grupos étnicos minoritarios. China intenta no sólo restar importancia a su diversidad étnica, sino ocultar las brechas culturales y lingüísticas existentes en el seno de la mayoría Han, no sea que las divergencias históricas norte-sur afloren nuevamente.
Los Han (divididos en siete o más grupos distintos desde el punto de vista lingüístico y cultural) serán cualquier cosa salvo un grupo homogéneo. Las principales lenguas de China aparte de las empleadas en territorios de minorías, incluyen el mandarín, el hakka (hablado en varias áreas del sur), el gan (provincia de Jiangxi), el wu (provincia de Zhejiang), el xiang (provincia de Hunan), el yue (sobre todo en la provincia de Guangdong), el pinghua (vástago yue), el min del sur (hokkien/ del taiwanés) y el min del norte.
No obstante, los comunistas se han valido del mito de la homogeneidad para atizar el nacionalismo Han. Este mito, concebido en un principio para unificar a los no manchúes en contra de la dinastía manchú Qing, fue ideado por Sun Yat-Sen, un cantonés que encabezó el movimiento republicano que tomó el poder en 1911. La posterior imposición de la lengua del norte, el mandarín, contribuyó a instaurar una lingua franca en una sociedad diversa, pero casi un siglo después no es el mandarín sino las lenguas locales las que se siguen hablando comúnmente.
Actualmente, gracias a la mayor conciencia de la realidad derivada de los avances en las tecnologías de la información y la comunicación, los hakka, los sichuaneses, los cantoneses, los shanghaineses, los fujianeses, los swatoweses, los hunaneses y otras comunidades clasificadas oficialmente como Han reafirman sus identidades distintivas y su patrimonio cultural.
Los problemas internos de China no desaparecerán a menos que sus gobernantes dejen de imponer la homogeneidad cultural y renuncien a la asfixia étnica como estrategia del Estado llevada a la práctica en áreas de minorías. Tras el levantamiento tibetano en el 2008, el año 2009 será recordado como el de la revuelta uigur. Si se considera que el año próximo se cumplirá el LX aniversario de la ocupación china de Tíbet, el centro de atención se situará en los desafíos internos de China. Mientras el crecimiento económico aminora su ritmo y el malestar interno aumenta a una cadencia similar a la del PIB chino, tales desafíos se extienden de hecho al corazón de la propia China.
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